Bajo el lema ‘Leer para saber, leer para imaginar’, la Feria del Libro de Madrid, que se celebra en el Parque del Retiro, cuenta con con una programación dedicada a la creación de ambientes y de espacios lúdicos y pedagógicos que promuevan el contacto directo con los libros. Como no podía ser de otra manera, aparte del mantenimiento de su exitoso ecosistema comercial, la promoción de la lectura y la formación de lectores vuelven a ser prioritarias en la organización de este fenómeno cultural en el que el visitante ocupa el centro de la estrategia.
En la edición de 2018, Rumanía está más presente que nunca como país invitado. En este sentido, desde la organización de la Feria destacan que España es el país donde más literatura rumana se traduce, por lo que los visitantes tendrán la oportunidad de conocer de primera mano a los autores cuyas obras posiblemente ya hayan leído o les sean conocidos como Mircea Cãrtãrescu y Ana Blandiana. Además, esta 77ª edición es una Feria inteligente, digital y sostenible, pues esta cita tan destacada con la literatura no quiere mantenerse al margen de las nuevas tecnologías, el progreso y la innovación.
el papel de la mujer en el mundo de la literatura
Además de ensalzar la literatura rumana, en esta nueva edición de la Feria del Libro de Madrid también se reivindica el papel de las mujeres en la literatura. De hecho, la artista Paula Bonet ha querido hacer visible la presencia femenina en el sector a través del diseño del cartel. »Cuando empecé a trabajar me di cuenta de que -como es habitual- las figuras masculinas anulaban por completo a las mujeres y decidí cambiar el enfoque: la protagonista tenía que ser una que diera voz a muchas en este contexto en el que las mujeres seguimos estando mudas y somos invisibilizadas», ha explicado a través de un comunicado. Así, a través de referencias gráficas a poetas como Sara Herrera Peralta, Louise Bourgeois, Elena Medel o Violeta Parra, entre otras muchas, ha tejido una imagen compleja llena de símbolos e interpretaciones.
»El cartel viene a denunciar cómo hemos sido silenciadas. Me da pena que en los libros que metía en la mochila para ir al colegio no había nombres de mujeres y me produce un gran dolor haber llegado a los referentes literarios femeninos pasados los 30 años. Hay muchas mujeres que en el que momento en el que se imprimen los libros de texto son borradas. Intento con este cartel hablar de cómo la mujer debe dejar de ser objeto, tiene que empezar a narrarse y para ser sujeto. No sólo lo masculino es universal, sino que lo femenino es también universal», ha añadido Bonet.
Chimamanda Ngozi Adichie, protagonista del cartel
Por esta razón, la imagen de la nueva edición es polisémica y en su mensaje incluye alusiones a diferentes autoras de cuyo trabajo poético Bonet saca símbolos que dan voz a las mujeres. La figura principal, la cabeza de la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie, está realizada bajo la técnica del grabado al aguafuerte estampado con monotipia, mientras que el resto de imágenes que reflejan elementos distintivos de la poesía de varias escritoras, son dibujos a línea hechos con tinta china.