Casi 9 de cada 10 pymes en España considera que la digitalización tiene un valor clave en su negocio, sin embargo, esta percepción sobre la necesidad de digitalizarse contrasta con el hecho de que casi la mitad de las pequeñas empresas españolas cuentan con un escaso nivel de digitalización.
Los profesionales ven la tecnología al mismo tiempo como oportunidad y amenaza. ¿Cuáles son los principales obstáculos para sumarse a la revolución digital? Fundamentalmente la falta de conocimientos técnicos, la falta de tiempo o el temor a los costes asociados a la implantación de nuevas soluciones tecnológicas, incrementado por la incertidumbre económica.
Queda claro, por tanto, el amplio nivel de mejora con el que cuentan las pequeñas y medianas empresas a la hora de embarcarse en un proceso que consideran crucial para mejorar su eficiencia y productividad, así como para garantizar su supervivencia y crecimiento en un entorno cada vez más competitivo.
Una transformación cuya complejidad se halla en aumento en los últimos años debido a la irrupción de fenómenos como la inteligencia artificial o los grandes retos que plantean las, cada vez más frecuentes y sofisticadas, amenazas en la red.
Sobre la IA, algunos estudios indican que el 65% de las pymes españolas considera importante la incorporación de herramientas, como ChatGPT, en sus procesos de negocio. Este interés refleja un cambio hacia la adopción de soluciones innovadoras que pueden transformar radicalmente la forma en que las empresas operan y se comunican con sus clientes.
En cuanto a las amenazas cibernéticas, hay que tener en cuenta que más del 70% de las empresas reconoce haber sufrido en algún momento un incidente de ciberseguridad. Es por esto por lo que las empresas ya están adoptando medidas proactivas, como la actualización periódica de sistemas y la implementación de sistemas de contraseñas seguras.
En este contexto, resulta determinante que las pequeñas y medianas empresas españolas encuentren el acompañamiento adecuado para incorporar nuevas tecnologías en socios con amplia experiencia en este ámbito.
colaboración para impulsar la digitalización
Es por ello que, desde Orange (Grupo MASORANGE), colaboramos con las instituciones públicas y las asociaciones empresariales para estar cerca de las pymes españolas fomentando un ecosistema digital robusto. Al trabajar juntos, se pueden identificar las necesidades específicas de cada empresa y desarrollar soluciones personalizadas que se alineen con sus objetivos. Esta sinergia no solo impulsa la digitalización, sino que también contribuye a la creación de un entorno empresarial más resiliente y competitivo, donde las pymes pueden prosperar y adaptarse a los desafíos del futuro.
Nuestra vocación pasa por ofrecer soluciones sencillas, impensables hace unos años, que integran las más avanzadas tecnologías como el uso de la IA, por ejemplo para agilizar la creación de contenidos en redes sociales; la creación de una página web profesional y su posicionamiento en Internet, el desarrollo de una tienda online o implementar la factura electrónica que, por cierto, próximamente será obligatoria… Porque la digitalización también es clave para agilizar los procesos administrativos de las empresas y reducir costes en las tediosas labores que se comen muchas horas de productividad en las empresas pequeñas.
Esto sin olvidarnos de las soluciones de ciberseguridad, fundamentales en un mundo interconectado que deben proteger diferentes aspectos del negocio y deben adaptarse a la situación de cada empresa con el objetivo de poder detectar y detener rápidamente cualquier ataque, con independencia de su tipo y origen: por suplantación de identidad, robo de contraseñas, secuestro de información, archivos maliciosos, …
Además, el hecho de que las pymes puedan acceder a este tipo de servicios avanzados apoyándose, además, en la más avanzada cobertura de red fija y móvil, supone un impulso decisivo para que puedan emprender el camino hacia el empoderamiento digital.
Un camino que no solo tiene que ver con tecnología, sino que también supone un cambio cultural, tanto en España como en una Europa que se ha puesto como objetivo acelerar su digitalización para reforzar su competitividad, autonomía y resiliencia frente a otras regiones.
No hay excusa, por tanto, para permanecer en el andén mientras parte el tren del futuro.