Quién no ha fantaseado con los poderes del profesor Charles Xavier. Telepatía, crear o borrar recuerdos de otras mentes, controlar funciones nerviosas de otros mutantes… Siempre para hacer el bien, por supuesto. Pero claro, habría que ser un mutante y pertenecer al selecto grupo de los X-Men. ¿Y si estuviésemos más cerca de lo que creemos de poder controlar otros cerebros por telepatía? No es ciencia ficción. Un grupo de investigadores chinos ha logrado manejar ratas a su voluntad sin cables de por medio.
Antes de que salten las alarmas. Incluso antes de entrar en detalles. Hay que dejar algo claro: estamos lejos del control telepático entre seres humanos y de un mundo de supervillanos y superhérores. Los científicos de la Universidad de Zhejiang (ZJU) lograron recrear estímulos en los cerebros de ratas cíborg. Es decir, en animales que tenían una serie de elementos electrónicos implantados. Animales que previamente habían sido entrenados para responder a esos estímulos. Así que no es exactamente control mental. Pero aun así es asombroso.
Ratas cíborg manejadas por humanos
Los titulares y los pronósticos alarmistas se escriben solos. Un ejército de cíborgs roedores controlados por una mente maléfica amenaza con acabar con las reservas de queso de todo el planeta. O peor aún, mordisquear los cables de los cargadores de nuestros móviles. No todos iban a ser tan bien intencionados como el profesor Xavier.
Por el momento, nada más lejos de la realidad. El experimento de los científicos de los departamentos de ingeniería biomédica y ciencias de la computación de la universidad china ha marcado un hito en la evolución de los sistemas BBI o brain-brain interfaces. Es decir, la comunicación entre cerebros solo mediante el pensamiento. Sin palabras, sin señales, sin sonidos ni miradas. Sus resultados acaban de ser publicados en ‘Scientific Reports’.
Su sistema BBI funciona de la siguiente manera. Un humano piensa en un movimiento. Mediante un dispositivo electroencefalograma (EEG), estos pensamientos se transfieren a un ordenador. Ahí se convierten en una serie de instrucciones que se transfieren a la rata de forma inalámbrica. Los electrodos implantados en el cerebro del roedor convierten las señales en estímulos. Y la rata responde a una serie de instrucciones básicas como ‘avanza’ o ‘gira a la derecha’.
La tecnología detrás del superpoder
Durante las pruebas, un grupo de seis cíborgs logró escapar de dos tipos de laberintos siguiendo solamente las instrucciones humanas. El porcentaje de éxito con el que respondieron a las órdenes se acercó al 100%. Este grupo de ratas había sido entrenado previamente para que respondieran a unos estímulos. Para que cuando sintieran A, girasen a la derecha, y B, a la izquierda. Así, los pensamientos humanos se traducían en estímulos. Y no directamente en el control de las funciones motoras de los roedores.
Por decirlo de alguna manera, la decisión final todavía era de la rata. Qué alivio. Esto nos lleva al terreno del libre albedrío, de la libertad de nuestras decisiones y de la independencia de las ratas. Así que mejor vamos a centrarnos en la tecnología que ha hecho posible el experimento de los científicos de Zheijang.
Cada una de las ratas tenía cuatro pares de electrodos y un microestimulador implantados en el cerebro. Dos para tener control del área que decide el movimiento y dos para poder controlar el sentido de los bigotes del roedor. El microestimulador era el encargado de recibir la orden humana y transferirla a los electrodos. Por otro lado, los pensamientos humanos se enviaron al ordenador mediante un dispositivo que existe en el mercado, el EPOC diseñado por Emotiv, procesados por el software del propio dispositivo y enviados a la rata vía Bluetooth.
Lejos del control telepático
La investigación con sistemas BBI o MBI (machine-brain interface) no es nueva. En 2013, un experimento similar logró que una rata moviese su cola siguiendo las órdenes de un ser humano. Ese mismo año, científicos de la universidad de Duke consiguieron vincular los cerebros de dos ratas aisladas. Y en 2016, otro experimento consiguió conectar las mentes de un humano y una cucaracha. La lista de ejemplos es larga.
Sin embargo, ninguno de estos experimentos se ha aproximado a lo que el común de los mortales entendemos como control telepático. No se ha logrado con cerebros más sencillos como los de las ratas ni, mucho menos, con los de primates como los seres humanos. De hecho, quedan varios desafíos importantes por resolver, tal como señalaron los investigadores de Zheijang.
El primero es el tiempo que transcurre entre el pensamiento humano y la recepción del estímulo en la rata. Dado que el cráneo y la piel del Homo sapiens no son buenos conductores eléctricos, la comunicación sufre un importante lag. El segundo es la necesidad de que las órdenes que parten del cerebro humano sean lo más precisas posibles. Es decir, nada de distracciones ni vaguedades. Y el tercero y último es, claro, la capacidad de decisión de la rata, siempre en conflicto con los estímulos externos.
A pesar de todo, los científicos chinos creen que se ha dado un paso importante. El experimento confirma que la comunicación entre cerebros es posible. De hecho, no descartan que los experimentos futuros sean entre cerebros humanos. Aunque no especifican cuánto tiempo va a tardar ese futuro. Mientras tanto, habrá que seguir conformándose con la ciencia ficción y los mutantes del Profesor X.
En Nobbot | La telepatía podría ser una realidad… decodificando señales neuronales
Imágenes | Zheijang University, Unsplash/Bjorn Antonissen, Pixabay/, aytuguluturk