Con ganas de comerse el mundo. Con esta fuerza están las mujeres emprendedoras en nuestro país. Y tantas son sus pretensiones que llevan la bandera de lanzarse al mundo de los negocios con la misma determinación que la de la igualdad. Por eso marcan la diferencia.
Datos como los del último Informe Mundial GEM 2018/19 (Global Entrepreneurship Monitor), coordinado por el Centro Internacional Santander Emprendimiento (CISE), con el patrocinio de Banco Santander, la Fundación Rafael del Pino y Enisa, así lo ponen de manifiesto. “Por cada 10 hombres que emprenden hay 9 mujeres que lo hacen”, tal y como expresa José Bayón, CEO de Enisa. “Una cifra que está por encima de lo que ocurre en el resto de Europa, donde el ratio es de seis mujeres frente a cuatro hombres y que coloca a España en el puesto 16 en el ránking de países con el mejor entorno para emprender”, añade.
El cambio de tendencia es tal que la brecha entre hombres y mujeres a la hora de emprender no solo ha disminuido por sexto año consecutivo sino que está potenciando que otro factor -hasta ahora poco utilizado por las mujeres- también sobresalga. Se trata de tirar de la financiación pública. “Según un estudio de HSBC más de un tercio de las mujeres emprendedoras experimenta discriminación de género a la hora de recaudar fondos.
fondos en manos de hombres
Esto se debe a que los fondos de venture capital están en su casi su totalidad en manos de hombres que por lo general no empatizan con que sea una mujer quien les presente una idea. Este estudio muestra cómo la discriminación está presente entre quien tiene el dinero y el poder de distribuirlo”, añade Bayón.
Por eso resulta fundamental el apoyo a las mujeres emprendedoras por parte de la financiación pública. “Organismos como el nuestro, dependiente del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, son fundamentales a la hora de apuntalar este talento con el crédito que cada perfil requiere. El dinero está para generar negocio y desarrollo empresarial y la diversidad es el gran camino», explica Bayón.
«Resulta fundamental el apoyo al emprendimiento femenino por parte de la financiación pública»
«Apostar por empresas o startups puestas en marcha por mujeres emprendedoras resulta fundamental para el desarrollo personal y profesional de ellas y a la vez de toda la sociedad. Financiar a las mujeres emprendedoras no solo es apostar por el desarrollo del emprendimiento sino también hacer justicia social ya que el sesgo de género, del que en muchas ocasiones ni siquiera somos conscientes, promueve la desigualdad. No podemos ni debemos permitirnos perder la mitad del talento que tenemos”, añade.
Como muestra de la cercanía de Enisa hacía el talento femenino se muestran tres ejemplos de empresas que recibieron su inyección económica y que van como cohetes. Sus fundadoras cuentan lo que supone emprender cuando eres mujer.
“Se cuestiona que una mujer pueda llevar una empresa de este perfil”
A esta Doctora en Energías Renovables la idea de poner en marcha un negocio con el que encontrar soluciones para mejorar y aprovechar una fuente de energía limpia y rentable como la solar le rondaba la cabeza. Solo le faltaba ponerla en marcha. Gracias al duro trabajo y a un préstamo de 75.000 euros de Enisa el sueño se hizo realidad. Ahora Endef cuenta con cinco líneas de negocio según cual sea la necesidad y el ahorro que cada vivienda y empresa tenga.
Lo que Guedea Medrano considera que ha aportado al mundo como emprendedora ha sido desarrollarse al máximo. “En mi caso concreto, en mi proceso de emprendimiento me he diferenciado de mis socios por mi capacidad de organizar, mi mayor empatía y la elaboración de planes en momentos de crisis”.
«Esas barreras iniciales se van destruyendo poco a poco conforme ven tu trabajo y valía»
En cuanto a lo más difícil que ha tenido que superar es aprender a convivir en un mundo de hombres. “En mi sector, un sector industrial y tecnológico es habitual encontrarme sola en reuniones de hombres. En los comienzos, antes de que te conozcan, cuesta hacerse oír, que tengan tu opinión en cuenta. Se cuestiona que una mujer pueda llevar una empresa de este perfil, aunque esas barreras iniciales cierto es que se van destruyendo poco a poco conforme ven tu trabajo y valía. Otro punto que me ha costado en algunas ocasiones, al ser madre también, son los horarios de las reuniones o tener que pedir espacios para sacarme leche. Queda mucho por hacer en temas de conciliación en los niveles de dirección”, añade.
Pese a todos los inconvenientes las ganas le han dado las fuerzas necesarias para salir adelante. “Tengo capacidad de adelantarme a las crisis, las veo venir con facilidad, tanto problemas de la empresa internos como del sector en el que nos movemos y hacer planes que amortigüen sus efectos”, finaliza.
