Facebook propone que le envíes tus fotos de desnudos para luchar contra la ‘pornovenganza’. Suena a paradoja, pero es la última estrategia de la red de Zuckerberg para evitar que este flagelo social se propague a través de internet. ‘Revenge porn’ es el nombre que recibe la práctica (lamentablemente muy común) de publicar vídeos o fotos íntimas de antiguas parejas para hacerles daño. Una venganza perversa que explota los mecanismos de exposición y viralización típicos de las redes sociales.
Con demasiada frecuencia, los actos de pornovenganza terminan en tragedia y, en los últimos años, muchos han sido los casos de suicidio como resultado de tales acciones. El acoso cibernético, el hate speech, el flaming o el revenge porn son solo algunos de los fenómenos que hacen que el mundo social se pueda convertir en un lugar con un alto riesgo de abuso.
El alcance del fenómeno revenge porn
El Data & Society Research Institute y el Center for Innovative Public Health Research han puesto sobre la mesa algunos datos relacionados con la pornovenganza. Se trata de una encuesta realizada exclusivamente sobre la población estadounidense, aun así, resulta indicativa. El 4% de los usuarios estadounidenses (uno de cada veinticinco, cerca de 10 millones) recibió amenazas de publicación de material íntimo o vio publicados contenidos explícitos sin su consentimiento, independientemente de su origen étnico, nivel de educación o condición social.
Sin embargo, los porcentajes aumentan entre las chicas de 18 a 29 años (12%) y la comunidad LGBT (17%). Wired UK afirma que el 93% de las víctimas admitió haber sufrido un «fuerte estrés emocional» después de la publicación ilícita; el 82% haber recibido daños sociales y laborales; el 51% haber pensado en el suicidio y el 42% haber necesitado apoyo psicológico.
QUé DICE La ley
En España, hasta el 1 de julio de 2015, no era delito difundir imágenes (fotos o grabaciones audiovisuales) de carácter íntimo, si se había accedido a ellas con el consentimiento de la otra persona. En la última reforma del Código Penal se introdujo un nuevo apartado (197.7), por el que “será castigado con una pena de prisión de tres meses a un año… el que, sin autorización de la persona afectada, difunda, revele o ceda a terceros imágenes o grabaciones audiovisuales de aquélla… cuando la divulgación menoscabe gravemente su intimidad personal”.
Sin embargo, no se termina de responder a todas las dudas, debido a las diferentes interpretaciones. La divulgación de imágenes o pantallazos de mensajes o conversaciones de WhatsApp podría no ser delito en caso de no aparecer, físicamente, la imagen de la persona afectada. Además, definir el ‘menoscabo grave’ de la intimidad personal depende del criterio particular del juez. De todos modo, la ley se mueve lentamente y casi siempre interviene cuando el daño ya se ha producido.
¿Qué hace Facebook?
Hace unos meses, Facebook ya proporcionó a sus usuarios nuevas herramientas para reportar una imagen explícita al equipo operativo que tenía que analizarla según los estándares de la comunidad y, si era necesario, eliminarla.
Ahora, quizás también para remediar a un vacío legal significativo, Facebook está probando un nuevo método, cuyas implicaciones en el tema de la privacidad de las personas no deja de levantar dudas. Se trata de pedir a los usuarios que piensan que pueden ser víctimas de una pornovenganza que compartan sus fotos de desnudo con la red social. De ese modo, la foto se usaría para crear una huella digital de las imágenes íntimas para evitar así que otros las compartan.
Es una estrategia basada en la prevención y no en la acción posterior a la publicación del contenido en cuestión. Por el momento, el proyecto se ha puesto en marcha de forma experimental solo en Australia, un país cuyo gobierno se ha demostrado muy concienciado con el problema, lanzando un portal dedicado a brindar ayuda a las víctimas de la pornovenganza. Facebook está colaborando actualmente con la Oficina de seguridad online del país y está marcando las primeras pautas de este nuevo método.
Tras completar un cuestionario específico, proporcionado por la oficina de seguridad electrónica, el usuario simplemente tiene que enviar sus fotos de desnudo a través de Messenger. La foto será etiquetada como imagen ‘íntima y no consensuada’ y, en ese momento, Facebook la convierte en una huella digital fácilmente reconocible por la inteligencia artificial.
Para evitar malentendidos, es importante señalar que la red social no almacenará las fotos originales enviadas por los usuarios, guardará solo la huella digital, necesaria para el futuro reconocimiento de imágenes difundidas ilegalmente. Sin embargo, como es fácil de entender, el esfuerzo de confianza en los servidores de Zuckerberg es enorme.
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