Javier Lascuráin, de Fundéu: »El mundo de la lengua no es algo pasado de moda sino vivo y emocionante»

Javier Lascuráin Sánchez lleva gran parte de su vida trabajando como periodista en la Agencia EFE, »intentando escribir rápido y bien», según sus propias palabras. Ahora, es el coordinador general de la Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA), una institución sin ánimo de lucro que tiene como principal objetivo impulsar el buen uso del español en los medios de comunicación y las redes sociales. Fundéu nació en el año 2005, fruto de un acuerdo entre la Agencia Efe y el banco BBVA, y trabaja asesorada por la Real Academia Española.

Su equipo formado por periodistas, lingüistas, lexicógrafos, ortotipógrafos, correctores y traductores pretende ayudar cada día a todos los que utilizan nuestro idioma y, durante los últimos años, lo hace principalmente a través de plataformas digitales. Pero, ¿cómo se adapta Fundéu a la nueva realidad digital? ¿Qué pasa con el idioma en este entorno convulso y cambiante? El coordinador general de la Fundación nos arroja un poco de luz sobre estos temas y pone otros muy interesantes sobre la mesa.

–  La tecnología avanza a una velocidad de vértigo, tan rápido como cambia la forma de comunicarnos y de relacionarnos con otras personas. Nuevos medios de comunicación, más redes sociales, pero ¿nos estamos dejando el buen uso del lenguaje por el camino? ¿Cree que asistimos a un empobrecimiento del idioma?

Mi visión, y en general la de la Fundéu no es nada castastrofista. Es cierto que el nuevo (si es que se le puede llamar nuevo a estas alturas del siglo) entorno de comunicación digital supone un reto para el idioma. Pero uno como tantos otros de los que ha superado y que le han ayudado a evolucionar a lo largo de los siglos. Así que prefiero ver la botella medio llena. Vivimos en un momento excepcional en la historia de la comunicación. Nunca antes tantos millones de personas habían tenido la oportunidad de comunicarse oralmente y por escrito de forma pública. Y eso, al margen de otras consideraciones, supone una oportunidad única para hacer que se interesen por el idioma, por su buen uso, por la corrección de sus mensajes, por la infinita cantidad de recursos que pone a su alcance.

Respecto a si hay un empobrecimiento, creo que es dudoso. Y que, si lo hay, no tiene sentido achacarlo sin más a las redes sociales y las nuevas formas de expresarse. Ocurre que hasta hace unos años solo podíamos saber cómo escribía una cierta élite (profesores, escritores, periodistas…) y hoy leemos lo que escriben en las redes y en otros formatos millones de personas de toda clase y formación, algunos de los cuales se expresan muy bien y otros muy mal. Eso puede llevarnos a pensar erróneamente, en mi opinión, que antes todo el mundo escribía bien y hoy todo el mundo escribe mal.

»Hace unos años solo podíamos saber cómo escribía una cierta élite y hoy leemos en las redes a millones de personas de toda clase y formación».

– Cada vez hay más nativos digitales, todos estamos familiarizados con internet y, por tanto, con una cantidad ingente de extranjerismos. Parece que todo suena mejor en inglés, como las nuevas profesiones relacionadas con el entorno digital. ¿Cómo afecta a nuestra lengua? ¿El castellano se está adaptando a las demandas actuales?

Es cierto que cada día nos llegan decenas de palabras nuevas de otros idiomas, sobre todo del inglés. A veces para designar nuevas realidades y otras para renombrar algunas que ya existían. El fenómeno no es nuevo: desde hace siglos el español ha adoptado y adaptado palabras de otras lenguas que resultaban útiles a los hablantes y que hoy usamos en general sin la menor conciencia de estar empleando lo que un día fueron extranjerismos (bar, fútbol, chocolate, garaje, robot..).

Por ello, creo que es bueno que lleguen términos que completen nuestro idioma. Pero una cosa es eso y otra aceptar de forma acrítica (por complejo, por desconocimiento o por pereza) cualquier anglicismo, sin pararnos un minuto a ver si nuestra lengua tiene una buena alternativa. Poner esas formas españolas sobre el tablero de juego del idioma es lo que pretende hacer la Fundéu en muchas de sus recomendaciones. Luego serán los hablantes, los verdaderos dueños del idioma, los que decidirán si se quedan con la palabra extranjera o con la alternativa española.

– Aunque puede resultar extraño que más de 500 millones de personas hablan español, pero nuestra lengua no consiga frenar el avance de neologismos en inglés, que tiene una clara ventaja en el ámbito tecnológico. Carmen Posadas dijo recientemente que se hacen negocios en inglés y se sueña en castellano, ¿es suficiente?

