Los GIF (Graphics Interchange Format, por sus siglas en inglés) han resurgido como formato preferido en las comunicaciones y están presentes diariamente en las redes sociales.
Vivimos en una época muy visual. Imágenes, fotografías y vídeos facilitan la comprensión de la información y el diálogo no solo verbal, sino también visual y audiovisual.
Programas y aplicaciones cada vez más sencillos permiten en la actualidad que niños, adolescentes y adultos experimenten con sus propias creaciones animadas. En un GIF son suficientes 3 imágenes para generar la ilusión del movimiento.
En internet podemos encontrar numerosos ejemplos de creaciones GIF y espacios virtuales dedicados exclusivamente a este medio, como GIPHY, GIF ART o incluso festivales temáticos como GIF Arts Festival de Los Ángeles o el Festival International du .GIF que nos invitan a considerar este fichero visual como un medio expresivo y un género artístico propio.
Un pensamiento cinematográfico
El cine primero, la televisión después y el desarrollo del pensamiento y el lenguaje visual hicieron que la experiencia de la imagen en movimiento se extendiese masivamente a lo largo del siglo XX. Obras como Del Bisonte a la Realidad Virtual: la escena y el laberinto, de Roman Gubern , El pensamiento Visual, de Rudolf Arnheim o Introducción a la teoría de la imagen, de Justo Villafañe, entre otras muchas, fundamentan este tránsito mediático, tecnológico y comunicativo.
Los dispositivos digitales móviles están presentes en la cotidianidad familiar, en el contexto educativo y en el espacio social. Podemos considerar que desde pequeños vamos educándonos en un pensamiento caracterizado por articular la imagen secuencia.
Como consecuencia de esta transformación, las generaciones actuales, inmersas en la era mediática, aprenden a vivir, percibir y sentir por imagen y así desarrollan un pensamiento cinematográfico de la información al mismo tiempo que se familiarizan con la narración secuencial desde esas primeras edades.
The man who made pictures move: #EadweardMuybridge A #phenakistoscope disc made in 1893 #animation pic.twitter.com/5brDPb3hUk
— MacDux (@MacDux_jobs) July 6, 2016
Uso educativo y artístico
Los GIF, dada su sencillez a la hora de crearlos, resultan ideales para introducir al alumnado desde las primeras etapas educativas en la comprensión de contenidos diversos. Hoy, con los dispositivos digitales móviles, los docentes podemos pasar de la representación gráfica estática a la representación dinámica del contenido.
Las tecnologías digitales, como ya recordaba Ángeles Saura en 2011 en su trabajo Innovación educativa con TIC en Educación Artística, Plástica y Visual. Líneas de investigación y estudios de casos, nos permiten trabajar de un modo más lúdico, artístico y visual los conceptos y contenidos presentes en el currículo, contribuyendo al desarrollo cognitivo, a ampliar la creatividad y a la adquisición de lenguajes que no se limitan a permanecer estáticos en una superficie.
Animation for the @NewYorker on the dichotomy between being on vacation, enjoying careless time off with the family — and being especially aware of all the distress in the world.https://t.co/mv4WC593b4 pic.twitter.com/up3d3VYUmb
— Christoph Niemann (@abstractsunday) August 19, 2018
Su aplicación en el aula
Existen diversas posibilidades con las que realizar experiencias animadas en las cuales educadores y educadoras hagan ser protagonistas de su aprendizaje al alumnado implicándolo activamente en la creación de GIF.
Conviene destacar, tal y como propusimos en el trabajo Experiencias visuales y cognitivas a través de GIF en Educación Primaria, que muchos tienen un carácter puramente lúdico, creados desde una voluntad humorística y mediática, otros artística y otros cognitiva.
Por tanto, el GIF podría clasificarse en tres tipos: humorístico, artístico y cognitivo. Los primeros son conocidos como “memes”: despiertan la sonrisa y entretienen sin más. Pero en el contexto de la educación artística nos interesarán aquellos GIF creados para aprender y transmitir conocimiento y que comportan un aprendizaje valioso desde las artes.
Estos son los que permiten, por ejemplo, comprender la mezcla de colores, trabajar una figura retórica visual o ver cómo se construye un cubo.
El GIF es un medio útil que ofrece un formato idóneo para trabajar con él en el aula, y como recurso didáctico permite, además, enlazar procesos físicos y analógicos con otros digitales desde modelos educativos más contemporáneos en la línea del b-learning, modelo de “aprendizaje híbrido” teorizado, entre otros, por Alice Bajardi.
Nos encontramos entonces con la idea de enseñar y aprender en lo que ya en 1974 McLuhan denominó un “aula sin muros”. Esto es lo que expusimos en Arte, Educación y Pensamiento digital: Educar, crear y habitar en la quinta pared conectando el concepto “quinta pared” con el aula física, una matriz digital que nos abre a mundos en los que podemos actuar sin los condicionantes físicos de lo real.
Por otro lado, teniendo en cuenta el uso que las redes sociales e internet le dan a los GIF, dominando sin lugar a dudas el memético o humorístico, se hace necesario que educadores y educadoras incorporen desde este formato experiencias que permitan ver al alumnado que hay un uso y aplicación del GIF más interesante que el “chiste fácil”, expresando con ese medio un punto de vista más cognitivo y artístico.
Uso de apps de arte para expresarse
Conectado con los GIF están las apps. Este entorno nos ofrece atractivas posibilidades a los docentes para incorporar experiencias en el aula que enlazan con la contemporaneidad tecnológica en la que vivimos.
En el mundo de las apps encontramos algunas creadas para expresarse, comunicarse y hacer arte con ellas. Este terreno es tan amplio que desde nuestro grupo de investigación TESERACTO hemos categorizado su espectro y diseñado un primer instrumento para su evaluación, cuyos primeros resultados acaban de aparecer en la revista PixelBit.
Entre las apps que permiten crear y expresarse por medio de GIF, encontramos GIF Maker, GIFSHOP, GIF Creator o FlipaClip. Con la conexión GIF-App, los docentes pueden enseñar a sus estudiantes conceptos como el paso de una a dos y tres dimensiones espaciales, la generación de colores secundarios a partir de los primarios o trabajar la comprensión del movimiento y la expresión plástica del color, entre muchas otras acciones y expresiones que dependerán de la etapa educativa.
Todo esto, llevado a cabo desde un contexto comprometido con el aprendizaje profundo y significativo, consigue sin lugar a dudas trascender la comunicación inerte en la que a veces vivimos docentes y discentes a favor de una comunicación que se exprese estética, cognitiva y artísticamente.
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.