Nueve consejos para hacer más fácil la tecnología a nuestros mayores

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La tecnología es, cada vez más, patrimonio de todo tipo de personas independientemente de su género o su edad. No siempre ha sido así, con notables lagunas en la adopción por parte de grupos a partir de edades que, progresivamente, han ido aumentando hasta llegar al momento presente.

Ahora, el interés por la tecnología ya no es patrimonio de los más jóvenes. Todo lo contrario, las personas mayores también quieren usarla para mejorar su calidad de vida, estar en contacto con las personas más cercanas o para acceder a servicios y contenidos a través del smartphone o el ordenador.

De todos modos, con todo lo que ha mejorado la tecnología en cuanto a usabilidad y facilidad de uso, sigue siendo un territorio difícil de explorar para generaciones que nunca antes habían estado en contacto con un smartphone, un ordenador o incluso dispositivos como las Smart TV o una cámara digital.

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Lo que para una persona con un mínimo de habilidades digitales es obvio, para una persona mayor, salvo excepciones, puede ser un quebradero de cabeza. Así que habrá que tener esto muy en cuenta en el momento de ponernos a allanar el camino a nuestros padres, abuelos, tíos, bisabuelos y otros parientes o amigos que se deciden a adoptar un dispositivo tecnológico.

Al grano

En general, las personas mayores se acercan a la tecnología desde una posición muy práctica: quieren hacer cosas con ella. Ni más ni menos. No les va a importar si el teléfono que tienen es un Apple, un Android o un Windows Phone. Solo quieren usar las apps para resolver necesidades: leer las noticias, saber qué tiempo va a hacer o comprar un billete de avión o de tren.

Además, son personas desconfiadas por sistema. Precavidas y temerosas de lo que no conocen. Eso sí, si alguien se sabe ganar su confianza, se exponen por encima de lo recomendable.
En general, las personas mayores son una audiencia exigente para la tecnología, aunque muy agradecida y fiel si obtienen resultados, y también dispuesta a invertir el dinero que haga falta si merece la pena.

Qué podemos hacer para ayudar

Hay algunas tácticas que se pueden adoptar para hacer más fácil la tecnología a nuestros mayores y acompañarles en este viaje hacia la adopción de dispositivos y servicios.

Ten Paciencia

Es la actitud y aptitud más importante. Recuerda que lo que para nosotros es obvio e intuitivo, para una persona mayor puede ser lo más extraño y complicado del mundo. En el fondo, compartir una foto en Facebook sigue siendo fácil, pero hay que conseguir, como paso previo, que nuestro padre, madre, tío, abuelo o amigo sea capaz de entender qué es Facebook, cómo se hace una foto con el móvil, dónde se almacenan, cómo se llega a ellas, cómo hace saber a sus amigos que está en Facebook, etcétera.

El trabajo más importante no es el de enseñar a manejar tal o cual programa o aplicación. Es el de dar a conocer a las personas mayores un mundo totalmente desconocido como es el de las aplicaciones, Internet, las redes sociales o la nube. Y eso lleva tiempo y dedicación continua.

Elige bien los dispositivos

Sea una tele, un móvil o un ordenador, no busques “lo mejor”. Todo lo contrario: cuantas más funcionalidades tenga un dispositivo, más podemos complicarlo. Recuerda que los mayores suelen ir al grano. No saben de 4K, HDR, megas o gigas ni núcleos. Cuanto más sencillo sea un dispositivo, mejor. Siempre que funcione bien, claro está.

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Que nuestra madre no sepa de megas o gigas, no quiere decir que no sepa decirnos que en el móvil aparece el mensaje de «espacio insuficiente» si hemos elegido un móvil con 8 GB de memoria interna pensando que como no sabe qué es eso, no es un parámetro importante.

Además, ten en cuenta aspectos como el del estado de salud de la persona que vaya a usar el dispositivo en cuestión. Es mejor que la pantalla tenga menos resolución y se vea “grande”, si estamos ante una persona con problemas de visión, por ejemplo.

Existen fabricantes que diseñan dispositivos especialmente pensados para personas mayores, pero salvo casos excepcionales no necesariamente tendremos que ceñirnos a ellos para elegir la tecnología que adopten nuestros padres, abuelos, tíos o amigos de más edad.

Cíñete a lo imprescindible

Cuando introduzcas un dispositivo a una persona mayor cíñete a lo que vaya a usar. No importa si tiene 20 o 10 Mpx la cámara. O 3 o 4 GB. Si has elegido tú el dispositivo, lo habrás hecho de modo que tenga la tecnología adecuada para dar el servicio esperado. Pero esa información no es necesaria a la hora de enseñar cómo funciona a un mayor.

