Si algo caracteriza al tiempo que nos ha tocado vivir, es que estamos constantemente conectados. Prácticamente todo el mundo tiene un smartphone como ventana a los millones de datos que nos puede facilitar Internet: noticias, redes sociales, multimedia… Pero el Internet de las Cosas no se acaba en nuestro teléfono, ni mucho menos. El boom de los objetos conectados no ha hecho más que empezar.
Vamos a ver una serie de dispositivos muy cotidianos (básculas, cafeteras, frigoríficos, etc.) pero que cuentan con una peculiaridad: todos están conectados a Internet para facilitarnos la vida. Si adoptas uno, serás feliz.
Buenos días
Suena el despertador, hora de levantarse. Nuestro smartphone puede despertarnos con la típica alarma, con la melodía que prefiramos o, mejor aún, con sonidos blancos y suaves para que tengamos un despertar más tranquilo. Además, nos proporcionará toda la información que precisemos: tráfico, meteorología…
Vamos al baño y comenzamos nuestro aseo. Nuestro cepillo de dientes conectado, como el de la compañía Kolibree, incorpora un sensor que detecta el grado de limpieza que conseguimos y nos guarda los datos (en el smartphone) para que podamos seguir el progreso de nuestra rutina o el de nuestros hijos. No obstante, tal vez para ellos sea mejor el Philips Sonicare for Kids, que cuenta con señales acústicas que indican a los pequeños cuándo deben cambiar de área de la boca, además de disponer de una app para que, como si de un juego se tratara, vean una simulación de su boca en el smartphone o la tablet y comprueben si se están limpiando correctamente.
Pero seguimos algo dormidos y necesitamos un café. Cafeteras inteligentes como la de Nespresso Prodigio que, mediante conexión Bluetooth, hemos programado la noche anterior para que nos tenga preparado y caliente el café a nuestro gusto, al margen de poder monitorizar el stock de cápsulas restantes y gestionar pedidos de éstas, comprobar el estado de la cafetera y evitar averías al indicarnos cuando el nivel de agua sea insuficiente, por ejemplo.
Aún en la cocina, podemos comprobar las noticias o nuestro correo en la pantalla incorporada a nuestro frigorífico inteligente como el de Samsung que, además, nos avisará cuando haya que comprar alguno de los alimentos que sus sensores han detectado que faltan.
El deporte es salud
Salimos de casa. Hoy no tenemos que trabajar y vamos a hacer algo de deporte y queremos conocer nuestros progresos. Nos ponemos nuestro Fitbit en la muñeca para que controle nuestra actividad física, el ritmo cardíaco, monitorice nuestro recorrido mediante el GPS (además de controlar la calidad de nuestro sueño). O también podemos controlar todos estos datos desde los auriculares Parrot Zik Sport, que, además de funciones premium de audio, como adaptarse a los sonidos de nuestro alrededor y DSP (Digital Sound Processor), también registra nuestra actividad física (pulso, kilómetros recorridos o la postura del cuerpo).
También nuestras zapatillas pueden darnos información al recoger datos para controlar nuestro progreso, forma de correr, etc. Las zapatillas Lechal se conectan a nuestro smartphone mediante Bluetooth y nos permiten grabar nuestra actividad física (número de pasos, calorías quemadas, etc.). Incluso podemos utilizar Google Maps para programar una ruta y serán estas zapatillas las que, mediante ligeras vibraciones, nos indicarán el camino que debemos seguir.
Ya que estamos en los pies ¿qué tal si hacemos que nuestros zapatos estén a la temperatura ideal esos fríos días de invierno? Pues eso se puede conseguir gracias a las plantillas inteligentes Warm, que además de medir nuestra actividad diaria, nos ayudarán a mantener los pies calientes o fríos, pudiendo regular la temperatura desde nuestro smartphone.
Conociendo nuestro propio cuerpo
Llegamos de nuevo a casa. Tras una ducha, vamos a la báscula para ver cuánto hemos perdido, como la Fitbit Aria, que se sincroniza automáticamente mediante WiFi y, si disponemos de un wearable Fitbit, se sincronizarán todos los datos. Además, podremos grabar varios perfiles para que la utilicemos toda la familia.
