La brecha de género en el sector tecnológico tiene su origen en las aulas. En España, apenas un 25,5% de las estudiantes de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y Bachillerato se deciden por los campos de STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) y, para hacer frente a esta realidad que aleja a las mujeres de uno de los sectores que tiene más proyección de crecimiento en los próximos años, se han puesto en marcha distintas iniciativas públicas y privadas. El “Programa GIRL STEM: derribando estereotipos”, de Asociación Gallega de Empresas de Software Libre (AGASOL) y la Xunta de Galicia, es una de ellas. Esta iniciativa ha seleccionado a mujeres referentes por su actividad profesional en el sector tecnológico, y entre ellas figura Julia Bernal, Country Manager de Red Hat, referente mundial en soluciones de software de código abierto. Recientemente, esta compañía ha llegado a un acuerdo en España con X by Orange, la nueva filial de Orange para Pymes.
– Cuáles son a su juicio las razones de la falta de vocaciones femeninas en el ámbito de la tecnología?
En mi opinión, es posible que algunas de las principales razones de esta falta de vocación sean la desinformación y los estereotipos que marcan la infancia de un gran número de niñas. Desde muy pequeñas, muchas mujeres empiezan a pensar que ciertas profesiones, como los trabajos más técnicos, son cosa de hombres. El colegio, el entorno, los medios de comunicación, la sociedad en general fomenta cierta imagen de las profesiones y nosotras nos la creemos. Por ello, es importante dar más visibilidad de las mujeres ejerciendo ciertas profesiones desde el mundo científico hasta el ejecutivo y el ámbito de la alta dirección. Es vital impulsar desde todas las instancias el reconocimiento de la mujer. Pero, sobre todo, es necesario hacer ver a las jóvenes que es posible ser quién quieras ser, qué tienes las mismas capacidades que un hombre y que puedes elegir cualquier profesión sin importar el género.
Desde muy pequeñas, muchas mujeres empiezan a pensar que ciertas profesiones, como los trabajos más técnicos, son cosa de hombres.
– ¿Cómo se decidió a estudiar ingeniería informática? ¿Hubo alguna mujer que le sirviera de referente a la hora de tomar esta decisión?
Básicamente mi familia. Mis padres y mi madre, en particular, fueron decisivos. Siempre nos animaron a mi hermano y a mí a cursar estudios superiores. Como ellos no pudieron hacerlo, tenían esa ilusión para sus hijos. En aquella época, la verdad es que yo no tenía nada claro y la informática comenzaba a posicionarse como una carrera innovadora y con mucho futuro, por lo que decidí lanzarme, sin saber muy bien en dónde me metía. Lo que sí tengo claro es que desde el primer día de carrera hasta hoy no me he aburrido ni un solo día. Se trata de una profesión con la que siempre estás aprendiendo cosas nuevas. Es una carrera apasionante y en constante evolución.
– ¿Con qué dificultades se encontró por el hecho de ser mujer durante su formación?
No recuerdo haberme encontrado con alguna dificultad por mi condición de mujer cuando estudiaba en la universidad. Todos éramos iguales y lo único que se tenía en cuenta era nuestra capacidad para superar los exámenes. Es precisamente en estas evaluaciones, donde las mujeres solemos demostrar que tenemos la misma capacidad que los hombres. De hecho, las acreditaciones demuestran que podemos enfrentarnos a cualquier reto intelectual con la misma solvencia, independientemente de la índole que sea, y, en algunos casos, incluso con mejores resultados.
– ¿Y a la hora de acceder al mercado laboral?
Tampoco encontré ninguna dificultad a la hora de acceder al mercado laboral. El mundo del trabajo, y particularmente el del sector tecnológico, es especialmente sensible a la preparación y al talento y por tanto no puede permitirse el lujo de prescindir de mujeres con estas cualidades. En mi caso, al terminar la carrera tenía ofertas laborales de tres de las empresas más importantes del sector tecnológico. Por otro lado, la demanda de perfiles técnicos aumenta cada vez más debido al profundo cambio que supone la transformación digital de las empresas y las mujeres tenemos la oportunidad de liderar esa revolución.
– ¿Cuál ha sido su trayectoria profesional en este tiempo?
Comencé a trabajar hace más de 25 años y he ocupado distintos puestos comenzando desde abajo. He tenido la oportunidad de trabajar en distintas compañías como Compaq, Digital Equipment. Sun Microsystems, Oracle y ahora en Red Hat. Mi trayectoria ha sido muy completa pasando por los puestos más técnicos como programadora o analista hasta los más ejecutivos que me han aportado grandes experiencias y permitido ser parte de la toma de decisiones, pudiendo aplicar las habilidades y conocimientos que he ido desarrollando a lo largo de mi carrera.
