Muchos niños asocian las matemáticas a problemas complejos y clases aburridas. Pero en su tiempo de descanso pueden aprenderlas jugando. Ya sea dándose un chapuzón en la playa o durante un paseo con la familia. Porque las matemáticas están en todos sitios, incluso en el aire que respiramos.
El curso académico de este año ha sido muy complicado. Las clases presenciales se interrumpieron en marzo y luego la enseñanza ha sido posible gracias a internet y a las herramientas online, con la supervisión de los padres. Además, no hay nada claro para el curso que viene. Todo dependerá de la evolución de la COVID-19. Pero parece muy probable que el año salga adelante con una combinación de clases presenciales y de formación en remoto.
Mientras tanto, los niños tienen una buena oportunidad en estos meses estivales de aprender matemáticas jugando. Sin necesidad de apuntes o de libros. Solo tienen que prestar atención a lo que les rodea. Aquí, y con la ayuda de la web especializada Smartick, proponemos 10 maneras muy sencillas de aprender matemáticas con actividades y objetos cotidianos del verano, y además de forma divertida. Son actividades que van dirigidas a chavales entre 4 y 14 años.
1. Escaneando el mundo con ojos matemáticos
La realidad es pura geometría. Un buen ejercicio consiste en buscar en el entorno esas figuras geométricas que conforman nuestra vida. Los edificios, la luna, un balón, una mesa, la montaña que subimos, una sombrilla de playa… Todas son figuras geométricas o están formadas por muchas de ellas.
2. Jugando con magnitudes
En un día de juegos en el agua, también se pueden plantear problemas que contribuirán a interesarse por las matemáticas sin esfuerzo aparente. Por ejemplo, sabiendo que la piscina tiene 25 metros de largo, ¿cuántos largos hay que hacer para nadar 200 metros? Y si estamos en la playa, sentados en la arena, también hay contabilidades que resolver. Por ejemplo, si en un cubo cabe 1 kilo de arena, ¿cuántos kilos tendremos que emplear para construir el muro que nos protege de las olas?
3. Comparando objetos
También estimula una mente matemática y observadora señalar y describir aquellos objetos cercanos que están a nuestro alrededor. Por ejemplo, ¿cuál es la toalla más larga o la más corta? ¿Qué sombrilla es la más grande o la más pequeña? ¿Qué barca a pedales es la más ancha o la más estrecha?
4. Clasificando por colores o formas
Mientras viajan, los más pequeños también podrán aprender matemáticas sin darse cuenta. Por ejemplo, pueden contar cuántos coches amarillos, blancos o verdes encuentran en un aparcamiento o durante el trayecto al destino vacacional. También pueden contar cuántas señales de distintas formas (redondas, triangulares, cuadradas…) ven por la carretera.
5. Convertir cantidades
Igualmente, en la cocina, mientras preparan los ingredientes necesarios para una receta, los niños pueden aprender matemáticas jugando, convirtiendo kilos a gramos, o pasando de litros a mililitros o centilitros. También pueden hacer lo mismo cuando van por la carretera, pasando de kilómetros a metros, o viceversa.
6. Memorizando números de teléfono
Ya nadie lo hace, pero memorizar números de teléfono es un excelente ejercicio mental y matemático. El móvil de mamá, el de papá, el de los abuelos… A los niños les servirá para entrenar la memoria y, en una situación de emergencia, también les podrá resultar muy útil para contactar con algún familiar.
7. Calculando tiempos en la cocina
Cocinar es muy divertido e instructivo. En este caso, se puede pedir a los niños que estén pendientes de los tiempos de cocción de las recetas y que realicen operaciones para calcular a qué hora se debe comenzar para que la comida esté lista a una hora determinada.
8. Sumar las matrículas de los coches
Estudiar matemáticas mirando a las matrículas de los coches es también un buen ejercicio. El niño trabaja tanto la capacidad de memorización como la de cálculo. Se le puede retar a retener los números de dos matrículas y después sumarlos mentalmente. Y si lo puede hacer con tres, mejor aún.
9. Aprendiendo el valor del dinero
Otro buen ejercicio para aprender matemáticas jugando es dejar a los niños una cartera con monedas de diferente valor y que sean ellos los que seleccionen las necesarias para comprar lo que desean. Tendrán que hacer cálculos rápidos que implican sumas, restas, multiplicaciones y divisiones.
10. Contar pasos también ayuda
También durante un paseo o en una marcha por un sendero se pueden adquirir conocimientos matemáticos. Por ejemplo, cronometrando los pasos hechos durante un minuto caminando, podrán calcular cuántos darán durante el paseo completo, en función de su duración.
En Nobbot | «Las matemáticas han entrado en la conversación de la gente»
Imágenes | iStock.com/nensuria, iStock.com/IvonneW, iStock.com/Charlotte Dumas