Es cierto que el español es una lengua pujante en muchos ámbitos. No sé si en el de los sueños, pero desde luego en el del arte, la creación, la música… Sin embargo, hay un acuerdo casi general en que no es tan relevante en el ámbito de la ciencia y de la tecnología, que parecen campos de dominio casi exclusivo del inglés. Seguramente es ahí donde hay que hacer un mayor esfuerzo.

»La ortografía en sentido amplio es nuestra primera carta de presentación en las redes sociales».

Muchos de estos neologismos y las nuevas formas de escritura se desarrollan en las redes sociales. ¿La buena ortografía ha pasado a un segundo plano en este campo? Las etiquetas o hashtags pueden llevar tildes sin que ello suponga ningún problema en las búsquedas, pero la realidad es que casi nadie las utiliza…

Quizá porque alguien le hizo creer que debían renunciar a ellas, cuando la realidad es que, hoy por hoy, muchas redes sociales como Twitter permiten el uso de las tildes sin que eso suponga problemas técnicos ni en las búsquedas. ¿Por qué usar la etiqueta #DiaDelEspañol pudiendo usar #DíaDelEspañol? Hace algún tiempo llamamos la atención sobre ese asunto con una campaña en redes a la que llamamos #acentúate y que tuvo cierto éxito.

Yo considero que en las redes sociales hay de todo, como en la vida en general. Y por supuesto hay gente que maltrata allí el idioma, pero también quien lo cuida, quien lo utiliza de forma sabia… No es para nada incompatible escribir en redes con escribir bien y hay miles de cuentas que lo demuestran. No solo eso, sino que la ortografía en sentido amplio es nuestra primera carta de presentación en ese ámbito, donde cuenta lo que decimos pero también cómo lo decimos y donde unas formas descuidadas pueden afectar negativamente a nuestra reputación digital.

Así que, reconociendo que se ven muchas patadas la a ortografía y la gramática, vuelvo a la botella medio llena y a considerar que estamos ante una estupenda oportunidad para interesar a muchas personas en estos temas.

– Hoy en día escribimos más, el declive de la conversación trae aparejada una mayor importancia de los mensajes vía email o por aplicaciones como WhatsApp. Parece que se acabó aquello de comerse las vocales y los autocorrectos cobran fuerza. ¿Qué opinión le merecen?

Me dan bastante miedo, aunque lo cierto es que han mejorado mucho y siguen mejorando. El peligro está en su propio nombre, en creer que son correctores que pueden hacer correcto un texto incorrecto. Y no pueden, en general. Pueden sugerir, ayudar, sin duda. Creo que es útil ver qué nos proponen, pero no dejar que hagan ellos las correcciones sin un repaso posterior nuestro. Eso me parece bastante peligroso hoy por hoy.

Y sobre el modo de escribir, yo pienso que eso de comerse la vocales, saltarse signos de apertura de interrogación y exclamación o usar abreviaturas (dnd kdms?) no tiene por qué ser malo (en según que contextos, claro). En un grupo de WhatsApp entre amigos no le veo nada de malo si todos compartimos ese código y es, además, una comunicación privada. El verdadero peligro es no entender que eso, que puede valer para ese ámbito privado, no es adecuado en un contexto público (y las redes sociales al final lo son) ni en uno más formal (un examen, un escrito de trabajo, un medio de comunicación…). Y mi impresión, y no es más que eso, es que el hecho de que usemos todas esas herramientas tan distintas desde un mismo dispositivo puede llevarnos, si no ponemos cuidado, a confundir registros y códigos.

»Muchas redes sociales como Twitter permiten el uso de las tildes sin que eso suponga problemas en las búsquedas».

– «Youtubero», la adaptación propuesta del anglicismo «youtuber», y «ningufonear», una alternativa al inglés «phubbing» que se usa para definir la actitud de quien solo presta atención a su dispositivo móvil mientras desatiende a quien tiene delante, estuvieron entre las finalistas para convertirse en palabra del año. Finalmente no se alzaron con el galardón, ¿influyó en la decisión final que las utilice muy poca gente?

La verdad es que no fue esa la principal razón. Esos dos casos ejemplifican bien lo que comentaba antes de nuestra postura a la hora de ofrecer alternativas a los anglicismos. Cuando detectamos que una palabra inglesa que nos parece innecesaria se está popularizando, tratamos de ofrecer una alternativa para que al menos los hablantes puedan decidir con cuál se quedan. Estas dos quizá cuajen o quizá no…

Al final ninguna de ellas fue palabra del año, pero más bien porque en nuestros debates sobre ese asunto fueron ganando peso los términos del ámbito de la política, en un año muy marcado por los acontecimientos de ese tipo. Y acabó siendo populismo.

