Un pase imposible de Leo Messi a Jordi Alba. Una chilena estratosférica de Cristiano Ronaldo. Una ruleta de Iniesta. Una estirada de Oblak. El tiqui-taca o el contragolpe perfecto. No hay antídoto frente a la magia del fútbol, decían. Las matemáticas y el big data opinan lo contrario. Ante el ataque de la estadística, pocas defensas resisten. Llegará el día en el que en todos los banquillos se siente un analista de datos. Y en el que un algoritmo sea capaz de frenar a Messi y a Cristiano.
Fútbol y Big Data, no hay vuelta atrás
“El fútbol ya no es lo que era”. La frase se repite a diario en bares, terrazas y estadios de todo el país. Lo que era, ¿cuándo? Quizá antes de que botas y balones se convirtiesen en una auténtica obra de ingeniería. O de que los partidos se televisasen (el primer mundial en llegar a la pequeña pantalla fue en 1954, en Suiza). O de que los futbolistas se convirtiesen en influencers de las redes sociales.
Elemento central del entretenimiento y negocio milmillonario, el fútbol se ha visto involucrado, desde el principio, en el despertar tecnológico de nuestro mundo. Tras años de pruebas, el videoarbitraje o VAR estará funcionando en el Mundial de Rusia 2018 y llegará a LaLiga la próxima temporada. Pero la verdadera revolución en los banquillos está haciendo menos ruido.
La tecnología ha permitido recabar cantidades inimaginables de datos de jugadores y equipos. El big data aplicado al deporte es una realidad que, de momento, muchos clubes ocultan, por aquello de no darle pistas al rival. Pero sus posibilidades son infinitas. Datos, análisis matemático y una pizca de arte definirán el fútbol de los próximos años.
cómo subir el nivel de la liga
Todo lo que ocurre en un terreno de juego se puede medir. Los datos están ahí, solo hay que recogerlos. De eso se encarga el ejército de cámaras de televisión desplegado en cada campo. Después, hay que tratar esos datos y presentarlos de forma útil y visual. Desde el año 2011, LaLiga ha contado con Mediapro para el desarrollo de Media Coach, una herramienta que digiere y analiza los datos de todos los partidos de primera división y los pone a disposición de todos los clubes.
Este software, que no es el único con el que cuentan los equipos españoles, es mucho más que una cámara táctica. Permite conocer cómo se asocian los jugadores, cómo se mueven, cómo regatean o esprintan, cómo saca cada portero o hacia dónde se desvían los remates del delantero, entre otros muchos datos. Los cuerpos técnicos, además, acceden a esta información casi en tiempo real, a través de una tablet, en el banquillo. También pueden consultarla a posteriori y reciben informes detallados una vez terminado el partido.
De Media Coach salen también los datos que los aficionados vemos en pantalla. Bale ha corrido 11 kilómetros. O Lucas Hernández ha esprintado a 34 kilómetros por hora. Esa información, sin embargo, no es demasiado útil para los entrenadores. Lo que realmente sube el nivel de la competición, y así lo aseguran desde LaLiga, es conocer cómo se autoorganizan los jugadores, cómo se asocian, cómo se mueven en su zona de influencia, sus patrones de esfuerzo…. El fútbol es pasión, deporte y, ahora también, ciencia.
matemáticas: la búsqueda del método
“Dentro de poco, el entrenador será solo un artista. Recibirá la información en tiempo real de manos del analista de datos, quien le dará las claves”, explica Juan Manuel García Manso, profesor de Ciencias de la actividad física y el deporte e investigador de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Junto a su colega Juan Manuel Martín González y otros tres investigadores chilenos, García Manso firma el paper ‘Applying graphs and complex networks to football metricinterpretation’, en el que estudian la aplicación de la teoría de redes al análisis de datos en el fútbol.
“La tecnología nos da una cantidad masiva de información y nos permite presentarla de forma útil. En el fútbol nos da datos de intermediación, datos de clusterización, datos de agrupamientos, de utilización de espacios y subzonas… El problema es manejarlos”, continúa García Manso. Los datos y las herramientas están ahí, como en el caso de Media Coach. Falta el método de trabajo, llevar el big data a entrenamientos y partidos. Falta un científico de datos en cada banquillo.
La búsqueda de un método matemático que encaje en el aparente desorden del fútbol está también detrás del artículo ‘Exploring Team Passing Networks and Player Movement Dynamics in Youth Association Football’, publicado el año pasado. Aquí, los investigadores se centraron en la red que dibujaban los pases. Señalaron que, en líneas generales, un equipo que se asocia mejor y conecta sus pases obtiene mejores resultados. Eso lo intuye casi cualquier aficionado al fútbol. Ahora, la certeza de los números sustituye al instinto.
Un analista en el banquillo
En verano de 2013, Luís Enrique aterrizaba en Vigo. En los campos de entrenamiento de A Madroa, era habitual verlo subido a un andamio, estudiando los movimientos del Celta. A su lado, inseparable, Robert Moreno, analista. Juntos se fueron después al FC Barcelona, donde repitieron método. Cada vez es más común que la figura del analista, con más o menos preparación estadística, se integre en el cuerpo técnico. De hecho, existen ya itinerarios de formación específicos en este campo.
Pero, ¿qué analiza un analista? “Todo. Cualquier aspecto del fútbol es susceptible de ser analizado”, señala Dani Pérez, entrenador titulado e ingeniero de datos. Empezando por el rendimiento y el desgaste físico al detalle (distancias, velocidades, cambios de dirección, frecuencia, esfuerzos…), siguiendo con el desempeño técnico (pases, zonas de acción, tiros, acierto, recuperaciones, pérdidas…) y el rendimiento táctico (posiciones, formaciones en defensa y ataque, balón parado, contragolpes, asociación y relación entre jugadores), e incorporando, incluso, aspectos psicológicos (carácter, liderazgo, estado de ánimo…).
Y, todo, sin perder de vista el conjunto, que es lo que marca la diferencia. “Las acciones que realiza un jugador se basan en las interacciones tanto con sus compañeros de equipo como con los jugadores rivales. Es decir, no es posible comprender el rendimiento de un jugador sin tener en cuenta a todo el conjunto”, explica Javier M. Buldú, profesor titular de la Universidad Rey Juan Carlos, en un artículo en ‘El País’.
El fútbol: azar o caos
Volviendo sobre la ciencia de redes, las matemáticas hacen posible describir las interacciones de los jugadores, la red que tejen en cada partido, en forma de matriz. De ahí se obtienen indicadores de todo el equipo, de cada jugador o de subconjuntos o zonas concretas. Se puede saber cómo la defensa del Real Madrid se organiza alrededor de Sergio Ramos o cómo el juego ofensivo del Barça pivota en torno a Messi. ¿Se podrá entonces llegar a predecir un resultado o el comportamiento de un jugador?
“En el fútbol hay un poco de azar, pero lo que más hay es caos. El caos tiene un orden y, como tal, podrán llegar a predecirse muchos comportamientos y resultados. Siempre habrá un margen de incertidumbre, pero las posibilidades se pueden ajustar mucho”, reflexiona Juan Manuel García Manso. “Aunque siempre habrá una estrella que romperá todos los cánones”.
Miles de datos al segundo y un algoritmo capaz de dominarlos a todos y convertirlos en fútbol. Un algoritmo capaz de pararle los pies a la magia de Leo y a la potencia de Cristiano Ronaldo. Y todo esto pasando de puntillas por la inteligencia artificial. ¿Llegará pronto el día en que echemos de menos lo que ahora llamamos fútbol moderno?
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