Anda feliz estos días la periodista Nuria Coronado y no es para menos pues se publica su primer libro, «Hombres por la igualdad», una recopilación de entrevistas a dieciséis hombres aliados del feminismo. Todos sus entrevistados son referentes en diferentes ámbitos y, con su actividad, ponen de manifiesto que la lucha contra el machismo no corresponde solo a las mujeres que lo padecen en primera persona, sino que es un tarea en la que los hombres han de participar de forma activa. Destacada feminista, Nuria lleva trabajando desde hace 25 años a caballo entre el periodismo y la comunicación y, en la actualidad, colabora con El Español, 20 minutos, Diario 16 y Ágora News. También dirige y presenta el espacio de entrevistas Mujeres de frente.
¿Por qué un libro sobre hombres para hablar de la situación de la mujer?
Porque ante la acción del machismo no hay mejor reacción que la del feminismo. Y un libro es una gran herramienta de concienciación, denuncia y cambio. Cada vez somos más las mujeres que estamos luchando por lograr un mundo en igualdad pero necesitamos que nuestra acción se convierta en una auténtica bola de nieve que acabe implicando a todos. La desventaja la vivimos y la sufrimos nosotras en primera persona y por ello lideramos esta lucha, pero los hombres resultan aliados esenciales para que lleguemos a lograr la igualdad cuanto antes.
¿Te ha sorprendido alguno de los testimonios recogidos en tu libro? ¿Esperabas de los hombres lo que te has encontrado en sus respuestas?
Más que sorprender te confieso que la entrevista que más me ha costado hacer ha sido la primera, la de Francisco Orantes, hijo de Ana Orantes, todo un símbolo para la sociedad de lo que significa vivir la violencia de género durante 40 años y morir asesinada a manos de su maltratador. Él está intentando con todas su fuerzas superar el pasado, pero padecer en el hogar tal infierno no es algo fácil. Ni él, ni el resto de su familia se han podido recuperar aún de tan triste devenir. Escuchar sus palabras, y también sus silencios, por todo aquello que callaba pero le sigue marcando, aún me conmueve y me anima a seguir en la lucha que desde hace años llevo como periodista y ciudadana.
El machista quiere que todo siga igual para que su zona de control, y por tanto de poder, no se mueva ni un ápice.
¿Ha habido algún hombre al que te hayas dirigido para elaborar tu libro y que se haya negado a participar en él?
No. Ninguno. Todo lo contrario. Desde el primer minuto en el que les conté mi idea han querido participar. Les ha parecido una iniciativa necesaria y maravillosa porque ellos son conscientes de que la construcción y la consecución de una sociedad en igualdad es un compromiso de hombres y mujeres. Con algunos ha sido más complicado hacer las entrevistas porque sus agendas estaban repletas, pero aun así han sacado huecos y dedicado su tiempo para denunciar un mundo que involuciona y del que al igual que nosotras las mujeres, no quieren formar parte.
¿Por dónde se empieza a inculcar la igualdad cuando una y otra vez tenemos que estar explicando un término como el feminismo?
Creo que el primer lugar donde se inicia todo es en el interior de cada uno de nosotros. La responsabilidad de dar la vuelta a un mundo que tiene declarada la guerra a la mujer nace de la revolución poderosa y necesaria que tenemos que sentir dentro. Después esa inquietud hay que trasladarla a nuestros entornos más cercanos y donde podemos influir. Se trata de reeducar, de visibilizar, de no callar y de llegar a incomodar con el cuestionamiento y el diálogo al enemigo machista que quiere que todo siga igual para que su zona de control, y por tanto de poder, no se mueva ni un ápice.
La violencia de género es algo que nos afecta a todos pero que no duele de la misma manera a unos que a otras. ¿Crees que el desprecio a las mujeres no pasa factura a quien la ejerce y la permite?
Indudablemente no pasa factura alguna. Párate a mirar las innumerables fotos de los lugares en los que se cuece y se mueve el poder y dime cuántas mujeres ves. Esa manera de gobernar el mundo sin contar con la mitad de la población es la que provoca la desigualdad, la violencia y tantos males que siempre nos dañan a nosotras.
