Servicios de compensación de huella de carbono hemos visto unas cuantas, pero sólo Forest Bank ofrece la posibilidad de medir la huella de CO2 de una empresa, certificarla a través del MITECO y obtener un plan de descarbonización por un precio módico.
Pero es que incluso nos permiten medir nuestra huella de carbono personal a través de su calculadora online, porque nacieron con la idea de masificar la reforestación como estrategia contra el cambio climático —tanto pensando en las personas como las empresas— y además hacerlo aquí, en España y Portugal, para detener el desierto.
Ahora se han orientado a las empresas ofreciéndose como un servicio de auditoría medioambiental y un proyecto de absorción con métricas ESG y, además, también diseñan y ejecutan proyectos estratégicos en torno a la restauración de ecosistemas para empresas. Para conocer todas estas facetas hemos podido charlar con su CEO y fundador, Vicente Cano, y esto es lo que nos ha contado.
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– Hola Vicente, gracias por atendernos. Para empezar, una pregunta obligada ¿qué es Forest Bank?
Somos una consultora digital de sostenibilidad 360 en términos de huella de carbono. En el plano de la consultoría estamos muy orientados a Pymes y lo más inmediato es que sacaremos una calculadora online para certificar la huella a través del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO) por un coste muy reducido y en exclusiva para empresas de pequeño tamaño.
– ¿Cómo y de donde surgió la idea de crear Forest Bank?
La “idea” no fue tan idea, porque surgió como producto de un máster de diseño estratégico en 2021. Después pasamos por el programa de incubación de La Nave y allí decidimos pivotar el proyecto, cosa que hemos seguido y seguimos haciendo. Así que no puede hablarse de una idea feliz que se mantenga, nos hemos ido adaptando porque esta es una realidad y un negocio muy impulsado por las normativas.
– De una forma sencilla, ¿nos podrías explicar cómo funciona el proyecto?
¡Claro! Medimos huellas de carbono de empresas, y las certificamos a través del MITECO. Además, somos un mercado de créditos de carbono procedentes de proyectos de reforestación sumidero de CO2 certificados en MITECO, y nosotros mismos también desarrollamos proyectos de esta clase.
– ¿Cuál es la idea fundamental detrás del proyecto?
Hacer accesible a todas las empresas la descarbonización, véase medir su huella, pero también poder compensarla participando en un proyecto de reforestación, como los que a menudo vemos de las grandes multinacionales, pero cada una según sus posibilidades.
– Vuestro proyecto surgió dirigido a particulares, pero ahora lo hace a empresas ¿Nos puedes explicar este cambio de rumbo?
Sí, compensar la huella de carbono de una persona tiene un coste medio de entre tres mil y diez mil euros, dependiendo del estilo de vida de esa persona. Cuando vimos que solamente íbamos a poder estar en el mercado del super lujo —que es verdaderamente muy interesante sí— no nos pareció adecuado porque lo fundamental es el cambio de hábitos.
Además, las empresas van a estar obligadas de una manera u otra a contratar esta clase de servicios y las personas, no.
Cuidando el medioambiente
– En general, ¿os parece que las empresas españolas están concienciadas con los problemas medioambientales? ¿O solo lo están en previsión de la aplicación de las leyes que les obligan a ello?
Hay de todo, desde grandes empresas en las que tu interlocutor es un abogado de cumplimento normativo que solo va a contratar lo que la ley prescribe, y pymes que nos han participado en un proyecto forestal con bastante aportación.
No me gusta generalizar entre otras cosas porque nuestros clientes sí son en su mayoría empresas que van bastante por delante, ya que en realidad toda esta nueva legislación ya se conoce, pero todavía no se está aplicando.
Al final es un tema más del día a día de cada empresa. Si tu preocupación es pagar las nóminas y llegar a final de mes, obviamente, la sostenibilidad cae a un segundo o tercer plano y son las compañías más saneadas las que se preparan para estas cosas. Con llamativas excepciones, eso sí.
– Y, a nivel particular ¿creéis que todas las personas deberían preocuparse por la huella de carbono que emiten?
Desde luego. Nuestro impacto es muy grande a nivel personal, pero incluso antes de pensar en compensar tu huella, un cambio de hábitos e incluso tomar decisiones de consumo de una manera consciente e informada, puede ayudarte a mejorar tu huella de carbono, hídrica o de biodiversidad enormemente.
No se puede vivir pensando en todo ello todo el tiempo, está claro, pero tu dieta, tu ropa y tu movilidad son tres aspectos decisivos en la sostenibilidad de tu paso por el planeta. Y luego, si además quieres dejar un pequeño bosque detrás de ti para compensar parte de esa huella, y que lo disfruten las generaciones de después, pues mucho mejor ¿no?
– ¿Háblame sobre vuestra calculadora de huella de carbono? ¿Tenéis intención de ponerla a disposición de cualquiera que visite la web?
