La pereza, la madre de todos los vicios. La criticamos siempre que podemos, la despreciamos, y sin embargo es una constante de nuestras vidas hasta el punto de ponerle motes para intentar esconder esa mancha en nuestro expediente: procrastinar.
Para aquellos que tenemos un orden delante de las narices el problema se agrava aún más. Hay miles de excusas en la red capaces de rompernos el ritmo por completo, es la ventana del colegio a la que nos quedábamos mirando durante horas elevada a la máxima potencia. Pero entonces ¿qué hacemos?
Hola, procrastinación
Lo primero es reconocer el problema. Hola, me llamo Rubén y soy adicto a quedarme embobado con vídeos de gatetes. No es nada malo. Bueno, sí, pero no era ese camino el que quería coger. Lo que vengo a decir es que el problema con la pereza y la procrastinación es algo humano.
Un estudio del psicólogo Gary Marcus dicta que estamos ante un problema propio de la mayoría de mamíferos y su incapacidad para fijar objetivos sin desviarse del camino.
De esa misma investigación salen estadísticas sobre entre un 15 y 20 por ciento de adultos que se ven obligados a lidiar con ese problema de por vida. De jóvenes las cifras se intensifican aún más, con entre un 80 y un 95% de estudiantes universitarios que afirman postergar sus obligaciones con asiduidad.
Trucos y consejos para combatir la procrastinación
Vale, estamos de acuerdo en que tenemos un problema, pero todo problema tiene solución así que ¿cuál es la de este? Vamos a probar con algo muy simple. Plantéate ponerte a trabajar en la tarea más pesada que tengas pendiente.
Da pereza ¿verdad? Lo sé, pero empieza poniéndote un tiempo máximo de trabajo, por ejemplo 30 minutos. No te vas a morir por adelantar media hora de trabajo ¿verdad? Lo que probablemente te encuentres pasados 29 minutos es que, llegados a este punto, ahora que ya has cogido carrerilla y ese tiempo te ha pasado volando ¿qué mal te hace dedicarle un poco más?
Este podría parecer un consejo de baratillo, de libro de autoayuda, pero os aseguro que en más de una ocasión me he visto terminando algo que me parecía imposible por el simple hecho de ponerme manos a la obra con ello.
Herramientas y trucos para mejorar la productividad
El siguiente paso para combatir la procrastinación es tener controladas las herramientas adecuadas para ello. Ya en su día os dimos a conocer algunas técnicas para maximizar vuestras productividad, y si queréis solucionar el problema vuestras dos religiones deberían pasar a ser organización y concentración.
Con la primera nos será más fácil llevar las tareas al día, controlar qué es más prioritario en cada momento y saber posponer tareas menos importantes para no empezar siete y acabar ninguna. Cada cosa a su tiempo, y que su tiempo sea ya.
Con la segunda evitaremos las distracciones y crearemos el aislamiento perfecto para que nuestra atención a lo que estamos haciendo nos permita terminar lo antes posible y con los mejores resultados que podamos obtener. Recordad, Twitter va a seguir ahí dentro de un rato, más cosas encontrarás para leer.
Si tu mente no aguanta otro recordatorio más, hay herramientas capaces de hacerte la vida más fácil. Ahí está Evernote, por ejemplo, una completa agenda de notas desde la que puedes llevar hasta la contabilidad del hogar.
No es la única, en mi caso los avisos de calendario de Google y la sincronización con el resto de plataformas de la compañía siempre me acaban salvando de algún despiste.
Otra técnica que parece funcionar bastante bien es la del Pomodoro, un mero contador de tiempo que podemos marcar con nuestro reloj para trabajar en periodos de 25 minutos con pausas de 5 minutos entre ellos. Superados cuatro periodos te mereces un premio, así que te habrás ganado una pausa de 15 minutos antes de volver a empezar.
En AnexoM | Extensiones de OpenOffice para mejorar la productividad