Piensa en lo que está pasando estos días con el juicio de la joven violada en los San Fermines, ¿a quién se cuestiona a la víctima o a los violadores? Te hago más preguntas para contestarte ¿Cuántos hombres dejan su trabajo para cuidar de sus hijos? Son escasos. Por el contrario el 58% de las mujeres profesionales, tal y como señala el estudio de #yonorenuncio, abandonan su carrera profesional para implicarse en esta tarea. Que ganamos un 20% menos que vosotros es otro signo evidente del machismo. Y ya son palabras mayores aquellas que dicen que cada 10 minutos, en cualquier parte del planeta, un hombre mata a una mujer que es o fue su pareja o que una de cada tres mujeres en el mundo hayamos padecido violencia física o sexual en algún momento de nuestras vidas.
padecí un intento de violación en el portal de mi casa cuando tenía 20 años y allí me di de bruces con eso que ahora se llama la cultura de la violación.
¿Cuál debe ser el papel de los medios de información en términos de igualdad de género?
Los medios han de tener una visión que hasta ahora, salvo algunas excepciones como la vuestra, Diario16, Público, Huffington Post, el diario y alguno más, no se tiene. Los medios de comunicación y los periodistas tienen que dejar de ejercer un periodismo machista que maltrata con titulares vergonzantes a las víctimas y blanquea a los violentos. Si no se hace una información honesta y justa se banaliza la violencia y por tanto es como que no existiera. Las mujeres no mueren, las matan. Las víctimas son víctimas, no responsables de lo que les pasa. Los periodistas han de ser éticos e informar, de lo contrario desinforman y cooperan a que la violencia se siga dando.
Los medios de comunicación y los periodistas tienen que dejar de ejercer un periodismo machista que maltrata con titulares vergonzantes a las víctimas y blanquea a los violentos.
¿Qué significa para ti el término “feminazi”, tan extendido –desgraciadamente- en los últimos tiempos en medios y a través de las redes sociales?
Pretende ser un insulto fomentado desde el machismo, es pura propaganda patriarcal que usa una combinación de palabras para desacreditarnos a las feministas. Sin embargo como te digo solo lo pretende. No lo consigue. El feminismo es igualdad entre hombres y mujeres, no superioridad de las mujeres frente a los hombres. Si a una la llaman feminazi en el fondo la están diciendo que es molesta a la causa machista. Así que, que vivan las feminazis, la feministas radicales y extremistas, las amargadas, las malfolladas.
ante la acción del machismo no hay mejor reacción que la del feminismo.
¿Cuándo te diste cuenta que este mundo no cuenta con más de la mitad de la población? ¿Cómo llegaste al feminismo?
Diariamente hay situaciones que te ponen de frente a la desigualdad y demuestran que por desgracia hombres y mujeres no somos iguales. En mi caso padecí un intento de violación en el portal de mi casa cuando tenía 20 años y allí me di de bruces con eso que ahora se llama la cultura de la violación. Las mujeres somos trozos de carne a disposición de los hombres. No les importa dejarte sin respiración, hacerte pasar miedo, sobarte, usar la fuerza, angustiarte con todo lo que te puede llegar a pasar y que te acaba pasando. Lo único que les importa es dejar claro que quien manda es quien te hace daño y tiene más fuerza que tú. El poder de infligir miedo, de hacerte sentir insignificante es su gran aliado. Tras aquella experiencia abracé hasta hoy en día lo que considero es el mayor estado de paz para una mujer: el feminismo.
Una mujer a la que admiras
Margarita Dopico. Seguramente su nombre suene a muy poca gente pero para mí es una mujer admirable. Tuve el honor de conocerla hace tiempo tras una entrevista en la que me relató su dolor, y no hay día que no me acuerde de ella. Su expareja y maltratador le hizo el mayor de los daños que se le puede hacer a una mujer. Asesinó a su pequeño de menos de dos años de una manera sádica y brutal. No solo despojó a un inocente de un futuro y una vida de experiencias si no que dejó vacía a una mujer que a día de hoy, tras siete años, sigue intentando dar pasos para reconciliarse con la vida y llenar el vacío que siente. Admiro su bondad, admiro su fuerza, admiro como a pesar de todo quiere recomponer el puzzle de su vida en homenaje a su pequeño.
vivan las feminazis, la feministas radicales y extremistas, las amargadas, las malfolladas.
¿Y un hombre?
Más que un hombre con nombre y apellidos admiro al hombre, con mayúsculas, que deja atrás la cultura patriarcal para caminar a nuestro lado, como aliado, abrazando el feminismo. Admiro al hombre que como dice una batalladora como Amparo Rubiales es capaz de coger la bandera del feminismo y no la suelta.
Fotografías de Agustín Millan