Mi percepción es que en otros países hay más presencia femenina en posiciones ejecutivas y de liderazgo.
– Su contacto con multinacionales le habrá aportado conocimiento sobre el papel de la mujer en el ámbito tecnológico en otros países. ¿Qué diferencias ha encontrado respecto a España?
Mi percepción es que en otros países hay más presencia femenina en posiciones ejecutivas y de liderazgo. Seguramente porque hay más conciencia de la brecha de género. Así las mujeres se encuentran con más programas específicos y más ayudas para fomentar que se desarrollen en el sector de la tecnología y promocionen dentro de sus organizaciones para ocupar puestos relevantes.
– ¿Se ha enfrentado a alguna situación de machismo a lo largo de su carrera profesional?
No puedo decir que en los primeros años de mi carrera profesional me haya encontrado con episodios evidentes de machismo. Sin embargo, a medida que se asumen más responsabilidades es cuando se percibe una cierta resistencia. Quizás no se trata tanto de discriminación activa sino de situaciones como las de no darte la posibilidad de asumir retos a menos que luches y hagas ver de forma proactiva que estás preparada para afrontarlos “a pesar” de tu condición de mujer.
La situación se complica a la hora de conciliar la vida familiar con la profesional, en ese momento te vuelves casi invisible. Eso significa que tienes que demostrar más que tus compañeros para mantenerte en tu puesto y para seguir evolucionando. Esto hace que muchas mujeres, ante la magnitud del esfuerzo que supone, renuncien porque se les hace demasiado duro o porque no tengan suficiente confianza en sí mismas.
Tienes que demostrar más que tus compañeros para mantenerte en tu puesto y para seguir evolucionando.
– ¿Qué se podría hacer para inspirar a las jóvenes a estudiar carreras tecnológicas?
Lo primero es incrementar la visibilidad de las mujeres que han tenido éxito en sus carreras profesionales y que en ocasiones están a la cabeza de proyectos de investigación o de desarrollo tecnológico. Es algo que fomentamos en Red Hat, la empresa que dirijo, con los premios Women in Open Source que celebra las contribuciones que las mujeres están realizando en proyectos open source e inspira a las nuevas generaciones a unirse al movimiento del código abierto.
También es fundamental acercar a las niñas el contenido de esas carreras para que puedan percibir lo apasionantes que pueden llegar a ser este tipo de estudios, fomentando además conceptos como la creatividad o el trabajo en equipo. En Red Hat también trabajamos en ese sentido con la iniciativa Co.Lab, que muestra a niñas de secundaria el potencial del trabajo colaborativo en proyectos tecnológicos que estimulan su interés y su creatividad animándoles a compartir ideas y desarrollarlas en equipo.
Por mi parte y como aportación a este ilusionante objetivo estoy participando en las jornadas GIRL STEM: Derribando Estereotipos que organiza la Asociación Gallega de Empresas de Software Libre (AGASOL) y la Xunta de Galicia, a través de la Agencia para la Modernización Tecnológica de Galicia (AMTEGA) en A Coruña. Esta iniciativa busca orientar y empoderar a las chicas con charlas inspiradoras que las animen a elegir si así lo desean titulaciones dentro de las disciplinas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas).
Con Women in Open Source, Red Hat celebra las contribuciones que las mujeres están realizando en proyectos open source e inspira a las nuevas generaciones a unirse al movimiento del código abierto.
– ¿Qué mujeres podrían servir de referencia a las jóvenes españolas para impulsar su vocación?
Por suerte hay multitud de ejemplos de mujeres de éxito en el campo de la ciencia y la tecnología. Sin necesidad de remontarnos a mujeres que revolucionaron sus respectivos campos de estudio como Ada Lovelace, precursora de la programación de ordenadores, o Marie Curie, hay muchas mujeres españolas importantes por sus contribuciones.
Podemos mencionar dentro del ámbito científico a María Blasco, directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas; o a Rosa Menéndez, presidenta del CSIC y una de las mayores expertas en España sobre el grafeno, el que muchos consideran que es el material del futuro. En áreas más relacionadas con la tecnología podríamos mencionar a Nuria Oliver, primera Directora de Investigación en Ciencias de Datos en Vodafone e ingeniero del año 2018 por el COIT, anteriormente directora científica en Telefónica I+D, o a Silvia Barrera, consultora de seguridad y ciberdelincuencia, que ha dirigido el grupo de forense digital de la Unidad de Investigación Tecnológica y es máster en seguridad informática.
Pero en realidad el verdadero ejemplo son todas las mujeres que en el mundo de la ciencia y la tecnología e independientemente de su reconocimiento o cargo trabajan todos los días por cambiar el mundo, ya sea desde su trabajo en un laboratorio de genética o desarrollando aplicaciones de inteligencia artificial.