El smartphone ha pasado de ser un simple teléfono a una herramienta indispensable en nuestro día a día y, sobre todo, en nuestro trabajo. Son muchas las personas que trabajan diariamente más horas frente al teléfono que frente al ordenador. Y aunque sus posibilidades han aumentado considerablemente durante la última década, la llamada “convergencia” va a ayudar aún más a conseguir que el smartphone se convierta, realmente, en nuestro ordenador.
El estado actual de la convergencia
Lo que persigue la convergencia tecnológica es la interacción real e inmediata entre varios dispositivos, compartir recursos entre ellos y conectarlos, de forma que podamos realizar la misma tarea en uno u otro, pasando entre ellos mediante un solo un click.
Con smartphones cada vez más potentes, capaces de procesar miles de datos por segundo, escalar y adaptar pantallas, cada día aumenta el número de usuarios que prescinde del ordenador para acometer sus principales tareas, las cuales lleva a cabo con la ayuda de su teléfono móvil. Las ventajas son claras:
- Con el teléfono inteligente tenemos todo a mano (nunca mejor dicho). Es un dispositivo que siempre llevamos encima.
- Por otro lado, tenemos la comodidad: en cualquier momento, en cualquier lugar, podremos consultar esa hoja de datos que necesitamos, editar ese documento de texto, etc. Ya no debemos esperar a llegar a casa o a la oficina para hacerlo.
- Por último, como ya hemos señalado, está la potencia de nuestros nuevos smartphones que, unido a sus pantallas cada vez más grandes, nos ofrecen opciones de trabajo que antes ni imaginábamos. Tienen una conectividad superior a la de muchos ordenadores (Bluetooth, NFC, salida de vídeo, mini HDMI, etc.).
Pero también encontramos ciertos inconvenientes en esta convergencia, al menos actualmente:
- Compatibilidad entre dispositivos: es necesario un estándar de conexión para que, aunque cambiemos de smartphone, podamos seguir conectándolo al ordenador. Renovamos el smartphone con cierta asiduidad y, a diferente modelo, diferente posición de los conectores e incluso diferentes conexiones, con lo que tal vez el dock que utilizamos ahora no nos sirva dentro de unos meses.
- Sistema operativo: ¿cuál elegimos? ¿Windows, Android, iOS…? Lo más lógico sería pensar en utilizar Windows o iOS pero el primero no destaca demasiado por su cantidad de smartphones en el mercado. iOS, por su parte, no da muchas pistas de sus investigaciones en cuanto a convergencia. Por último, Android está mucho más extendido en smartphones, pero ¿es un sistema realmente válido para escritorio? Es cierto que Google dispone de su propio sistema operativo, Chrome OS, pero tampoco está lo suficientemente extendido, ni ha llegado a fusionarse completamente con Android.
- Los dispositivos tienen unas claras diferencias de uso: aunque el ordenador portátil es transportable, el smartphone podemos utilizarlo mientras andamos; en casa compartimos el ordenador con el resto de la familia, pero no siempre lo hacemos con nuestro teléfono.
Modelos convergentes actuales
Esta tecnología ya lleva varios años desarrollándose (el Motorola Atrix fue presentado en el año 2011), por lo que, a pesar de no ser muy popular, sí que existen varios ejemplos en el mercado que nos pueden dar una idea de hacia dónde vamos.
Microsoft, Lumia y Continuum
A pesar de no despuntar en ventas, los smartphone Lumia (de alta gama) son los que primero nos vienen a la cabeza en cuestión de convergencia. Y eso es, sobre todo, debido al sistema operativo, Windows 10 en este caso.
Los Lumia 950 aparecieron hace ya un año y vinieron con un pequeño dock que permitía conectar el smartphone a una pantalla y que, gracias a Continuum, nos facilita pasar de un dispositivo a otro sin tener que cerrar el trabajo que estamos realizando.
HP Elite
Ya por su tercera versión, es un smartphone de 5,9 pulgadas que podemos acoplar en un dock con tres salidas USB (uno tipo C), un display port y un puerto RJ-45, con el que la transformación en un set de escritorio es total.
Acer Jade Primo
Fue el primero en utilizar Continuum (antes incluso que los Lumia). Al igual que los anteriores, podemos conectarle pantalla, teclado y ratón para tener un ordenador de escritorio.
Superbook con Andromium: convierte tu móvil en PC por 99 dólares
La última opción en llegar al mercado es un nuevo sistema operativo (sí, otro más). Andromium se basa en un ordenador portátil, delgado, ligero y prácticamente vacío, que se conecta al smartphone, que será el que haga de “músculo” del ordenador. Su mayor ventaja es Andromium OS se instala en cualquier smartphone Android (con sistema operativo actualizado a 5.0 Lollipop o superior).
Existen otras opciones como Ubuntu, o las herramientas que iOS nos ofrece para la transición entre dispositivos (Handoff, Continuity), o el ya citado Chrome OS, pero ninguno llega a los niveles de los modelos anteriores.
¿Para qué sirve esta convergencia?
El primer uso que se nos ocurre es muy obvio: no necesitamos transportar el portátil del trabajo a casa o viceversa. Tan solo necesitaremos una pantalla, los periféricos y el dock adecuado. Todos nuestros datos, aplicaciones necesarias y archivos los llevaríamos siempre en nuestro smartphone.
Obviamente, necesitaremos un ordenador potente para ciertas funciones (edición de vídeo, por ejemplo), pero para la mayoría de los usuarios la potencia que facilita el smartphone será más que suficiente.
Por otro lado está la universalidad de las aplicaciones. Ya se ha conseguido con algunas como la suite Office (disponible para prácticamente todas las plataformas existentes), pero falta mucho camino por recorrer. Windows 10 pretende crear un “market” de apps universales para Continuum, con lo que compraríamos la herramienta una sola vez para utilizarla en todos los dispositivos.
Por último, los desarrolladores verán ampliado su campo de influencia, aunque también encontrarán dificultades al diseñar aplicaciones que puedan funcionar tanto en un smartphone como en una pantalla de escritorio.
El futuro
Con las innegables ventajas que la convergencia tecnológica nos podría prestar, falta por resolver algunas dudas. La primera, sin duda, es el sistema operativo que se utilizará. Actualmente el más indicado parece Windows 10, pero nadie sabe cómo avanzarán los demás en ese camino y si nos darán alguna sorpresa en poco tiempo.
En segundo lugar, existe la compatibilidad de hardware (como ya hemos visto) y de software: ¿será factible jugar en dispositivos diferentes, pasando de uno a otro de forma inmediata? Y, por supuesto, que el sistema (Continuum o el que sea), sea totalmente compatible con el resto de dispositivos del mercado, algo que por ahora no se ha conseguido.
Desde luego, ahora mismo es Microsoft quien tiene todo en su mano para que el usuario medio (sobre todo el profesional) acepte esta tecnología. La convergencia entre dispositivos es, desde luego, el camino que vamos a seguir: una plataforma única, una única tienda de aplicaciones que sirva para ordenadores, smartphones y tablets. Ese es, desde luego, el futuro.
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