“Las mujeres emprendedoras tienen más dificultades para financiar sus proyectos que los hombres”
La fundadora de Greyhounders lo tenía más que claro. Lo suyo era tener un negocio con mucha visión: lanzar una web desde la que cualquiera pudiera comprar gafas sin necesidad de pasar por una óptica. “Por menos de 85 euros damos la posibilidad de comprarse unas gafas de la manera más sencilla y cómoda. Por si esto fuera poco además dejamos felices a las personas que acuden a nosotros porque es un servicio que te ahorra dinero”, dice. En su caso Enisa aportó un préstamo de 58.000 euros.
Poner en marcha su negocio de óptica digital le ha hecho sentirse a veces rara. “Lo más difícil que he tenido que superar como emprendedora es la sensación de no terminar de encajar en este mundo”, explica. Y es que la fundadora de Greyhounders se ha llegado a encontrar en reuniones para presentar su marca en las que era “la única mujer en la sala”.
Ante esa soledad un día decidió hacerse dos preguntas. “¿Trabajos para hombres? ¿Trabajos para mujeres?”. Y la respuesta que se dio es que “a lo largo de la historia, las mujeres siempre han trabajado. Aunque el trabajo femenino siempre se ha relacionado culturalmente con la administración del hogar. Lo más difícil ha sido entender que no hacen falta chicos para sacar una empresa adelante. Se necesitan inteligencia, voluntad, ideas, persistencia y resiliencia vengan de donde vengan”.
«Lo más difícil que he tenido que superar como emprendedora es la sensación de no terminar de encajar en este mundo”
Además Frenna añade que a día de hoy las mujeres emprendedoras se siguen encontrando con más dificultades en el camino que los hombres a la hora de emprender. “Las más importantes son la conciliación de la vida familiar y laboral y las dificultades para financiar sus proyectos. Pero cuando se lanzan y pierden el miedo a hacerlo, aportan un valor diferencial en la puesta en marcha de nuevas ideas y proyectos innovadores y en la misma forma de trabajar y de gestionar equipos”, dice.
Ahora cree que el éxito de su negocio tiene mucho que ver con quién es ella. “Creo mucho en mi proyecto y me encanta como lo estamos llevando a cabo, y por eso es tan fácil ahora comunicarlo a inversores, emprendedores y audiencias de todo tipo. De cómo seas capaz de comunicar tu mensaje dependerá el éxito o el fracaso para encontrar el apoyo que necesitas. En el caso de inversores, es clave que perciban la sensación real de que estamos preparadas para cualquier adversidad empresarial ajena a nuestro control que pueda surgir”, acaba.
“somos menos agresivas e intentamos conciliar las propuestas y llegar a procesos de win-win”
A esta doctora en Genética con más de 20 años de experiencia en la investigación básica y traslacional en enfermedades del metabolismo del hierro las ganas le pedían a gritos trabajar en lo que le apasionaba. “Mi entusiasmo por acelerar el diagnóstico en enfermedades raras que llevan muchas veces asociadas un retraso considerable de años en el diagnóstico y un impacto muy negativo en la salud del paciente es lo que me mueve”, dice.
Así que lo suyo estaba claro: apostar por una empresa innovadora basada en todo su conocimiento era lo lógico. “Me considero una persona muy emprendedora, organizada y muy tenaz (el no desfallecer es clave en España para montar empresas de carácter tecnológico biomédico), fruto de lo cual ha surgido la empresa de la que soy promotora y socia fundadora. Gracias al equipo de BloodGenetics (Cristian Tornador, Inés Hernandez, Santi Perez, Beatriz Cadenas y Xènia Ferrer) hemos avanzado y ahora estamos consiguiendo un gran reconocimiento como el sello de empresa PYME Innovadora que acabamos de conseguir del Ministerio de Economía Industria y Competitividad”, explica. Además de su esfuerzo, Enisa puso su grano de arena con 67.000 euros, para hacerla realidad.
«Una piensa que estas cosas no pasan en este siglo, pero siguen pasando, desafortunadamente»
De su experiencia como emprendedora apunta dos diferencias frente a un emprendedor. “La capacidad de gestión que tenemos las mujeres bastante asumidas por la gestión de tareas tanto en el trabajo como domésticas. También creo que somos menos agresivas e intentamos conciliar las propuestas y llegar a procesos de “win-win” por ambas partes en gestiones empresariales donde hay que manejar varias posibilidades y es importante llegar a acuerdos”.
En cuanto a lo más difícil que ha tenido que superar es darse cuenta “de actitudes paternalistas y de poca confianza en torno a la figura de una mujer al frente de un proyecto empresarial por parte de directivos (hombres) y ver actitudes diferentes en relación con otros investigadores/emprendedores por el hecho de que éstos son hombres».
«En teoría una piensa que estas cosas no pasan en este siglo, pero siguen pasando, desafortunadamente. Afortunadamente, para mí esto es parte del pasado y ahora ya está superada esta situación, y cuento con un muy importante apoyo a mi investigación y a mi persona como emprendedora por parte de la Universidad Internacional de Catalunya donde trabajo desde hace casi 2 años”, finaliza.