¿Hay vida en Venus? Digamos que las probabilidades están aumentando. Un equipo internacional de científicos ha detectado la presencia de una sustancia que suele estar asociada a la actividad de los seres vivos, el fosfano o fosfina. De confirmarse el descubrimiento, podría ser una de las noticias más importantes de las últimas décadas. Sin embargo, debemos tener cuidado.
qué es la fosfina
¿Pero qué es la fosfina exactamente? Se trata de un compuesto químico con fórmula bruta PH3. Para ser más precisos, un gas incoloro e inflamable con un punto de ebullición de 185 K (-88 °C) a presión atmosférica. En la naturaleza es inodoro, pero muy tóxico, por lo que se utiliza también para la fumigación. En la Tierra, la fosfina está estrechamente relacionada con los ciclos biológicos de animales y plantas. Por tanto, su presencia en Venus podría provenir de procesos similares.
El astro más brillante del firmamento es también el planeta más cercano y similar al nuestro, al menos en tamaño. Está a unos 170 millones de kilómetros de la Tierra, pero no es exactamente acogedor. Está cubierto de nubes de enorme espesor formadas por ácido sulfúrico que impiden observaciones claras. Sin embargo, a pesar de la acidez y temperaturas que en el suelo superan los 460 °C, la presencia de formas de vida se ha planteado como hipótesis durante años.
La atmósfera de Venus es lo que hace de su superficie uno de los lugares más inhóspitos del sistema solar. El efecto invernadero convierte el planeta en un horno. La presión es igual a la que se encuentra a un kilómetro de profundidad en el océano. No obstante, las condiciones mejoran entre 53 y 62 kilómetros sobre la superficie. Y aquí es donde el equipo dirigido por Jane S. Greaves de la Escuela de Física y Astronomía de Cardiff (Gales) encontró rastros de fosfina.
¿De dónde proviene la fosfina en Venus?
La investigación acaba de ser publicada en la revista ‘Nature Astronomy‘. Las observaciones se realizaron con los radiotelescopios Atacama Large Millimeter Array en Chile y el Telescopio James Clerk Maxwell en Hawái. Estos detectan las ondas de radio emitidas por los cuerpos celestes a los que apuntan. Después de recopilar una gran cantidad de datos, los investigadores encontraron una concentración de fosfina que fluctuaba entre 5 y 20 partes por mil millones. Mucho más de lo que se detecta en promedio en la atmósfera terrestre.
Aunque los datos parecen ser sólidos, no se puede excluir que haya errores en las lecturas y que el gas observado no sea realmente fosfina. Los investigadores afirman que podría ser dióxido de azufre y que hacen falta nuevas observaciones. El hecho es que, hasta donde sabemos, la fosfina surge solo de procesos biológicos. La digestión, la fotosíntesis u otros mecanismos que en nuestro planeta la producen y liberan a la atmósfera.
¿Qué podrían ser los seres vivos presentes en Venus? Desde luego, no se trata de venusinos; probablemente serían bacterias. De hecho, en la naturaleza la fosfina está presente, por ejemplo, en las heces, pero aún no se conocen las bacterias que la producen. También por esta razón la investigación se centrará en comprender qué clases de bacterias en la Tierra producen este gas.
Se han observado también manchas en la superficie de Venus que podrían ser enormes colonias bacterianas. Estas cambian a lo largo del año, según la distancia del Sol, lo que podría significar que dependen de la temperatura, como las bacterias terrestres. Además, como explicaron los investigadores, la acidez de la atmósfera de Venus debería provocar la rápida oxidación y descomposición de toda la fosfina. Y esto no ocurre.
Hay que ir a buscar más pruebas en Venus
Haber encontrado fosfina en la atmósfera de Venus podría significar que hay algo que continúa produciéndola. Lo mismo ocurre con el metano, un producto de desecho de los procesos biológicos que tiende a dividirse y recombinarse con facilidad. Si alguien nos observara desde otro planeta y detectara la presencia de metano en nuestra atmósfera, podría plantear la hipótesis de que existen formas de vida en la Tierra.
Al ser un planeta rocoso, y no gaseoso, en la actualidad no se conocen fenómenos venusianos que puedan dar lugar a la fosfina. Los científicos también valoran hipótesis como rayos, micrometeoritos o procesos químicos que tienen lugar dentro de las nubes. Con la máxima cautela, por tanto, el estudio invita a regresar al planeta para tomar muestras. Habría que explorar su atmósfera, sin tener que tocar el suelo.
Venus y Marte se encuentran en los extremos de la zona de habitabilidad, es decir, la distancia ‘correcta’ de una estrella para tener agua líquida en la superficie. La Tierra ocupa el centro de esta zona, pero tanto Marte como Venus han estado dentro de ella en el pasado. La fosfina podría indicar la presencia de las bacterias primordiales que fueron con toda probabilidad los primeros habitantes de nuestro planeta. Criaturas que viven en condiciones extremas, las primeras vanguardias de una vida por venir.
Pero también hay quienes creen que Venus es lo que la Tierra podría llegar a ser si el cambio climático se volviera incontrolable. Incluso la NASA ha comenzado a preguntarse si Venus alguna vez fue habitable, antes de que la liberación excesiva de CO? a la atmósfera destruyera su ecosistema. Algunos incluso piensan que los humanos proceden del planeta vecino. Después de destruirlo, comenzarían a colonizar la Tierra. Pero aquí ya entramos en el campo, por ahora, de la ciencia ficción.
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