En 1985 el programador Richard Stallman fundó la Free Software Foundation para apoyar el software libre. Este tiene licencia copyleft, que permite usar, copiar, modificar o redistribuir con libertad. Inspiradas en esos valores, las licencias Creative Commons han sido adoptadas a nivel legal por la Unión Europea en un hecho sin precedentes.
Las licencias Creative Commons (CC) son tan fáciles de usar que la Comisión Europea aprobó a finales de marzo de 2019 su uso como estándar para todos sus textos. En palabras de Tibor Navracsics, comisario de Educación, Cultura, Juventud y Deporte: “Queremos compartir el conocimiento de la forma más abierta y efectiva posible”. Y en eso las licencias CC son las reinas.
¿Qué es una licencia Creative Commons?
Un día buscas una fotografía en la red para hacer un trabajo y te preguntas cuáles son sus derechos. ¿Puedo usar esta imagen para una presentación? ¿Y para hacer un meme? ¿Puedo coger la imagen, modificarla y usarla como portada en mi libro, con el que ganaré dinero? Son preguntas que nos hemos hecho todos en mayor o menor medida. ¿Hasta qué punto puedo utilizar el archivo?
Creative Commons es un sistema de licencias que facilita mucho a los creadores dar ciertos permisos a otras personas sobre su obra.
Las fotografías del repositorio Unsplash (abajo un ejemplo) o el de Cruz Roja tienen licencia Creative Commons Zero o CC0. Esto significa que puedes emplearlas del modo que quieras: para hacer dinero, modificarlas, diseñar la portada de un disco, abrir un artículo, y un largo etcétera. Las puedes usar sin dar explicaciones a nadie, ni siquiera a su autor y dueño.
Para el CC0 no tienes que pedir ningún tipo de permiso. Y ahí está su gran ventaja: con las licencias Creative Commons, el autor te da esos derechos sin que tengas que contactar con él personalmente, eliminando a los intermediarios. En otras palabras, facilita la creación y difusión de cultura, que es lo que buscaba Creative Commons en su origen.
La importancia de que la unión europea adopte Creative Commons
Creative Commons es un tipo de simplificación de licencias que surge del trabajo de voluntarios en 2001. Los expertos en ciberderecho y copyright Lawrence Lessig y Eric Eldred se unieron a Hal Abelson, a su vez experto en ciencias de la computación, y diseñaron los primeros esbozos en 2002.
Desde entonces, este proyecto inspirado en licencia de software libre no ha hecho más que crecer. Su fundación ha lanzado varias versiones de estas licencias. La más actual es compatible con casi todos los copyright del mundo.
La importancia del trabajo de Lessig, Eldred y Abelson radica en que un proyecto creado sin ánimo de lucro ha terminado por penetrar en una de las instituciones con más poder a nivel global. Ahora, la Comisión Europea ha determinado que la licencia Creative Commons es más entendible para la gente que la maraña de cláusulas con las que contaban antes, y esto es clave.
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En los últimos años hay un gran número de marcas que tratan de simplificar, en la medida de lo posible, sus cláusulas a los clientes. Arriba vemos el último intento de la Asociación Empresarial del Seguro. El lenguaje técnico legal supone una importante barrera que, parece, podríamos dejar atrás.
De momento, la Comisión Europea se ha abierto al valor de los pictogramas y de la simplificación de los códigos legales, y esperemos que otras organizaciones los sigan. La buena noticia es que Creative Commons es completamente compatible con el clásico copyright.
Creative Commons no lucha contra el Copyright
Como decíamos al principio, la Comisión Europea ha establecido la licencia CC-BY-4.0 para todos sus escritos. CC-BY-4.0 significa que cualquier usuario podrá compartir su contenido e incluso adaptarlo, siempre y cuando reconozca la autoría original.
A decir verdad, esta organización ya publicaba bajo estas normas desde 2006, momento en que abrieron al público todos sus documentos. Ahora se han dado cuenta de la gran utilidad y versatilidad de las Creative Commons para simplificar las licencias. Es una forma muy fácil de decir “esto es lo que puedes hacer con mi obra”. En este caso con sus publicaciones.
Pero, por si pudiese generar dudas, las licencias Creative Commons no van en contra de la propiedad intelectual o el llamado copyright. Un libro con licencia CC0 sigue teniendo dueño, aunque este permite un uso universal de su obra que podría revocar en el futuro. Abajo vemos un ejemplo que demuestra la facilidad con la que se crean y comparten estas licencias.
¿Cómo se diseña una licencia Creative Commons?
Supongamos que queremos compartir los tres párrafos anteriores bajo licencia. Solo tenemos que entrar en CreativeCommons.org, seleccionar las condiciones bajo las que queremos publicar y copiar el código HTML5 que encontramos. Lo pegamos en nuestra web y ya se ha terminado todo el proceso. El resultado es la imagen de arriba.
También se puede usar para páginas web enteras, imágenes, vídeos o cualquier otro formato, y no es necesario introducir código en ningún sitio. Por ejemplo, podemos poner de forma explícita “se ofrece bajo licencia CC-BY-4.0”. Y ahí acabaría todo el proceso. Este, que lleva apenas unos segundos, aporta una flexibilidad enorme.
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Imágenes | Diliff, Sara Kurfeß