Su primera palabra fue flamingo. Al menos, según las anotaciones de su madre en el libro del bebé. Pero Rodrigo Medellín ha dedicado su vida a otro animal alado, el murciélago. Y, de rebote, ha contribuido a la sostenibilidad del tequila.
Los animales y, en especial, los mamíferos, se convirtieron pronto en una obsesión. “Siempre digo que tengo especie de deformidad mental”, bromea. A los 11 años quiso participar en ‘El Gran premio de los 64.000 pesos’, un popular concurso de la televisión mexicana. Era un programa para adultos, pero logró convencer a los productores de que lo dejasen participar. Quería contarles a todos lo que sabía sobre los mamíferos.
“El programa era los sábados a las siete de la noche. Había tres canales. Todo México lo veía”, recuerda Medellín. Entre ellos estaba el doctor Bernardo Villa, del Instituto de Biología de la Universidad Autónoma de México (UNAM) y decano en el estudio de los mamíferos en el país norteamericano. En menos de dos semanas se había puesto en contacto con Medellín y lo había invitado al Instituto de Biología de la UNAM para seguir aprendiendo: “Fue un sueño hecho realidad”.
A partir de ahí, un afán investigador precoz se convirtió en una carrera brillante. Investigador a tiempo completo del laboratorio de Ecología y Conservación de Vertebrados Terrestres del Instituto de Ecología de la UNAM, Rodrigo Medellín es también representante Autoridad Científica de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) en México y Explorer at large de la National Geographic Society.
Pero, sobre todo, el ‘Batman mexicano’, como lo bautizó la BBC en un documental narrado por David Attenborough, es un enamorado de los quirópteros. Y, en particular, de tres especies que tienen una curiosa relación con la supervivencia del tequila.
«La pandemia es un resultado directo del destrozo del medioambiente. Es una llamada de atención muy seria»
– Como representante de CITES, ¿qué riesgos tiene el comercio de vida salvaje para la biodiversidad?
Creo que la situación actual de pandemia lo ha dejado claro. Pero podemos ilustrarlo también con un ejemplo concreto. Aquí, en México, tenemos el caso de la vaquita marina [una especie de marsopa endémica del golfo de California], que está en peligro crítico de extinción. Sabemos que este cetáceo está en riesgo por las redes agalleras que se utilizan para pescar la totoaba. La vejiga natatoria de este pez se puede vender en el mercado chino hasta por 60.000 $ la unidad.
Solamente si se pudiera asegurar el perímetro del norte del golfo para que no entrasen los barcos pesqueros se podría solucionar el problema. Pero no hay interés ni medios para hacerlo.
– Se ha dicho muchas veces, pero ¿crees que es posible replantearnos nuestra relación con la naturaleza?
Bajo la situación actual tenemos una oportunidad perfecta. La pandemia es un resultado directo del destrozo del medioambiente. Es una llamada de atención muy seria. Tenemos que hacer algo para minimizar nuestro impacto. Las nuevas generaciones vienen con interés de cambiar los paradigmas y mejorar nuestra relación con la naturaleza. Hay muchas cosas que entre todos podemos hacer.
«Los murciélagos han sido muy maltratados en la historia. Injustamente maltratados. Pocos animales hacen más por nuestro bienestar que ellos»
– Los murciélagos, los quirópteros, son el orden de mamíferos más abundante. ¿Por qué tenemos una relación tan tensa con ellos?
Los murciélagos son el segundo grupo más diverso de mamíferos en términos de números de especies. El primero son los roedores. Pero los murciélagos son los más diversos en términos de morfología e historia natural. Cuando ves un roedor, ya has visto a casi todos. El 90% de las especies de roedores son ratas y ratones, todas muy parecidas. Los murciélagos son muy diversos entre sí.
Los murciélagos han sido muy maltratados en la historia. Injustamente maltratados. Pocos animales hacen más por nuestro bienestar que ellos. Están presentes cada día de nuestra existencia.
La mala imagen del murciélago es relativamente reciente. Si nos remontamos al México prehispánico, encontramos la imagen del murciélago como indicador de abundancia, de alegría y de buena salud. Lo mismo sucede en otros países. En China, por ejemplo, los murciélagos tienen un muy buen nombre, a pesar de que ahora se les estén echando la culpa de la COVID-19, que es algo completamente falso.
«Hay un virus de murciélago que se parece en un 96% al SARS-CoV-2. Eso es tanto como decir que nosotros venimos de los chimpancés»
– ¿Falso?
Cuando aparecieron los primeros casos de COVID-19 en China, se publicó un artículo que relacionaba el SARS-CoV-2 con un coronavirus presente en los murciélagos. Ya teníamos un culpable y los medios lo aprovecharon.
