Aglaris Facer 1.0, es el nombre de la primera máquina en el mundo que consigue la producción automatizada de células. Esta fotocopiadora celular es una invención de los científicos españoles Miquel Costa, David Horna y Manuel Ángel González, que han podido materializar su proyecto gracias al apoyo de la Oxford University Innovation en España junto a la financiación de Kiatt y de CRB inverbio II. Según sus credores, esta invención supondrá un revulsivo para diferentes áreas de la investigación con células que a partir de ahora crecerá de forma exponencial. Se espera que se empiece a comercializar a mediados de 2018 y su precio de venta rondará los 300.000 euros.
Manuel Fuertes, director general de la Oxford University Innovation en España, explica que «esta máquina replica las células y entre sus aplicaciones destaca que permite cualquier tipo de regeneración de tejidos y es el primer proveedor de biotintas, tinta normal pero con células con la que se pueden llegar a imprimir órganos».
Aglaris Facer 1.0 supondrá para el mundo de la investigación algo similar a lo que supuso la invención de la imprenta, «un revulsivo para diferentes áreas de la investigación con células que a partir de ahora crecerá de forma exponencial», explica Miquel Costa.
fotocopiadora celular para agilizar la investigación
En el ámbito de la investigación con células madre, la impresora celular permitirá agilizar y mejorar los procesos de ensayo de diferentes tratamientos ya que se podrán generar células de manera fácil, rápida y de calidad. Hoy, la generación manual de las células influye de forma decisiva en el éxito de las investigaciones ya que, si las células utilizadas no tienen calidad suficiente, el resultado puede verse afectado. Gracias a la invención de los tres científicos españoles, los investigadores tendrán a su disposición una gran cantidad de células con la calidad suficiente para evitar cualquier interferencia en el resultado de sus ensayos.
Según los creadores de la fotocopiadora celular, «esta estandarización en la producción de células impactará también en la generación de fármacos adaptados a las necesidades de cada paciente y de cada dolencia de una forma rápida y sin los elevados costes que se precisan ahora mismo».
fruto del aburrimiento
Como en tantas ocasiones, el nacimiento de esta brillante idea surge de una necesidad…y del aburrimiento. David Horna, hoy doctor en Ingeniería Química, se encontraba realizando una beca en un laboratorio bajo la supervisión de Manuel Ángel González y, parte de su trabajo, le resultaba rutinario y aburrido: la multiplicación celular. Se trata de un proceso meticuloso, lento, y sometido a muchos riesgos que pueden provocar que el proceso sea exitoso o haya que repetirlo.
Fue mientras realizaba esta fatigosa tarea cuando David Horna se empleó en buscar una solución para que ese trabajo rutinario e ingrato se hiciera de forma automatizada, rapida y sin riesgos de contaminación. Su vinculación con Miquel Costa y algunos años de investigación hicieron el resto para lo que hoy ya es un prototipo que están probando varios centros de investigación.