Niños en edad preescolar – de 2 a 6 años- son examinados cada mañana por un robot, llamado Walklake, antes de entrar en su escuela en China.
Se trata de un sistema implantado en 2.000 escuelas preescolares de China para detectar precozmente enfermedades en los niños. Walklake les realiza un chequeo médico en tan solo tres segundos antes de entrar en el aula. En ese tiempo, gracias a un sistema de medición de temperatura y cámaras que escanean los rostros de los pequeños, el robot es capaz de detectar posibles enfermedades.
En concreto, este enfermero de metal, de cuerpo robusto y rostro sonriente, puede diagnosticar una gran variedad de dolencias, como conjuntivitis o enfermedades en manos, pies o boca. El clásico “abre la boca, saca la lengua y di aaaaaaaaaa” pero trasladado al siglo XXI.
Si detecta algún signo de enfermedad, como ojos rojos, erupciones o úlceras en la boca, por ejemplo, puede derivar al niño a un especialista humano. El robot Walklake se puede utilizar para crear informes diarios de salud infantil en las escuelas con el fin de detener la propagación de la enfermedad.
El software de inteligencia artificial se actualiza constantemente y realiza un seguimiento de las infecciones nuevas y en desarrollo para saber qué buscar.
suspicacias por la vigilancia china
Aunque pueda resultar sorprendente y generar suspicacias –más en un país como China, con un sistema de vigilancia muy desarrollado-, lo cierto es que Walklake permite un mejor control de la salud, especialmente en lugares que tienen grandes poblaciones pero no hay suficientes profesionales de la salud capacitados.
El simpático robot, que mide apenas un metro y cuesta cerca de 6.000 euros, puede enviar los resultados del chequeo a los padres de los niños y almacenarlos de forma permanente, por si pudieran ser de utilidad más adelante.