Durante los últimos años, la tecnología móvil 6G ha atraído la atención de los medios aunque aún queda mucho camino por recorrer para su desarrollo. De hecho, no se esperan las primeras implementaciones comerciales antes de 2030.
plena expansión de la tecnología 5G y explorando sus aplicaciones reales, resulta interesante reflexionar ya sobre lo que será el siguiente paso en el desarrollo de la telefonía móvil, en especial sobre sus futuros impactos sobre el medioambiente y la sociedad. Eso es, precisamente, lo que ha hecho Orange con la publicación de un Libro Blanco sobre 6G, en el que quiere plantear elementos para el futuro desarrollo de este nuevo estándar tecnológico.
Aunque nos hallamos aún en¿cómo debería ser el 6G?
Orange hace especial hincapié en el impacto medioambiental de la nueva tecnología móvil. De esta forma, si 5G ha integrado de forma nativa el requisito de eficiencia energética para usar 10 veces menos energía por bit transmitido en comparación con 4G en 2025, con el objetivo de llegar a 20 veces menos en 2030, se espera llegar aún más lejos con redes y equipos 6G.
«Además de optimizar su propia huella de carbono, el 6G puede contribuir a la transformación de la economía hacia la reducción de las emisiones de carbono tal y como exige el Acuerdo de París para limitar el calentamiento global. De hecho, 6G puede ayudar a reducir el impacto ambiental de varios sectores (por ejemplo, transporte, industria) al permitir que nuevos servicios optimicen su consumo de energía y el uso de recursos naturales», explica la compañía.
Más allá de la energía consumida durante la operación de las redes 6G, el impacto ambiental general de 6G debe minimizarse. Esto incluye los recursos abióticos (p.ej., minerales, agua) consumidos durante la fabricación de terminales y equipos de red, así como el CO2 emitido durante su vida útil desde la fabricación hasta el final de su vida útil.
Esta apuesta por el medioambiente incluye extender el uso compartido de la infraestructura, aumentar el tiempo de uso del hardware a través de mejoras en la capacidad de reparación, modularidad y actualización, y ser más eficientes en el reciclaje. Las nuevas técnicas de conectividad que reutilizan las ondas de radio existentes en lugar de transmitir otras nuevas también pueden reducir la cantidad de materiales necesarios para construir equipos.
el impacto ambiental del 6G
El incipiente desarrollo del 6G permite tener en cuenta el impacto ambiental general desde las fases iniciales de investigación y diseño y esto es algo que, según Orange, hay que aprovechar y, para ello, plantea distintas líneas de trabajo.
Así, la compañía considera que el impacto ambiental de 6G debe tenerse en cuenta en todas las fases del ciclo de vida de los equipos de red 6G que deben admitir el monitoreo integrado del consumo de energía basado en protocolos y arquitectura de medición estandarizados.
Esto permitirá a los operadores de red identificar mejor las partes de la red que consumen mucha energía o están infrautilizadas y comprender su comportamiento, para optimizarlas y administrarlas de una manera más eficiente desde el punto de vista energético.
Además, según Orange, se debe evaluar el impacto ambiental de la fabricación de equipos, incluido el transporte y el final de la vida útil. En particular, los fabricantes de equipos 6G deberán proporcionar sistemáticamente un Inventario del ciclo de vida de los equipos para que los operadores puedan tener datos confiables de sus impactos indirectos. Los resultados de esta evaluación y monitoreo podrían compartirse con los usuarios finales para fomentar usos de conectividad conscientes del medio ambiente.
cero vatios con carga cero
6G debe adaptar dinámicamente el consumo de energía de la red a la carga real de la red. Cuando no hay datos para transmitir, los sitios de radio no deberían consumir casi energía. Este movimiento ya se inició en 5G con la introducción de «modos de suspensión avanzados», que permiten que el equipo de la estación base de radio se apague durante períodos prolongados cuando no hay tráfico para reenviar. Orange considera que es necesario mejorar y ampliar este principio para poder configurar períodos de modo de suspensión con más flexibilidad y granularidad.
Por último, el Libro Blanco de Orange sobre 6G señala que hay que ampliar aún más el tiempo de uso de los dispositivos
y equipos de red es beneficioso para reducir las emisiones de CO2, reducir los desechos electrónicos y disminuir el uso de materiales y recursos raros. Para alcanzar este objetivo, la modularidad del hardware y el software son formas prometedoras de mejorar la capacidad de reparación de los equipos y de facilitar la integración de nuevas funciones.
«Por el lado del hardware -señala el documento-, los fabricantes deben proporcionar información sobre el desmontaje, la
disponibilidad de repuestos y la distribución de repuestos, lo que facilitará el reciclaje de equipos. En lo que se refiere al software, el diseño de la red debe apuntar a una mayor modularidad y pasar a un diseño basado en microservicios elementales que podrían usarse de forma nativa en la nube».
diálogo con la sociedad
En definitiva, Orange señala la necesidad de diálogo con los fabricantes y la sociedad en general para identificar servicios tangibles que satisfagan las necesidades de todos.
Gracias a 6G, las comunicaciones inmersivas, basadas en entornos virtuales o mixtos, serán más realistas y accesibles. Las representaciones digitales también serán más precisas y sincronizadas, al igual que los robots y otros sistemas automatizados. 6G podría habilitar una nueva generación de servicios de sensores, es decir, usar ondas electromagnéticas para detectar objetos, movimientos o incluso la composición del aire.
Pero todas estas posibilidades, que aún necesitan desarrollo, abren el camino a un progreso significativo en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y en la mejora del acceso a la educación, la cultura y el entretenimiento. Por ello, aunque aún nos hallemos en una fase inicial de la puesta en marcha de esta nueva tecnología móvil, es importante empezar a bosquejar las líneas que perfilarán este futuro.