La realidad es que el SARS-CoV-2 es una especie más de coronavirus, una familia de virus que se investiga mucho en murciélagos, pero que existe en muchos otros animales. Este primer artículo señalaba que había un virus de murciélago que se parecían en un 96% al SARS-CoV-2. Eso es tanto como decir que nosotros venimos de los chimpancés, con los que compartimos el 99% del material genético.
– De hecho, un artículo reciente señalaba que la línea del SARS-CoV-2 parece haberse originado hace unos 70 años.
Exactamente. Al igual que los chimpancés y nosotros compartimos un ancestro, el SARS-CoV-2 y este coronavirus hallado en murciélagos comparten un pasado común. De ninguna manera el virus de la COVID-19 ha venido de los murciélagos. Es más, llevamos más de 18 millones de contagios en el mundo. Todos han sido infectados por otras personas, no por murciélagos.
Y por ir un poco más allá, si alguien tomase el virus de los murciélagos y lo pusiera en nuestro cuerpo, lo más probable es que no nos infectásemos. El SARS-CoV-2 tiene una corona de proteínas S que son las que abren la cerradura de las células de los huéspedes que infecta. El virus de los murciélagos tiene la llave para las células de los murciélagos, no las humanas. Esto quiere decir que ese virus no puede afectarnos.
«Los murciélagos no son los enviados del mal, no son feos, no son sucios, no nos pasan enfermedades»
– Volviendo sobre nuestra relación con los murciélagos, ¿por qué tenemos una imagen negativa de ellos?
Cuando llega Hernán Cortés a México, le acompañaba un hombre, Gonzalo Fernández de Oviedo, que reflejó en sus crónicas que había unos animales nocturnos voladores que se alimentaban de la sangre de caballos y soldados. Sin embargo, la mala imagen es muy posterior.
Vayamos a finales del siglo XIX, a la novela ’Drácula’ de Bram Stoker. Él usa el concepto de vampiro de Europa Central, que se refiere a seres humanos muertos, que reviven por la noche para chuparle la sangre a los vivos. Pero necesitaba que su vampiro se pudiese mover grandes distancias. Ahí es donde conecta el vampiro con las historias de los murciélagos que se alimentan de sangre y empieza a empeorar la imagen de estos animales.
Desde entonces, todos los que trabajamos con murciélagos nos hemos dedicado a mejorar esta imagen. Los murciélagos no son los enviados del mal, no son feos, no son sucios, no nos pasan enfermedades.
– Antes nombrabas los beneficios ecológicos de los murciélagos, ¿cuáles son?
Se pueden resumir en tres grandes beneficios. El primero es el control de plagas agrícolas y plagas que causan enfermedades humanas. Por ejemplo, solo en la frontera norte de México existen entre 20 y 40 millones de murciélagos guaneros. Cada millón de estos murciélagos destruye 10 toneladas de insectos cada noche. Más del 70% de estos insectos son plagas para la agricultura. Sin murciélagos, los insectos se comerían todo. Si hoy tienes una camisa de algodón, te tomaste un café o comiste unos tacos o un tamal, es gracias a los murciélagos.
El segundo beneficio es la dispersión de semillas. En zonas tropicales, los murciélagos son los recolectores más importantes. Dispersan millones de semillas cada noche. Por ejemplo, en la selva Lacandona (México) dispersan entre dos y cinco semillas por metro cuadrado por noche. [Esta región tiene cerca de un millón de hectáreas de superficie y cada hectárea son 10.000 metros cuadrados]. Casi todas las frutas tropicales, como mangos y guayabas, existen gracias a la dispersión de sus semillas por parte de los murciélagos.
El tercer beneficio es la polinización. Muchas plantas dependen de los murciélagos para su polinización. Algunas de ellas de gran importancia económica.
– Como el agave, del cual se destila el mezcal y el tequila, cuya polinización depende de un tipo de murciélago.
Los agaves son la fuente del tequila, una importante industria y un elemento importante de la identidad mexicana. Existen tres especies que visitan los agaves y contribuyen a su polinización. El murciélago magueyero menor es el más importante, pero también están el magueyero mexicano y el trompudo.
«Algunos productores le niegan al agave la posibilidad de mantener una diversidad genética elevada, clave para que las especies se protejan de cambios en el entorno»
– Sin embargo, la producción de mezcal y tequila se ha distanciado de estas especies.
La producción de mezcales en México viene desde el año 1700 aproximadamente. El tequila surge como un mezcal de importancia especial y en ese contexto aparece José Cuervo, que revoluciona la producción de tequila a finales del siglo XVIII. Lo hace gracias a utilizar la reproducción asexual del agave.
A modo de inciso, la reproducción sexual del agave, mediante polinización, se produce una única vez en la vida. Florecen y se mueren. Sin embargo, la reproducción asexual se produce mediante hijuelos, clones genéticamente iguales.