Más sencillo aún: con una simple lectura de nuestro tobillo, MyBiody Balance nos indica la grasa corporal, la parte de músculo y la masa ósea, además de las calorías quemadas diariamente y nos da indicaciones para conseguir reducir esta grasa.
¡A comer! (pero sano)
Pero no todo es ejercicio ¿verdad? La buena salud comienza con una buena nutrición y tenemos a nuestra disposición varias herramientas que nos ayudarán a controlar lo que comemos y bebemos.
Comenzamos por un tenedor que nos enseña a comer correctamente, a no hacerlo con prisa y masticar como se debe. HAPIfork no hará que comamos más sano, pero nos indicará el ritmo al que comemos y nos avisará si lo hacemos demasiado rápido: cuenta el tiempo que tardamos en masticar un alimento, la cantidad de veces que nos llevamos el tenedor a la boca e, incluso, nos avisa si hemos pasado demasiado tiempo sin comer, ya que detecta los horarios de comida, todo ello con detallados gráficos que podremos ver en su app en el smartphone.
El mismo plato donde comemos nos podrá indicar si nuestra alimentación es la adecuada. SmartPlate es, como su propio nombre indica, un plato inteligente que analiza nuestras comidas, mantiene un registro y se ajusta a nuestro nivel de actividad física ayudándose de programas como MyFitnessPal o Fitbit, para ofrecernos la dieta que mejor se adapte a nuestras necesidades.
Si lo que queremos es ser más discretos al controlar lo que comemos, podemos ayudarnos de BitBite, un auricular inteligente que nos realiza un seguimiento de cada bocado y nos indicará si masticamos demasiado rápido, si comemos demasiado o cómo comer en intervalos regulares para mejorar nuestra salud, etc.
Y a beber
¿Y beber? Todos sabemos que debemos ingerir el líquido suficiente al cabo del día, pero pocos son los que hacen caso a esta recomendación. Para ello tenemos, por ejemplo, 8Cups, una pequeña botella inteligente que nos recordará que debemos beber a menudo. Poco a poco, 8Cups irá registrando nuestros hábitos y nos indicará mediante unas luces LED que debemos volver a beber agua. Por supuesto, la app nos permitirá conocer el progreso y se carga de forma inalámbrica.
También podemos utilizar HidrateMe, muy similar al anterior y que, conectada a nuestro smartphone, smartwatch o pulsera inteligente, nos ayudará a no olvidar beber esos recomendados 1,5 litros de agua diarios, aunque HidrateMe se adapta a nuestros hábitos de hidratación de acuerdo a la temperatura, humedad y altitud.
Disfrutando del mundo conectado
Llega el momento del ocio. Nuestros hijos, nativos digitales, disfrutarán de los modernos robots que tenemos a nuestra disposición como el Sphero BB8 de Star Wars, que se conectará a nuestro smartphone y podremos ordenarle mediante comandos de voz multitud de cosas, como moverse según una ruta programada, grabar pequeños vídeos y reproducirlos mediante Realidad Aumentada o enviar mensajes. Otra opción es Zowi, de la española BQ, un robot programable (mediante su app para Android), que puede andar, girar, bailar, inclinarse, etc.
Si lo que nos apetece es escuchar música, tenemos a nuestro alcance multitud de altavoces Bluetooth, pero ¿por qué no hacerlo con estilo? El altavoz Pouf se ilumina con hasta siete colores diferentes que controlaremos desde nuestro smartphone. Además, el grande puede utilizarse como asiento o como mesa.
A descansar
Acaba el día y volvemos a la cama. Nuestros wearables nos permitirán medir la calidad de nuestro sueño, pero también existen ya camas con sensores como la IT Bed, que irá analizando nuestra forma de dormir (postura, movimientos, ritmo cardíaco, frecuencia respiratoria) para aprender nuestras rutinas y recomendarnos cambios que nos permitan descansar más y mejor, que mañana será otro día (conectado).