Hay una gran cantidad de contenido que, tras varios años emitido de forma ‘gratuita’, está pasando a ser de pago. Algunos periódicos están volviendo al método de suscripción. Canales de YouTube se enmarcan en el programa Premium o usan Patreon. Los podcasts no iban a ser una excepción.
La calidad y el trabajo duro han de remunerarse, y el mundo del streaming de audio parece lo suficientemente maduro como para dar el salto. De hecho, hace tiempo que algunas plataformas han incluido un servicio de pago como YouTube Music, con podcast premium de la plataforma de Alphabet.
Adiós al internet del ‘todo es gratis’
Los internautas nos hemos acostumbrado a que en la red el contenido sea gratuito. Abrimos el navegador y localizamos sin pagar nada más que nuestros datos noticias afines, música, reportajes e incluso libros, películas o series. De manera legal, queremos decir.
Una gran cantidad de creadores de contenido han hecho del sello gratuito la estrategia más baja posible de penetración de mercado: lo ofrezco gratis para poder llegar a más gente. Esta estrategia es útil si luego va acompañada de otras, como segmentar un libro en varios bloques y, aunque los primeros sean ofrecidos de forma gratuita, que el resto sea de pago.
Durante casi dos décadas internet ha virado hacia este contenido gratuito, y hoy se sabe que debido a ello grandes industrias como el periodismo se están quedando sin fondos. La publicidad ya no es tan rentable como antes, y la falta de ingresos está mermando la calidad del contenido.
Emitir tiene un coste que hay que pagar
Los podcasts nacieron en el internet feudal de Evgeny Morozov, pero 2019 quizá sea el año en que despeguen y empiecen a generar ingresos (para sus autores). Enmarcados en plataformas como iVoox, iTunes o Podcast, de momento algunos muy potentes han logrado sustentarse mediante ingresos publicitarios.
Según el informe ‘Reuters Institute Digital News Report 2018’, el podcast es la plataforma que más creció el año pasado. De ahí que esté surgiendo una segunda generación de podcasters que arrancan su andadura en un modelo mixto que ayuda a ganar ingresos por el trabajo realizado. Y emitir es un trabajo.
El podcast es la nueva radio, y también la antigua radio que se renueva. Para emitir basta con un micrófono, es cierto, pero el contenido de calidad que estamos recibiendo en la actualidad corresponde bien a estudios que migraron de la AM/FM al mundo digital, bien a emprendedores que han invertido tiempo y dinero en hacerse un hueco en las ‘ondas’ binarias.
Emitir tiene un coste importante. Para realizar un programa de 20 minutos, hay que trabajar horas en su guion, grabar durante más de ese tiempo y luego montar, recortando las partes innecesarias o realizando retoques. Eso sin contar las frecuentes entrevistas que escuchamos en esta plataforma. Es costoso.
¿Cómo se puede monetizar la emisión de un podcast?
Es posible que seas un podcaster, o vayas a entrar en este mundo, y te interese empezar con buen pie. Si no es generando ingresos, por lo menos que sea minimizando las pérdidas. Por suerte, hay herramientas tanto para los ‘cabeza’ de podcast como para todo ese universo de personas que orbitamos a su alrededor: técnicos, guionistas, realizadores, etc.
Uno de los modelos más usado es el mixto mencionado arriba: se ofrece parte del contenido en formato abierto, mientras que el resto permanece oculto y solo puede verse tras el pago. La plataforma más usada para ello es Patreon. Esta plataforma permite fijar un ingreso mínimo para acceder a determinado contenido, ya sea este un audio, un vídeo o un texto.
Si el suscriptor abona cierta cantidad, podrá acceder a cierto contenido. La ventaja de Patreon es que se pueden establecer varios niveles. Por ejemplo, una suscripción de un euro mensual para acceder a noticias en texto plano, dos si se quiere descargar la revista en PDF, cinco para acceder al podcast o diez para poder visualizar los vídeos del canal. Es un método interesante.
Otra forma es subir vídeos a YouTube Premium y recibir el audio mediante la fórmula de Spotify o Amazon Kindle Unlimited. En ella el usuario abona una cantidad mensual y el importe total se divide entre los artistas más escuchados, leídos, visionados, etc.
El audio amateur se ha vuelto sénior
Aunque en la emisión de audio por internet hay de todo, la calidad está mejorando considerablemente. El número de podcasts orientados a una temática específica no ha dejado de crecer. Ciencia, literatura, filosofía, política, criptomonedas, inteligencia artificial, economía… Cualquier tema está disponible, a menudo con packs gratuitos de iniciación.
Sin embargo, como hemos mencionado arriba, esto tiene un coste importante. Algunos podcasts se realizan sin ánimo de lucro, por mera diversión. Sin embargo, la mayoría acaban siendo salidas profesionales que pueden morir ahogadas por falta de ingresos.
Como oyentes es importante que caigamos en la cuenta del coste —económico y personal— de grabar un podcast. De valorarlo y de suscribirnos a aquellas plataformas o canales que escuchemos con asiduidad, incluso cuando los dueños emitan en abierto. Solo así lograremos que las emisiones de calidad continúen en activo.
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