Al usar estos hijuelos para aumentar la producción de agave, los productores le niegan a la planta la posibilidad de mantener una diversidad genética elevada. Esta diversidad es clave para que las especies se protejan de cambios en el entorno y de enfermedades.
– ¿Esto ha llegado a afectar a la producción en algún momento?
En los años noventa empezamos a visitar a los productores de tequila para que invirtiesen en la protección del murciélago para asegurar la viabilidad futura de las plantaciones. Pero no nos hicieron mucho caso. Varios estudios han señalado desde entonces la baja diversidad genética de las plantaciones. Millones de ejemplares proceden de un puñado de plantas originales. El problema es que, si llega una enfermedad, todas las plantas se van a enfermar.
En 2010 llegó la plaga y la situación se hizo más evidente. Así, en 2012, empecé a trabajar con David Suro, un restaurador mexicano y productor de tequila afincado en Filadelfia, Estados Unidos. Está muy comprometido con la sostenibilidad de la producción de agaves. Ese mismo año nos reunimos con un grupo de productores de producción intermedia y empezamos a trabajar para cambiar la situación.
Lo único que se necesitaba era que los productores dejasen que el 5% de los agaves floreciesen y que nosotros pudiésemos comprobar y verificar que se estaba produciendo la polinización, que había reproducción sexual, semillas y se recuperaba la diversidad genética de la especie. Gracias a este proyecto, el Tequila Interchange Project, y a la UNAM, empezamos a certificar algunos productores como Bat Friendly.
– ¿Cuál es el seguimiento de la iniciativa en la actualidad?
Empezamos con seis marcas y hoy tenemos algunas más, pero la producción de tequila amigable con los murciélagos se ha venido un poco abajo. La crisis del precio del Agave tequilana está teniendo impacto. Cuando empezamos con Bat Friendly, cada kilo de cabeza de agave para tequila costaba tres pesos (11 céntimos de euro). Hoy está en 23 pesos (87 céntimos). En los últimos tres años, el precio ha estado tan elevado que los productores de agave no pueden permitirse reducir la producción en un 5% de la plantación. Esperemos que el precio baje en el próximo año y que la iniciativa se recupere.
– ¿Seguir perdiendo diversidad genética no es también arriesgado?
Claro, por supuesto. Pero la situación es la que es. Las empresas más grandes de tequila están estrangulando a las pequeñas. Pueden darse el lujo de pagar los precios que sean necesarios con tal de que los productores pequeños no tengan agave. Los productores que nos apoyan son de mediano y pequeño tamaño. Su situación es delicada y no podemos añadirles más presión.
Con los mezcales es diferente, ya que no se ven afectados por la crisis de los precios. Tenemos varias marcas que usan otros tipos de agave, en México hay más de 180 especies, y que están funcionando con el sello Bat Friendly.
«La situación del murciélago magueyero menor ha mejorado, está fuera de la lista de especies en peligro. Pero el magueyero mexicano está en graves problemas»
– Al mismo tiempo, las poblaciones de murciélago magueyero menor se han recuperado y la especie se ha convertido en un símbolo del conservacionismo en México. ¿Cuál es su situación actual?
El magueyero pasas los inviernos en México central y del sur. Cuando llega la primavera, la mitad de las hembras migran hacia el norte recorriendo la costa pacífica hasta llegar al desierto de Sonora. Allí paren, repartidas en unas ocho o diez colonias de maternidad. Allí se alimentan de néctar y polen de cactus, porque no hay agaves. Cuando las crías ya vuelan, regresan, hacia finales de septiembre. Vuelan hacia el sur por la Sierra Madre Occidental alimentándose de los agaves en flor.
La otra mitad de las hembras y todos los machos se quedan todo el año en el centro y el sur de México alimentándose de cactus, agaves, cazahuates y otras muchas plantas del bosque tropical seco.
La situación del magueyero menor ha mejorado, está fuera de la lista de especies en peligro. Pero el magueyero mexicano están en graves problemas. Solo tenemos una única colonia de apareamiento identificada, en una cueva cerca de Ciudad de México que no está protegida. Sigue entrando gente, sigue construyéndose cerca…
– ¿Crees que vuestro trabajo ha contribuido a mejorar la imagen de los murciélagos en general?
No me voy a colgar esa medalla, somos muchos los expertos de murciélagos en todo el país. Pero es cierto que las condiciones han cambiado muchísimo. Antes apenas había nadie que desmintiese las informaciones negativas sobre los murciélagos. Ahora somos muchos los que divulgamos sobre los murciélagos y los defienden.
La imagen pública de los murciélagos en México es mucho más positiva que antes y que en otros países. Se ha hecho mucho trabajo para mejorarla, para convencer a los mexicanos de que los murciélagos son nuestros aliados.
Imágenes | Cedidas por Rodrigo Medellín, Wikimedia Commons/Leptonycteris, Agave