La propaganda en redes sociales como Facebook y Twitter es una potente herramienta manipulación de la opinión pública según un conjunto de estudios realizados dentro del Proyecto de Investigación de Propaganda Computacional por el Oxford Internet Institute, de la Universidad de Oxford. Para llegar a esta conclusión, por otra parte nada sorprendente, los investigadores han analizado el uso de las redes sociales para la manipulación de la opinión pública, entre 2015 y 2017, en Brasil, Canadá, China, Alemania, Polonia, Taiwán, Rusia, Ucrania y Estados Unidos.
bernays, las mujeres fumadoras y los huevos con bEIcon
Hoy pocos conocen a Edward L. Bernays, padre de la teoría de la propaganda y las relaciones públicas, que allá por el 1928 escribió que “la manipulación consciente e inteligente de los hábitos y opiniones organizados de las masas es un elemento de importancia en la sociedad democrática. Quienes manipulan este mecanismo oculto de la sociedad constituyen el gobierno invisible que detenta el verdadero poder que rige el destino de nuestro país.”
Gracias a Bernays, por ejemplo, el tabaco se popularizó entre las mujeres como símbolo de liberación del género, en una campaña pagada por la Compañía Americana de Tabaco que incluyó recomendaciones de médicos sobre las bondades de llenarse de humo los pulmones. También consiguió que el beicon se convirtiera en pieza clave del desayuno norteamericano con gran alegría de la Beech-Nut Packing Company, una empresa dedicada a la distribución de productos cárnicos empaquetados, que pidió su ayuda para que su tocino se hiciera más popular entre una población que tendía al desayuno ligero de café y tostadas.
Es fácil imaginarse lo que hubiera disfrutado Bernays es esta esta sociedad conectada y aturdida, expuesta a un aluvión constante de deslavazados impactos informativos, muchos de ellos pertenecientes a ese nueva realidad –esa vieja mentira- que se ha dado en llamar posverdad.
factoría de la desinformación
El conjunto de estudios de la Universidad de Oxford a buen seguro le hubiera estimulado para diseñar nuevas campañas de manipulación de la opinión pública y es difícil no sentir un escalofrío pensando en lo que hubiera conseguido. Para llevar a cabo este trabajo, doce investigadores de nueve países entrevistaron a 65 expertos y analizaron decenas de millones de publicaciones en siete plataformas de medios sociales diferentes durante de elecciones, crisis políticas e incidentes de seguridad nacional.
En el caso ruso, donde alrededor del 45% de las cuentas de Twitter son bots, son bien conocidas las sospechas sobre el uso de las redes para influir en acontecimientos políticos más allá de sus fronteras, como las elecciones norteamericanas o francesas, así como para ahogar disidencias internas.
En un reportaje de investigación titulado “The Agency”, publicado en junio del 2015 en The New York Times Magazine se desveló la actividad de una empresa conocida como The Internet Research Agency, como “factoría de la desinformación”.
En ella, jóvenes con conocimientos informáticos publican unos 200 mensajes al día repartidos entre Facebook, Twitter, Instagram y LiveJournal (una plataforma de blogs que aún es popular en Rusia) y comentan noticias de actualidad en diarios digitales rusos o extranjeros. Esta actividad está dirigida a apoyar iniciativas del Estado ruso y a manipular informaciones sobre lo que ocurre en el exterior.
propaganda en redes sociales y resistencia ucraniana
Frente al poder de la propaganda en redes sociales al servicio de Putin han surgido focos de resistencia como el que protagoniza Ucrania, uno de los principales objetivos rusos de manipulación de la opinión pública. En el informe de la Universidad de Oxford sobre este país se destaca sus esfuerzos para salir al paso de la desinformación de Rusia, con iniciativas como el proyecto StopFake, un esfuerzo para desenmascarar noticias falsas «producidas principalmente por los medios de comunicación rusos».
Esta plataforma ha presentado recientemente un informe en el que señala que el 58% de los ucranianos reconoce la amenaza de la propaganda rusa. Entre las principales fuentes de propaganda el 45% de los encuestados indican cadenas de televisión rusas; el 34,5%, redes sociales; y, más del 20%, periódicos digitales. “Durante la siguiente etapa de nuestra investigación analizamos más de 1.000 noticias falsas publicadas en la página web de StopFake. Ya hemos indexado a las organizaciones de medios que participan en la creación de noticias falsas y pronto podremos proporcionar su lista. De hecho, esta es una lista de fuentes de poca confianza, porque estamos hablando de su participación sistemática en una máquina de propaganda”, explicó Yevhen Fédchenko, redactor jefe de StopFake.
