¿Os acordáis del ‘Doctor Dolittle‘? Sí, unos relatos que escribió Hugh Lofting y que, más tarde, se hicieron populares cuando Eddy Murphy los llevó al cine. Como sea, este personaje ha pasado a nuestro acervo popular por su capacidad para hablar con los animales. La tecnología nos presenta un futuro lleno de posibilidades. Cada vez, más retos que antes nos parecían de ciencia ficción se transforman en una realidad que puede llamar a nuestra puerta. ¿Todos y cada uno de ellos? ¿Alguna vez habéis fantaseado con hablar con vuestra mascota? Pues bien, esto es lo que las últimas novedades tienen que decir al respecto.
Nos gustan las fechas que ponen un plazo y marcan la cuenta atrás. Así, unas conferencias celebradas para conmemorar el 50 aniversario de la revista New Scientist supieron cómo llamar nuestra atención. Allí se habló de todo: del futuro del hombre, de la vida en otros planetas… Y también de cuándo podríamos comunicarnos con los animales, que predicen llegará en 2056. El biólogo Daniel Pualy, director del Centro de Anfibios de la Universidad de British Columbia fue el encargado de ofrecer tan llamativo titular. El científico explicó que los animales podrían comunicarse con nosotros a través de un dispositivo que podría interpretar sus pensamientos y emociones. Y que primero funcionaría con los primates para después pasar a mamíferos. Hasta llegar a seres vivos invertebrados.
Los perros de las praderas
Llegados a este punto, tenemos que destacar un nombre: Constantine Slobodchikoff, un profesor de la Northern Arizona University. Este investigador ha dedicado buena parte de su carrera al estudio del lenguaje de los animales y en 1993 creó Animal Communications, para profundizar con más ahínco en sus estudios. Y para ello, se ha acercado a unos animales nativos de Estados Unidos. Aunque son roedores, parecidos a la marmota, se les conoce como perros de la pradera. Y Slobokchikoff está investigando y documentado su «idioma». A esa lengua, le llama Prairiedogese, y consiste en una serie de sonidos muy elaborados que detonan diferentes acciones y comportamientos.
Slobodchikoff y su equipo grabaron los diferentes sonidos cuando los perros de las praderas los emitían ante la presencia de otros animales y estudiaron sus frecuencias. Llegaron a la conclusión de que existían voces distintas para referirse a «humano», «coyote», «halcón»… Su investigación fue más allá. Diferentes participantes en el estudio se vistieron con ropa de colores distintos. Y comprobaron que los perros de la pradera reaccionaban con sonidos diferentes, lo que según el equipo de estudio, vendría a significar que son capaces de identificar y señalar los colores.
Algo muy interesante de este estudio es que, según Slobodchikoff, la lengua de los perros de las praderas podría ser extrapolable a otros animales. Ello se podría lograr gracias a las nuevas tecnologías y a herramientas como la inteligencia artificial que, primero, aprendería el idioma de estos animalillos y, después, sería capaz de aplicar esos conocimientos para llegar a entender el habla de otros animales según su tono, intensidad, volumen… El profesor explica que, en diez años, podríamos tener dispositivos que fueran capaces de hacernos entender a perros y gatos.
No more woof
Los deseos por alcanzar nuevas metas nos pueden llevar a caminos sin salida. El neurotech está más de moda que nunca y muchos quieren ser los pioneros de un mundo que parece unir fantasía y realidad.
En 2013, la empresa Nordic Society for Invention lanzaba una revolucionaria campaña de crowdfunding a través del portal Indiegogo con la que quería recaudar fondos para un proyecto bestial (nunca mejor dicho). Se trataba de No more woof, un traductor para perros. Los creadores lanzaron un prototipo: un gadget con un software capaz de analizar las señales recibidas a través de electrodos, que capturaban las ondas cerebrales del animal y las hacían llegar al dueño de la mascota a través de un altavoz.
La campaña funcionó muy bien; seguramente, por lo innovador de su propuesta y recibió una gran promoción y difusión en muchos medios de comunicación. Se trabajaba con ocho voces diferentes, diferentes idiomas, distintas versiones que pudieran captar sentimientos más complejos… Todo para nada. Hace tan sólo unos días, NSID reconocía que no habían conseguido crear el dispositivo y que las pruebas que habían hecho no habían conseguido los resultados esperados.
Interspecies Internet
No todos los proyectos tienen que tener un final infeliz. Desde hace unos años, un grupo de científicos trabaja en el proyecto Interspecies Internet, presentado en TED en 2013. Se trata de una idea que busca romper las barreras comunicativas y aprovechar las ventajas de Internet para tratar de comunicarnos con los animales (y otros seres vivos). En este proyecto, que realmente sí parece de ciencia ficción, trabajan nombres como Neil Gershenfeld o Vint Cerf, de los considerados padres de la red.
Pues bien, ¿en qué consiste? La idea es que aprovechemos las herramientas digitales para poder entender a los animales. Para ello, se busca crear una interfaz visual y sonora que pueda ser común para personas y animales. Todo parte de algunos interesantes experimentos. Durante la conferencia en TED, el músico Peter Gabriel, muy involucrado en este proyecto, mostró un vídeo en el que interpretaba una melodía junto a un chimpancé bonobo. Animales como los delfines o los elefantes tendrían una inteligencia que les permitiría comunicarse, por lo que la clave sería que pudieran hablar también con los humanos, para lo que los experimentos del iPad con delfines estarían dando interesantes resultados. Estarían trabajando también con espejos, en los que los animales se reconocerían. Siendo el principio de reconocimiento de la individualidad un factor clave para la inteligencia de cualquier ser vivo.
El lenguaje de los animales
Todo parte de una premisa: ¿tienen los animales capacidad para comunicarse entre ellos? Los estudios al respecto se multiplican. Los delfines serían capaces de comprender incluso las diferencias gramaticales de una frase. También las aves tendrían una comunicación elaborada, en la que el uso de sílabas no es aleatorio. Un experimento llevado a cabo por la Universidad de Kyoto habría probado que los pinzones de Bengala entienden las normas gramaticales. Los investigadores captaron su melodía y la manipularon para alterar sus partes. Pues bien, los pájaros sólo reaccionaban ante la versión sin manipular.
Por su parte, la Fundación Mona estaría trabajando con simios que han aprendido el lenguaje de signos, a través del que son capaces de comunicarse. Son los primates los que más nos sorprenden, claro, por su conexión con nosotros. Así, otro interesante experimento de la Universidad de St. Andrews en Escocia, nos habla del lenguaje de los chimpancés salvajes. Del que se habrían descifrado 19 mensajes y 66 gestos a modo de vocabulario.
Además, tenemos el viaje contrario. Los animales también nos entienden a nosotros. La revista Current Biology publicó un estudio que explicaba que los perros son capaces de procesar algunas partes de nuestra habla. La clave estaría en la separación de los hemisferios cerebrales a la hora de procesar la información. En los perros, también cada hemisferio trabaja con partes diferentes del lenguaje, como hace el cerebro humano.
Los animales hablan entre ellos, se comunican y nos entienden. ¿Estamos cada vez más cerca de poder entender lo que nos dicen?
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