Uno de los problemas de la economía española es su baja inversión en I+D, es decir, en la producción de nuevos productos o servicios, o en la mejora de los existentes. Este es un tema clave porque va a determinar en el futuro la capacidad productiva del país, los salarios de los trabajadores o, en última instancia, el bienestar de todos los ciudadanos en forma de cobertura sanitaria, gasto en educación o pensiones. En España se dedicó el 1,2% del PIB a la investigación y el desarrollo en 2017, mientras que el pico llegó en 2009 con el 1,4%. De esa inversión, un poco más de la mitad fue privada.
Este porcentaje de inversión es poco más de la mitad que el europeo (alrededor del 2% del PIB) y está muy lejos del que exhiben los países que más apuestan por la investigación y su aplicación al tejido productivo, que son Corea del Sur e Israel, con un 4% del PIB, seguido de los países nórdicos o Japón, que sobrepasan holgadamente el 3%. En Europa, la economía de referencia, la alemana, donde el sector industrial es clave, también muestra una clara apuesta por el I+D y ronda ese 3%. Estados Unidos se mueve en estas cifras y China ha hecho un importante esfuerzo en la última década y ha doblado sus cifras, hasta alcanzar el 2% del PIB.
Como en otras muchas estadísticas de desarrollo a nivel mundial, en el ámbito del I+D, España se mueve en la zona media-baja de los países punteros. Concretamente, está en el puesto 30º de la tabla global, según datos de la Unesco. En 2017, la inversión total en I+D de España sobrepasó ligeramente los 14.000 millones de euros. Para hacernos una idea: empresas punteras a escala global como Volkswagen, Microsoft o Samsung casi llegan a esta cifra por sí solas.
SOlo el Banco Santander entre los primeros
Las corporaciones españolas tampoco destacan en el ranking mundial del I+D. Según un informe reciente de la consultora Oliver Wyman que toma como base datos de 2016, la única compañía nacional entre las 87 que más dedican a este capítulo en el mundo es el Banco Santander, que cada año gasta por este concepto algo más de 1.700 millones de euros.
Es una cifra que palidece ante lo que muestra la empresa europea más inversora, el fabricante alemán de coches Volkswagen, que se deja en I+D cada ejercicio casi 13.700 millones de euros, o lo que invierten gigantes tecnológicos como Alphabet (el holding en el que se incluye Google), Microsoft, Intel o Samsung, que superan con creces los 12.000 millones de euros cada uno.
El informe de Oliver Wyman muestra que la inversión en I+D está muy concentrada en el mundo. Así, los 87 primeros inversores concentran la mitad del gasto mundial. Es un dato que pone de manifiesto aquello de que “el tamaño importa”, y mucho, a la hora de investigar e innovar. Por otra parte, el informe también demuestra que el I+D mundial está bastante equitativamente repartido por continentes entre América, Europa y Asia, aunque hay que tener en cuenta el carrerón que en los últimos años lleva China, y que está poniendo en cuestión las políticas de innovación en otras zonas.
El mejor exponente de este esfuerzo inversor en el gigante asiático es el fabricante de móviles y equipos de telecomunicaciones Huawei, que se ha encaramado a los primeros puestos del ranking mundial, con una inversión anual que supera los 10.000 millones de euros. Por sectores, los que más se dejan en investigación y desarrollo son, por este orden, automoción, transporte, aeroespacial y defensa, energía y TI.
Carencias locales
Volviendo a España, los expertos dicen que el excesivo peso de las pymes y de actividades de bajo valor añadido (como el turismo o la construcción) en la economía nacional, unido a la escasa conexión de la universidad con el tejido productivo o la poca predisposición de la banca a la inversión en proyectos basados en intangibles, están detrás de las anémicas cifras del I+D en el país. Según datos de la Unión Europea dados a conocer a finales de 2017, solo 16 empresas nacionales figuraban entre las 567 que en el continente más invierten en investigación y desarrollo. Ese número contrasta con el de Alemania o Reino Unido, que tenían en esa lista 134 firmas cada una.
En esa clasificación, el Banco Santander volvió a liderar el ranking nacional del I+D, situándose en el puesto 28 a nivel europeo. Le siguieron Telefónica (45), Amadeus (52), Grifols (136), Iberdrola (138), Acciona (147), Indra (167), Banco Popular (hoy integrado en Banco Santander, 207), Repsol (290), Pharma Mar (298), Almirall (305), Siemens Gamesa (314), Ferrovial (384), ACS (439), Obrascon Huarte Lain (514) y Sener (559). Como se ve, muchas constructoras y firmas de servicios públicos o utilities, además de algunas compañías del sector sanitario y tecnológico. Un reflejo del tejido productivo del país.
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