Si un gran asteroide estuviera en rumbo de colisión con la Tierra, ¿habría alguna manera de evitar la catástrofe? La NASA baraja varias opciones. Y ninguna de estas es pedirle ayuda a Bruce Willis.
En el último informe sobre la defensa del planeta, la NASA habla de tractores espaciales, impactos cinéticos e incluso armas nucleares. Pero la estrategia para evitar el Armageddon pasa, ante todo, por la investigación sobre los Near-Earth Objects (Neo), los objetos que se pasean por nuestro sistema solar y que pueden intersectar la órbita de la Tierra.
Actualmente no existe una amenaza real de que un gran asteroide nos impacte, aún así, es bueno estar preparados. Esta es la razón por la cual la NASA ha elaborado un nuevo plan de protección del planeta, divido en cinco puntos programáticos.
En primer lugar, se encuentra la implementación de las herramientas de detección, seguimiento y caracterización de los asteroides. Rastrear a tiempo una amenaza potencial y estudiarla es la única forma de desarrollar un proyecto de defensa con posibilidades concretas de éxito. La mejora continua de los modelos predictivos de las órbitas de los objetos cercanos a la Tierra se vuelve fundamental.
Los sistemas de la NASA para evitar el impacto con un asteroide
Si se presentara una amenaza real, la NASA propone tres alternativas de intervención. Estas varían dependiendo del tamaño del Neo, sus características (como su composición) y el tiempo de preaviso antes del impacto con nuestro planeta.
Una posibilidad es construir un tractor gravitatorio. Es decir, una nave espacial con suficiente masa para atraer al Neo y modificar su trayectoria. Otra estrategia para desviar el camino del objeto peligroso es la del impacto cinético, es decir, golpearle con un cohete o algo parecido. Un dispositivo nuclear también podría ser útil para modificar la trayectoria del asteroide, o para destruirlo.
La estrategia de la NASA también planea aumentar las colaboraciones internacionales y establecer nuevos procedimientos de emergencia y protocolos de acción. Estos se activarían si se tuvieran que evacuar zonas y rescatar a la población.
En el año 2135 un meteorito podría golpearnos
De momento, la mayor amenaza se llama Bennu. Es un asteroide con un diámetro promedio de 560 metros, casi el doble de la Torre Eiffel. Gira alrededor del Sol a unos 86 millones de kilómetros de la Tierra. El asteroide que golpeó la Tierra hace unos 65 millones de años y que causó la extinción de los dinosaurios tenía un diámetro de entre 10 y 15 km.
Bennu fue descubierto el 11 de septiembre de 1999. De hecho, es solo el último de una larga lista de asteroides que pasan cerca de nuestro planeta. Sin embargo, esta vez la NASA enfatiza que, a nivel teórico, existe una probabilidad, aunque muy baja, de que se produzca un impacto. Esa probabilidad sería igual a 1 de 2700 casos.
Según Brent W. Barbee, el ingeniero aeroespacial de la NASA que se ocupa de este problema se trata de un riesgo solamente teórico. De hecho, hablando con el Washington Post, les pidió a los periodistas que no escribieran que un asteroide iba a golpear la Tierra en 2135…
Las consecuencias de un impacto
El mayor asteroide conocido que se estrelló en la Tierra tendría un cuerpo ancho entre 37 y 58 kilómetros. Caería a una velocidad de aproximadamente 20 km/s entre hace 3,23 y 3,47 mil millones de años en África, en el cinturón de Greenstone. Un tamaño respecto al cual el objeto que cerró la era de los dinosaurios parecería una especie de mosquito en el parabrisas.
Al acercarse a la Tierra, el cielo se volvió cada vez más rojo. La temperatura comenzó a elevarse hasta que la superficie de los mares empezó a hervir. El polvo llenó la atmósfera. Entonces, llegó el impacto. El objeto que cayó en el tiempo de los dinosaurios causó una explosión de energía más de mil millones de veces más destructiva que las bombas de Hiroshima y Nagasaki. Este asteroide tuvo que ser mucho más devastador.
El cráter que se abrió por el impacto tenía un diámetro de 500 km. Siguió un terremoto de magnitud 10.8, que destruyó las rocas más jóvenes y provocó otros terremotos en cadena. Los movimientos telúricos bajo los mares levantaron olas mucho más grandes que las que devastaron Fukushima en 2011.
La caída de Bennu, incluso si este fuera capaz de superar la defensa desarrollada por la NASA, tendría consecuencias mucho más limitadas. Aún así, mejor no subestimarlo.
Cómo defendernos
Si se confirmara este riesgo, los científicos ya han identificado una posible solución. Lanzar contra Bennu una masa de unas nueve toneladas que entraría en su órbita y lograría desviar su trayectoria. Si hiciera falta, también se podrían usar varios dispositivos nucleares.
La NASA ya está planificando el proyecto, en colaboración con el National Security Administration y el Departamento de Energía de los EE.UU. ‘El arma secreta’ se llama Hammer. Literalmente ‘martillo’, pero el acrónimo significa ‘Hypervelocity Asteroid Mitigation Mission for Emergency Response’.
Bennu será estudiado por la misión Osiris-Rex de la NASA, con un vehículo espacial que debería tocar el asteroide el próximo diciembre de 2018. Para regresar a la Tierra en 2023. El objetivo es capturar una muestra de material de la superficie, para así determinar su composición. Además, su estudio podría proporcionarnos información muy valiosa sobre los últimos 500 millones de años de vida del Universo.
En resumen, en unos años sabremos algo más. Mientras tanto, no se puede decir que no se esté haciendo nada.
En Nobbot | La NASA enviará un enjambre de abejas robóticas a explorar Marte
Imágenes | iStock
Interesante artículo, desconocía que hubo un asteroide mayor que el que extinguió a los dinosaurios. Menos mal que en términos geológicos solo somos un suspiro…