Si la semana pasada hablábamos de las principales plataformas que podemos encontrar para realizar un MOOC y ya habéis elegido cuál va a ser vuestro curso para el primer trimestre del año, ahora vamos a ver cómo solucionar uno de los principales problemas de los MOOC: la tasa de abandono. Realmente es posible acabar un MOOC si sabemos planificarnos adecuadamente.
Lo primero que tenemos que hacer antes incluso de elegir el curso es nuestra disponibilidad de tiempo. ¿Cuántas horas a la semana podemos dedicar al aprendizaje? En función de esta cifra, ya sabemos qué cursos podemos afrontar. Lo habitual es que sean unas tres-cuatro horas a la semana y el curso dure varias semanas, entre cuatro y ocho. De esta forma, tenemos que reservar tiempo durante dos meses para poder dedicárselo al MOOC.
Organiza tu agenda y tu espacio de trabajo
Una vez que tenemos claro qué curso queremos hacer y cuántas horas podemos dedicarle a la semana, tenemos que organizar nuestra agenda para buscar que este tiempo sea en los momentos más provechosos. Si volvemos la mirada atrás, a nuestros tiempos de estudiantes, veremos que podíamos estudiar por la noche o por la mañana temprano, que suelen ser los dos horarios en los que encontramos más tranquilidad en casa.
Se trata de encontrar unas horas en las que no suframos interrupciones, o un momento del día en el que tengamos la agilidad mental necesaria como para poder comprender los conceptos que nos enseña la lección de ese día. Además, es recomendable disponer de unos auriculares, ya que muchas de las lecciones o materiales son píldoras formativas en vídeos, por lo que si utilizamos los cascos nos ayudará a concentrarnos mejor.
Aunque sólo vayamos a estar una hora delante del ordenador, es bueno organizar una zona de estudio. No es recomendable sentarnos con el portátil en el sofá, donde rápidamente podemos perder la concentración o relajarnos demasiado. Lo ideal es despejar una zona de la casa, una habitación que no sea un espacio común, en la que podamos estar una hora estudiando sin interrupciones.
Otro de los problemas que suelen surgir es que a menudo los MOOC los realizamos contando con las horas de los fines de semana. Esto tiene el inconveniente de la trampa de la acumulación de las horas en el mismo día. Si entre semana estamos cansados y llega el momento de ponernos delante del ordenador y no nos apetece o no tenemos ánimo, se pueden dejar para el fin de semana.
Lo malo es que luego nos encontramos que tenemos cuatro o cinco horas para hacer el sábado o el domingo, lo que supone una mañana o una tarde totalmente ocupada con estas tareas. Ya sabes cómo es tu vida los fines de semana, y muchas veces no tienes ese tiempo libre. El riesgo de esta práctica es tomar las lecciones deprisa y corriendo, sin llegar a asimilar correctamente los contenidos. También acumular retrasos, que, a poco que sean de un par de semanas, acaban suponiendo el abandono del curso.
Estudia atentamente los requerimientos y el programa del curso
Cuando realizamos un MOOC, es fundamental revisar el nivel de conocimientos iniciales requeridos. Por lo general, no se necesitan conocimientos previos de forma obligatoria, pero si son recomendables para poder seguir el ritmo del curso y asimilar la materia que se enseña. De otra forma, si no tenemos esa base, el número de horas que necesitamos invertir para cada lección se suele multiplicar por dos.
A la vez, si es posible, tenemos que revisar cómo son los materiales del curso y objetivo del mismo. Será la manera de hacernos una idea del nivel que adquirimos una vez finalizado. Se trata de buscar un curso que se adapte a nuestras necesidades, sin que sea un nivel demasiado básico que acabe por aburrirnos o demasiado avanzado para nosotros, quedándonos atrás y acabando igualmente abandonándolo.
Aprovecha la comunidad de alumnos del MOOC
Por último, un aspecto fundamental para acabar un MOOC con éxito es apoyarse en la comunidad de usuarios que están realizando el curso con nosotros. Aunque estemos solos en casa haciendo el curso, lo cierto es que hay muchos más alumnos que están en nuestra misma situación, nuestras dudas seguramente ya le han surgido a alguien más, y podemos preguntar en el foro del curso para resolverlas.
A la vez, hay cursos cuyos coordinadores proponen un aprendizaje para el alumno más participativo, que no sólo se limita a las píldoras y materiales que nos entregan, sino también propone al alumno que indague, busque información sea parte básica en la creación del temario. Es un reto para el docente, además de para los participantes en el MOOC.
La colaboración con otros alumnos nos hace sentirnos parte de una comunidad educativa, de un proyecto común que nos ayuda a estar más enganchados al curso. De esta forma, es más fácil coger el ritmo del mismo, no sentirse desplazado o abandonar porque no importa a nadie. Si nos hemos comprometido a colaborar con otros alumnos, será más complicado que llegue ese momento donde nos planteamos abandonar, o incluso, si llega, tendremos a alguien que nos anime a no dejarlo.
Los MOOC son una oportunidad educativa que no deberíamos dejar escapar. No se trata de que, por ser cursos gratuitos, no tengamos que valorarlos, todo lo contrario. Además, si obtenemos el certificado de aprovechamiento que muchos de ellos nos ofrecen, es una buena oportunidad para presumir en nuestro currículo de curso realizado por alguna prestigiosa universidad.
En Anexo M | Si la mejor inversión para tu futuro es la formación, no te olvides de las plataformas gratuitas MOOC
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Yo, en casi dos años he hecho ya bastantes y la inmensa mayoría los he terminado.
Cuales no? Alguno cuyo tema me atraía pero no para un curso sino algo más corto (tipo reportaje, documental,…) y uno en que los test eran eternos y las preguntas excesivamente técnicas.
Yo los hago por ocio, en la primera hora de la mañana, y con cascos. 1-2 horas semanales son fáciles de sacar.