Conseguir producir grafeno de forma masiva, económica y no contaminante es uno de los retos que han marcado los últimos años. Desde que Andrey Gueim y Konstantín Novosiolov lograron aislar el material a partir del grafito en 2004, investigadores de todo el mundo buscan la forma de sacarlo de los laboratorios para acercarlo a la sociedad.
Una de las últimas propuestas está basada en una estrategia verde y promete reducir de forma significativa el precio de producción del material. La solución parte de utilizar savia de un árbol originario de Australia y Nueva Guinea pero que está presente en gran parte del mundo: el eucalipto.
Un cambio en la producción
Es posible extraer el grafeno de múltiples maneras. Una de las más comunes es el método de la reducción química, que implica el uso de agentes reductores contaminantes que pueden resultar peligrosos tanto para los humanos como para el medioambiente. Además, no resulta rentable. En la actualidad el coste de producción se aproxima a los 100 dólares por cada gramo.
Investigadores de la RMIT University, en Melbourne (Australia) y el National Institute of Technology, en Warangal (India) han dado con una nueva vía para realizar este proceso con ingredientes naturales. Proponen usar una solución de polifenol, una sustancia química que se obtiene de la savia de la corteza del eucalipto. Con ella se puede obtener el compuesto con el que se procesa el óxido de grafeno para obtener el grafeno puro.
Según los investigadores, esta solución garantiza la misma calidad que otros métodos. “Cuando se probó en la aplicación de un supercondensador, el grafeno ‘verde’ producido con este método y sin reactivos tóxicos coincidió con las características de calidad y rendimiento del grafeno producido tradicionalmente”, explican desde la universidad australiana.
Indican, también, que utilizando este método el coste de producción baja de los 100 dólares a los 50 céntimos por gramo de grafeno obtenido. «El extracto de corteza de eucalipto no se había utilizado antes para sintetizar láminas de grafeno y estamos encantados de descubrir que no solo funciona, sino que es un método superior, tanto en términos de seguridad como de coste general«, señala Suresh Bhargava, investigador del RMIT. «Nuestro enfoque podría reducir el coste de producción de alrededor de 100 dólares por gramo a solo 50 centavos, aumentando su disponibilidad para las industrias a nivel mundial y permitiendo el desarrollo de nuevas tecnologías».
Opción más sostenible
Otro de los puntos fuertes de la solución propuesta por estos investigadores en su estudio, que se publicó en la revista científica ‘ACS Sustainable Chemistry and Engineering’, es la posibilidad de utilizar materiales de origen natural para el proceso de extracción del grafeno.
Cambiar reactivos tóxicos por elementos químicos verdes haría la producción del material más limpia y sostenible. Algo que, según indican los propios investigadores, podría abrir la puerta a nuevas aplicaciones del grafeno que todavía no se contemplan.
Actualmente el grafeno se aplica ya en soluciones medioambientales. Un ejemplo es el tratamiento de aguas, ya que permite realizar una desalinización más efectiva. Se usa también en los campos de la salud y la biomedicina, como por ejemplo en la fabricación de espumas coagulantes o envases antibacterianos. El uso de materiales no tóxicos permitiría seguir investigando la potencialidad del grafeno en la industria de la medicina y el medioambiente.
Las dos caras del eucalipto
Desde que llegó a Europa en el siglo XIX, el eucalipto se ha plantado y cultivado con fines económicos. Con su madera se surte buena parte de la industria papelera. Se usa también para construir muebles, obtener productos químicos e incluso con fines terapéuticos. Una plantación de eucaliptos puede ser cortada y aprovechada en solo 15 años, por lo que resulta muy rentable.
Actualmente está presente en numerosas regiones de Oceanía, Europa, África y América del Sur. Sin embargo, su expansión fuera de su territorio (es originaria de Australia y Nueva Guinea) conlleva numerosos problemas a nivel medioambiental. Su crecimiento rápido supone, en muchos territorios, un reto para la conservación de la flora y la fauna autóctonas y la gestión de los recursos hídricos.
Se cree que llegó a Europa por la iniciativa del fray Rosendo Salvado. Un religioso de Tui (Pontevedra) que envió semillas a Galicia desde Australia, en donde vivía como misionero. Se estima que las primeras plantaciones se hicieron entre 1860 y 1880. Es precisamente en Galicia en donde se encuentra una de las mayores plantaciones de Europa.
El eucalipto ha sido catalogado en varias ocasiones como planta invasora. Sin embargo, su uso con fines económicos e industriales prima, en muchas ocasiones, ante la necesidad de garantizar la estabilidad ecológica de los bosques. Puede que en un futuro se presente como la solución para fabricar, por fin, el grafeno de una forma económica y en masa.
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