En apenas unos pocos años hemos asistido al mayor cambio de la historia de la prensa: de un ecosistema de creadores de contenidos que controlaba la cadena de valor en su conjunto se ha pasado a un nuevo modelo en el que las plataformas de distribución globales se han apropiado de la relación con el usuario. Las redes sociales y los móviles han acelerado los cambios que se han ido produciendo durante más de una década y que, indudablemente, están modificado la manera en la que los usuarios se relacionan con la información, precipitando un nuevo modelo de «medios líquidos».
Dos tercios de los adultos norteamericanos, aproximadamente el 67%, declaraban, según recoge una encuesta realizada en el verano de 2017, que se informaban principalmente en las redes sociales. Sin embargo, los usuarios que acceden a las noticias a través de las plataformas sociales generalmente no recuerdan el medio que las publicó originalmente. En efecto, es habitual que los usuarios recuerden con más facilidad la plataforma en donde leyeron la información que la cabecera a la que pertenece la noticia.
Si hasta la fecha, los medios impresos aportaban una visión del mundo condensada en poco más de 50 páginas, el flujo -de nuevo lo líquido como metáfora- de información a través multitud de plataformas y soportes ofrece una visión fragmentada y no lineal de la realidad. Asistimos, por tanto, a un nuevo modelo informativo más fragmentado, en el que se desdibujan las fronteras entre contenidos, tecnología y negocio, en el que las plataformas y los algoritmos distribuyen y jerarquizan la información con modelos de negocio aún poco consolidados y estructuras organizativas en revisión. Entender este cada vez más complejo ecosistema es fundamental para dar respuesta a los retos a los que se enfrenta el sector y sus profesionales.
Asistimos a un nuevo modelo informativo más fragmentado, en el que se desdibujan las fronteras entre contenidos, tecnología y negocio.
Ante este complejo y cambiante escenario han surgido una serie de compañías nativas digitales que han reconocido las claves del nuevo ecosistema digital, mobile, social, «glocal». Y, lo que es más importante, han sabido adecuarse a los nuevos modelos de consumo de información que demanda un nuevo usuario que está hiperconectado, que es poco fiel a las cabeceras tradicionales y habituado a un consumo fragmentado y continuo de información. Su principal acierto ha sido poner la tecnología a su servicio, dando prioridad a sus necesidades y demandas.
Es por ello que los hemos etiquetado como los customer media. Sin embargo, aunque todo hacía prever un futuro prometedor, no todos han seguido la misma suerte. Los customer media se configuran no tanto por un conjunto de empresas o casos concretos sino por un modelo de referencia que se encuentra en periodo de definición y, como el propio mundo digital, en constante evolución.
De tal forma que los medios tradicionales más innovadores están inspirándose en los nuevos agentes que les ayuda a acometer con éxito su transformación digital. Tanto es así, que empresas periodísticas tradicionales como el New York Times, The Washington Post o Gannett Co., inspirados en gran medida por los medios nativos digitales, están obteniendo resultados prometedores al empezar a compensar las pérdidas de la edición impresa gracias al crecimiento de los ingresos digitales. Gannett por ejemplo cerró 2017 con unos ingresos online de 1.000 millones de dólares, lo que representa el 32% de los ingresos totales. The New York Times, que como señalaba la revista Wired se ha embarcado en un ambicioso plan inspirado en las estrategias de Netflix, Spotify y HBO, espera que sus ingresos por publicidad digital, que al cierre de 2017 eran de 607 millones de dólares, superen a los de la publicidad impresa durante 2018
medios líquidos en un modelo informativo fragmentado
Entendemos, por tanto, los medios líquidos como un modelo que engloba las cualidades, características y estrategias que las organizaciones dedicadas a la información deberían tener presente durante su travesía hacia los ecosistemas digitales. Aunque en la actualidad hay medios tradiciones que en su proceso de transformación han sido más disruptivos que alguno nacido nativo digital. En definitiva, la identificación y las claves que definen los customer media pueden servir como «caja de herramientas» para ayudar a cualquier organización del mundo de la información a interpretar y desenvolverse en el ecosistema digital sin obviar que al ser un modelo líquido se encuentra en constante evolución.
No obstante, conviene no olvidar el reto principal de las empresas informativas en el mundo online y que queda perfectamente sintetizado en palabras de Pete Spande, director de ingresos de Insider Inc: «Somos esencialmente una empresa de narración de historias que utiliza datos y distribución para adquirir una audiencia y tenemos que buscar nuevos negocios que puedan monetizar nuestras fortalezas»