Los sistemas de protección individual (EPIs) son decisivos en la lucha contra el SARS-CoV-2 que causa la COVID-19. Los insectos pueden abrir la puerta al desarrollo de nuevos materiales más seguros para repeler los virus.
Pennsylvania State University han detallado una nanoestructura que podría usarse para diseñar recubrimientos repelentes al agua más fuertes y resistentes. Al examinar superficies como el ojo de un mosquito o el ala de una cigarra bajo microscopios electrónicos de alta resolución, estos científicos han descubierto una superficie muy densa de pelos nanoscópicos.
Investigadores de laEsta nanoestructura aumenta la resistencia del insecto en su entorno natural. Según detalla Lin Wang, estudiante de doctorado en el Departamento de Ciencia e Ingeniería de Materiales en Penn State y autor principal del artículo, «para los insectos, repeler las gotas de agua es una cuestión de vida o muerte. La fuerza de impacto de las gotas de lluvia es suficiente para hacerles caer o acabar con su vida”.
Las teorías de ingeniería clásicas han utilizado otro enfoque, basado en las plantas, para crear superficies superhidrofóbicas o repelentes al agua. Tradicionalmente, se fabrican con texturas de baja fracción sólida, que mantienen una capa de aire extremadamente delgada por encima de una baja densidad de nanoestructuras microscópicas similares a pelos
epis libres de virus
Los investigadores esperan aplicar el diseño hallado en los ojos del mosquito para crear materiales hidrofóbicos de nueva generación que podrían tener muchas aplicaciones, por ejemplo, para cubrir la superficie de drones o aviones comerciales, con el fin de proporcionar una mayor eficiencia y seguridad.
Sin embargo, a la luz de la pandemia de COVID-19, los investigadores se han dado cuenta de que este conocimiento podría tener un impacto adicional en la salud humana. «Esperamos que, cuando se desarrolle, este recubrimiento se pueda usar para la fabricación de los EPIS”, dice Wang.
Por ejemplo, si alguien estornuda sobre un protector facial, esas gotas expulsadas a gran velocidad velocidad podrían adherirse a la superficie del EPI. «Sin embargo, si los principios de diseño detallados en este documento se implementaran con éxito, tendría la capacidad de repeler esas gotas mucho mejor y potencialmente mantener la superficie libre de virus», concluye.