Respecto a Ucrania, también se destaca en el estudio de la Universidad de Oxford una extensión de Chrome que permitió el bloqueo automático de miles de sitios web rusos, así como la prohibición gubernamental de redes sociales rusas como VKontakte y Yandex, como parte de las sanciones del país contra Rusia.
los votantes macedonios de trump
Otro de los casos que destacan los investigadores es el de Trump en EE.UU que consiguió una apariencia de popularidad a través de las redes sociales que no se correspondía con la realidad pero que contribuyó a construir la imagen del candidato como presidenciable entre los votantes, con el resultado por todos conocido.
Según publicó CNN, la compañía de medios sociales SocialFlow calculó durante la campaña que Trump estaba obteniendo tres veces más exposición gratuita en redes sociales que Hillary Clinton. La empresa encontró que, para enero, el magnate se había convertido en «la persona de la que más se habló en el planeta».
En un artículo aparecido en Buzzfeed, habitantes de la ciudad de Veles, en Macedonia, desarrollaron el año pasado una industria que creó más de un centenar sitios de fake news para propagar noticias en favor de Trump en todas las redes sociales. Zeynep Tufekci, profesor asociado de Información y Ciencia Bibliotecaria en la Universidad de Carolina del Norte, calculó que una sola noticia falsa sobre el papa Francisco apoyando a Trump fue vista por decenas de millones de personas en Facebook.
taiwán y la propaganda china
El estudio incluye también el caso de Taiwán donde una campaña contra la presidenta Tsai Ing-wen involucró a miles de cuentas coordinadas, pero no totalmente automatizadas, que compartieron la propaganda china. En esa campaña, la página de Facebook de la presidenta electa de Taiwán se llenó en dos días con con más de 40.000 mensajes críticos con los caracteres utilizados en China continental, lo que en la isla se atribuyó a manipulaciones chinas.
alemania y su proyecto de ley
También se destaca el caso alemán como ejemplo de un país que trabaja en leyes para obligar a las redes sociales a que se responsabilicen de lo que se publica en ellas, si bien los investigadores advierten del peligro que, para la libertad de expresión, puede tener esta línea de actuación.
El ministro alemán de Justicia, Heiko Maas, presentó un proyecto de ley que obligará a redes como Facebook o Twitter a borrar mensajes con contenidos “claramente delictivos”, tras las denuncias de los usuarios. “La libertad de expresión en democracia protege declaraciones repugnantes y feas, pero acaba donde empieza el código penal y, para los comentarios de incitación al odio y las calumnias en la red debe haber tan poco espacio como en la calle”, declaró el ministro en la rueda de prensa en la que presentó esta propuesta que, de aprobarse, impondría multas de hasta 50 millones de euros a las compañías que no fueran capaces de eliminar estos contenidos en menos de 24 horas.
desinterés de facebook y twitter
Finalmente, estos investigadores señalan un aparente desinterés de las empresas de medios sociales sobre la forma en que se estaban utilizando sus redes. Según ellos, Facebook, por ejemplo, delega la mayor parte de la labor de control de propaganda y fake news a organizaciones externas como Snopes o Associated Press, mientras que los sistemas anti bots de Twitter parece más interesados en intervenir en casos de publicidad comercial inadecuada que de propaganda política.
Este mismo año, Facebook ha mostrado su preocupación respecto a la difusión de noticias falsas a través de su plataforma anunciando una serie de medidas, que incluyen: acabar con los incentivos económicos, porque la mayoría de las noticias falsas están motivadas financieramente; crear nuevos productos para frenar la difusión de noticias falsas y ayudar a la gente a tener más información a la hora de tomar decisiones cuando encuentren noticias falsas.
En una reciente entrevista publicada en El Pais, Eli Parisier, autor de El filtro burbuja, un libro que trata sobre cómo las plataformas de Internet como Facebook y Google, con sus algoritmos, filtran la información que nos llega, respondía así a una pregunta sobre la novedad del fenómeno de las «fake news»: «Lo que es nuevo es la capacidad que tienen estas noticias falsas de llegar a millones de personas, a pesar de estar alojadas en unos medios de comunicación de los que nadie ha oído hablar nunca. Sí, en el pasado hubo rumores, teorías de la conspiración, pero no adquirían la apariencia de medios de comunicación serios para aparentar credibilidad, como sucede hoy». Escalofriante.
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Imágenes: Wikicommons y Pixabay