Fundéu

– Fundéu se adapta a las nuevas tendencias y ha lanzado apps y guías para fomentar el buen uso del lenguaje. ¿Puede destacar algún caso de éxito? ¿Algún nuevo proyecto sobre la mesa?

Bueno, creo que el éxito fundamental es el de haber conseguido ser una referencia del buen uso del idioma no solo entre los periodistas, que era el objetivo primigenio de Fundéu, sino también en las redes. Y contar con una comunidad de seguidores no solo numerosa, en Twitter nos acercamos al cuarto de millón, sino, sobre todo, entusiasta, comprometida, colaboradora… Eso nos hace sentirnos muy orgullosos. Hay varios proyectos sobre la mesa, pero permíteme que haga como los actores y no los cuente hasta que no estén maduros, no vaya a ser que se gafen.

»Cuando detectamos que una palabra inglesa que nos parece innecesaria se está popularizando, tratamos de ofrecer una alternativa».

– Además, acaban de presentar unas recomendaciones para los profesionales de la red, la ‘ultrahipermegasuperchuleta’. Explíquenos sus claves.

Es una idea de nuestro compañero Álex Herrero para su intervención en el Congreso Internacional de Redes Sociales Comunica2 de la Universidad Politécnica de Valencia, donde habló de la importancia de cuidar nuestras palabras en ese ámbito. Y resumió en esa chuleta cinco claves básicas que a veces olvidamos antes de darle a la tecla de enviar y que, si las observamos, pueden ahorrarnos algún disgusto: claridad, uso de términos correctos y comprobados (no uses palabras de cuyo significado no estás seguro), puntuación adecuada (una coma puede cambiar el sentido de su frase), acentuar las etiquetas y revisar antes de mandar el mensaje.

– ¿Cuál es y ha sido la estrategia de digitalización o transformación digital de la Fundación del Español Urgente? ¿Cuáles son los pilares de su presencia en Internet?

La Fundación entendió muy pronto que su ámbito natural de actuación era el entorno digital y las redes sociales, a las que se lanzó muy pronto y de forma muy decidida. Básicamente por dos razones: por un lado porque una institución que pretende promover el buen uso del idioma debe estar donde este más se usa; es más, donde creo que se juega buena parte del futuro del español. Por otra, porque las redes, y en nuestro caso en especial Twitter, ofrecían una plataforma ideal para la labor de consultoría urgente que llevamos a cabo.

– Todos quieren conquistar a los millennials y a la generación Z, ¿cómo intenta Fundéu llegar al público más joven? ¿Cómo tratan de despertar su interés por el lenguaje?

Estando en los foros y redes donde ellos están, tratando de ponernos en su lugar, intentando alejarnos de un tono aburrido y doctoral que creemos que no llega a los seguidores, ¿por qué una cuenta sobre el buen uso del idioma no va a poder usar emoticonos o imágenes animadas?. Además, abordando asuntos que les interesan: hablamos del lenguaje de la Guerra de las Galaxias, del mundo de los jugones de los videojuegos o de las palabras y significados que ellos usan como zasca, bizarro, trolear… En definitiva, se trata de mostrar que el mundo de la lengua no es algo apolillado ni pasado de moda sino vivo y emocionante.

»¿Por qué una cuenta sobre el buen uso del idioma no va a poder usar emoticonos o imágenes animadas?»

– Fundéu tiene casi 250.000 seguidores en Twitter y todos hemos hecho alguna consulta a través de las redes sociales. Su rapidez e inmediatez son un aspecto positivo para mejorar el uso del lenguaje. ¿Cuántas dudas resuelven cada día aproximadamente?

Respondemos a través de varias vías: las redes sociales, el correo electrónico ([email protected]), el formulario de consultas de nuestra web, nuestra aplicación para móviles y el teléfono (91 346 74 40). En total, calculo una media de 150 diarias aproximadamente.

– Como colofón, ¿puede desvelar algunas de las más curiosas o una anécdota relacionada con sus seguidores?
Más que anécdotas concretas se me ocurren algunas preguntas o reacciones de nuestros seguidores en Twitter, siempre atentos y casi siempre agudos como estos:

Rápidos como esta seguidora que apenas unos minutos después de que diéramos a conocer la palabra del año 2016 colgó un meme con su propuesta de próxima palabra del año:

También los hay muy fieles, otros para los que algunas de nuestras propuestas ponen a prueba su fidelidad y algunos muy enamorados.

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