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Quédate con la idea de que el móvil hace fotos y que se pueden compartir. De que puede usar WhatsApp, de que puede hablar por teléfono y usar el manos libres para no tener que estar con el móvil pegado a la oreja. Pero no hace falta entrar en detalles técnicos, porque en ese apartado ya habrás sido tú u otra persona la que ha hecho la elección previamente.

Instala solo las apps que vaya a usar

Ni una más, ni una menos. En un ordenador o un móvil, cuantas menos apps haya, mejor. En este caso habrá que ser cuidadosos a la hora de decidir qué apps son las que se van a usar. Se trata de averiguar qué gustos tiene la persona mayor y traducir esos gustos y deseos en apps.

Por ejemplo, si es nuestro padre y quiere ver fotos de los nietos, podemos instalar WhatsApp y enseñarle a ver las fotos que enviemos, tanto en la propia app como en la galería del móvil. O enseñarle a manejar un reproductor de vídeo en el ordenador, y cómo encontrar los que le enviemos por correo o Wetransfer.

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Si le gusta alguna serie, también podemos instalar la app para ver contenidos multimedia bajo demanda. Si quiere leer el periódico, enseñarle a acceder a la web correspondiente en el ordenador o a la app en el smartphone. Etcétera.

Llega hasta el final

Si hay algún punto de la explicación que sea en el que no consigue entender una función o no acierta a realizar una tarea con el móvil o con la tele o el ordenador, no dejes que se rinda. Haz que acabe de solucionar la duda aunque cueste.

Si abandonas, será un fracaso y hará que pierda la confianza en su capacidad para manejar tecnología. Así que, aunque cueste, llega hasta el final con la explicación. Aunque no consigamos un éxito total, bastará con algún logro menor en el proceso.

Lo importante es no abandonar con eso de “mira, lo dejamos que no avanzamos”. O argumentos similares.

Usa metáforas para explicar conceptos

La noción de “guardar un documento” puede ser poco entendible para una persona que no ha tenido contacto con la tecnología. Es mejor usar metáforas de la vida real para hacer que resulte más manejable. Aunque poco a poco se lleve al terreno de la tecnología.

Así, podemos usar la metáfora de un armario con diferentes cajones para explicar el concepto de archivos. O cualquier otro que se nos ocurra que permita identificar un concepto tecnológico con un elemento cotidiano de la vida de la persona mayor.

Usa programas de acceso remoto

Si tenemos que explicar algún tema relacionado con el ordenador pero no estamos físicamente con la persona a la que estemos ayudando, es útil disponer de herramientas como TeamViewer, que permite acceder remotamente al ordenador de aquel a quien estemos echando un cable.

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De este modo, podremos acompañar a esa persona en el proceso de resolución de un problema de una forma visual e interactiva, interviniendo si es necesario. Como un monitor de autoescuela, pero en tecnología.

Conviértete en el IT Manager

Existen otras tecnologías útiles de cara a ayudar a los mayores con la tecnología. En el caso de las conexiones de Internet, existen routers a los que podemos acceder remotamente para ver el estado de la conexión, los dispositivos conectados, la configuración de la WiFi, etcétera.

Si instalamos alguno de estos equipos, podremos identificar problemas y dar pautas a las personas que estemos ayudando para solicitar asistencia técnica por parte del proveedor de Internet, por ejemplo.

Entre otras tareas que podemos abordar, están las de revisar las actualizaciones del móvil, el ordenador, la pulsera cuantificadora o incluso la tele. Revisar el espacio disponible, si las copias de seguridad se están haciendo bien para los contactos, las fotos o los mensajes de WhatsApp, etcétera.

Pregunta, pregunta, pregunta

En ocasiones, una persona mayor puede tener algún problema con sus equipos tecnológicos, pero no decir nada por miedo a molestar. Adelántate a ellos y pregunta qué tal les va con el ordenador o el móvil. O incluso la tele.

Aspectos tan aparentemente obvios como resintonizar las cadenas de la tele, pueden no ser evidentes para quien nunca se ha enfrentado a una smart TV. Ponte en su lugar y piensa con qué aspectos cotidianos puede estar teniendo problemas.

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En otras ocasiones, puede que la persona haya hecho algo por error que desinstalara una app, o cambiara la configuración del dispositivo, y le dé apuro decirlo. Es importante ser comprensivo y actuar si echar la culpa de nada. Simplemente habrá que retomar el control del sistema o volver a instalar una app.

En general, lo más importante es darnos cuenta de que lo más obvio para nosotros, para una persona mayor no lo es. Pero eso no significa que no sea hábil con la tecnología, solo que parte de una base diferente en la vida.

En Nobbot | Smartphone y personas mayores. ¿Cómo facilitar su uso?

Fotos | Doro Phones

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