¿Os imagináis un instrumento que permita a a personas con discapacidades físicas aprender y tocar Yesterday con la mirada? Pues existe y se llama Eye Harp. Esta útil herramienta tecnológica es fruto del trabajo emprendido, hace cinco años, por Rafael Ramírez y Zacharias Vamvakousis, investigadores del Grupo de Investigación en Tecnología Musical (MTG) del Departamento de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (DTIC) de la Universidad Pompeu i Fabra.
eye harp, un piano con las teclas en círculo
Para utilizar la interfaz es necesario un pequeño dispositivo que monitoriza la mirada y detecta qué posición de la pantalla está mirando el usuario, trasladando esta información al ordenador. El diseño de la interfaz es como un piano pero distribuido en círculo y dividido en diferentes partes; cada una de estas partes equivale a una nota. Además, el instrumento digital se puede tocar de forma expresiva y aplicando matices y volúmenes, entre otros. La interacción y la expresividad con el instrumento lo realiza el usuario seleccionando los acordes y arpegios, la melodía y el volumen, sólo a través de su mirada.
La escuela municipal de música y danza del Ayuntamiento de Santa Perpètua ha incorporado el instrumento a su oferta con el objetivo de hacer accesible el aprendizaje musical a aquellos colectivos que lo tienen más difícil para tocar un instrumento.
El primer alumno que ha utilizado Eye Harp ha sido Joel Bueno, de diez años. Tiene dificultades motrices importantes que no le permiten tocar ningún instrumento de manera convencional pero hace dos meses que comenzó sus clases de música gracias a este instrumento digital que funciona con un software libre y que, ahora, le permite interpretar canciones como el himno de su equipo de fútbol favorito.
musica y cambios en el cerebro
En estudios previos se ha visto que aprender música o tocar algún instrumento aporta beneficios importantes, más allá de las competencias meramente artísticas. Tanto en niños como en adultos, el aprendizaje de música se ha asociado a cambios estructurales en el cerebro. Por ejemplo, los músicos presentan algunas regiones cerebrales más grandes que están relacionadas con la visión y el oído; más materia gris en el área de Broca, un área relacionada con el lenguaje; las fibras nerviosas que conectan los dos hemisferios cerebrales más largas, etc., en comparación con las personas que no son músicos. También en niños se ha podido comprobar que la música incrementa la memoria no verbal, el coeficiente de inteligencia, la comprensión aritmética y la concepción espacial.
Las personas con discapacidad motora tienen dificultades a la hora de aprender a tocar un instrumento musical. Por ello, no se pueden beneficiar de las ventajas de aprender música. A pesar de que se han desarrollado interfaces musicales digitales adaptadas (ADMI), esta alternativa es insuficiente para personas con incapacidad motora severa con parálisis muscular completa. Para estas personas, una buena alternativa podría ser la tecnología eye-tracking o de seguimiento de la mirada.
Como explicaron Vamvakousis y Ramírez, en un estudio publicado en Frontiers in Psychology, «el instrumento musical digital que hemos desarrollado tiene una curva de aprendizaje muy pronunciada y permite producir interpretaciones expresivas, tanto desde el punto de vista del intérprete como del público».
Fuente: Universidad Pompeu i Fabra
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