Claro. Ya tenemos una para calcular la huella de carbono de personas, gratuita, desde hace dos años. La próxima en publicarse saldrá a final de octubre, y por un precio alrededor de 500 euros más IVA permitirá a Pymes de menos de 100 empleados no solo conocer su huella de organización y tener un plan de descarbonización, sino también certificarla a través del MITECO.
Esto último no lo ofrece nadie más en el mercado, ni tan siquiera por 10 veces más en coste. Por eso lo hemos limitado a empresas de menos de 100 empleados que son las que verdaderamente necesitan un servicio como éste por un precio asequible.
– ¿Nos puedes contar de qué maneras pueden las empresas participar en Forest Bank?
Muy fácil, entran en nuestra web y nos escriben a [email protected]
Pueden participar en uno de nuestros proyectos forestales comprando créditos de carbono, pero si quieren llevar su compromiso a más largo plazo, desde 2400 euros más IVA disponen de participaciones en nuestros proyectos.
Con una obtienen un crédito de carbono al año durante 35 años y así, además de ahorrar, tienen su propio minibosque corporativo, les hacemos un dossier, les pasamos las métricas ESG que se pueden atribuir e, incluso, pueden venir con la plantilla a plantar algunos árboles si quieren.
– ¿Qué os diferencia de otras empresas dedicadas a la compensación de huella de carbono? Háblame de vuestro marketplace.
Tenemos un enfoque más 360º porque además de este modelo de participación que hemos desarrollado, y que es exclusivo nuestro, somos la única empresa del sector que también apoya los proyectos de otros desarrolladores a través de este marketplace.
En él sólo hay dos proyectos nuestros de los —esperamos— cerca de 40 que habrá a finales de octubre. Además, conocemos en persona cada uno de estos proyectos y a quienes los desarrollan, porque nuestra estrategia en este marketplace es minorista: vendemos 1, 2, 3 o 200 créditos, pero siempre de proyectos de alta calidad y gran impacto social y medioambiental.
– ¿Crees que la posibilidad de comprar bonos para compensar la huella de carbono de una empresa (o particular) puede hacer que descuiden sus propias iniciativas para contaminar lo menos posible? ¿Dice algo la Ley al respecto?
Como te decía antes, nuestro enfoque es ayudar a empresas a descarbonizarse, primero. Somos desarrolladores de software de hecho, creamos calculadoras para grandes clientes que les ayudan a tomar decisiones de negocio para reducir su impacto medioambiental en términos de carbono. Y al final, solo al final, se compensa. Eso es también lo que dicta la Ley de Cambio Climático por otro lado.
Un proyecto de futuro
– Cambiando de tercio, a día de hoy ¿en qué fase se encuentra el proyecto de Forest Bank?
Pues estamos en un momento muy bonito, pero un poco durillo, porque estamos definitivamente en fase seed, empezando a vislumbrar la fase growth porque ya casi tenemos tecnología para ello. Pero seguimos a la espera de que el Gobierno traslade al BOE las normativas europeas que deberían impulsar todo este mercado, y seguimos estando un poco a ciegas sobre los detalles concretos de esas normativas… Y el diablo está en los detalles, como suele decirse.
– ¿Y de cara al futuro? ¿Qué perspectivas de crecimiento tenéis?
Bastante altas. No lo digo yo, sino los fondos de inversión, que llaman a la puerta y ni siquiera estamos de ronda de financiación. Ha sido una suerte ser capaces de aguantar estos tres años porque ahora todo el mundo sabe que, o bien la consultoría de huella o el mercado de créditos, más bien los dos, van a explotar entre 2025 y 2028 y todo el mundo quiere estar. Nosotros, digamos, estamos en buena posición para aprovechar ese crecimiento.
– ¿Cuáles son las principales dificultades que os habéis encontrado en su desarrollo? Económicas, de financiación, promoción…
Principalmente, económicas. No somos una startup que se haya especializado en buscar financiación a través de un discurso capaz de captar la atención de los inversores.
Hemos sido muy conservadores y eso nos ha obligado a un tránsito por el desierto de 20 meses, haciendo consultoría para aprender del proceso y conocer el mercado, así que los comienzos fueron bastante duros. Vamos, sin un duro… O casi.
– ¿Os parece que hay un ecosistema emprendedor en España, un ambiente que facilite el crecimiento de proyectos como el vuestro?
Desde luego, y cada vez más, nuestro proyecto no estaría donde está si no fuera por el apoyo de Madrid Innovation, que es del área de la concejalía de innovación del Ayuntamiento, que ha creado un ecosistema bastante potente en diferentes centros como La Nave o el CIEC, donde estuvimos nuestros dos primeros años y ahora residimos.
Al ecosistema lo que más le falta en realidad son fundadores que hayan tenido éxito previamente (cosa que llegará) y que decidan reinvertir parte de sus beneficios en otras startups. Cuando eso empiece a suceder, será ideal porque las administraciones llegan a donde llegan.
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