Los niños ahora no nacen con un pan debajo del brazo. Lo hacen con un smartphone. Desde hace unos cuantos años, los menores están habituados a compartir su día a día con la tecnología y, reconozcamos que demasiado a menudo, se ven obligados a enseñarnos a utilizar una u otra aplicación.
Ellos son nativos digitales, nosotros no.
Los desafíos vinculados a la digitalización inciden de forma directa en los derechos de la infancia y la adolescencia. Sin duda, por sus habilidades digitales, los menores de edad están en una posición aventajada para beneficiarse de todas las oportunidades que la tecnología ofrece y ofrecerá en los próximos años. Pero, también, su vulnerabilidad frente a situaciones de riesgo se incrementa.
Por eso, la Fundación ANAR ha desarrollado la ‘Carta de Derechos Digitales de los Niños, Niñas y Adolescentes’, un catálogo de Principios y Derechos en el que se recoge las garantías que deben amparar a los menores de edad en su relación con las tecnologías.
El objetivo de este documento es promover el compromiso social hacia estos derechos teniendo en cuenta que la tecnología afecta de una forma transversal a la mayor parte de los problemas de la infancia y muchas veces los potencia, según viene detectándose desde Fundación ANAR. “Con esta Carta queremos que la sociedad sea consciente de la necesidad de defender los derechos digitales de los niños, niñas y adolescentes”, ha declarado Benjamín Ballesteros, director de programas de Fundación ANAR.
EL MAL USO DE LAS TECNOLOGÍAS EN LA VIOLENCIA CONTRA UN MENOR
Según un informe realizado por el Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información, el 95,1 % de los menores de edad usan Internet y siete de cada diez niños/as entre 10 y 15 años dispone de teléfono móvil.
Según viene detectándose desde el Teléfono ANAR (una línea de asistencia) el uso de la tecnología afecta de una forma transversal a la mayor parte de los problemas de la infancia y muchas veces los potencia. Según datos de la Fundación ANAR, el ‘sexting’ creció del 52,0% respecto del año anterior. Esta organización pone a disposición de los menores un teléfono de asistencia en el que, a lo largo de 2018, las llamadas por ‘grooming’ se multiplicaron por cinco respecto a 2017 (un 419,3% más). En cuanto a las ‘adicciones a las tecnologías’, Fundación ANAR recibió el último año 496 llamadas por este motivo.
Una cuarta parte de los casos atendidos fueron de ‘ciberbullying’ y la tecnología es, en el 60% de los casos en los que las víctimas son adolescentes, un medio para ejercer la violencia de género. También estuvo presente la tecnología en problemáticas que se han incrementado como la pornografía, con un 14,2% más; ideación/intento de suicidio con un aumento del 24,3% y autolesiones con un 24% más respecto al año 2017. Por otro lado, se recibieron un total de 1.183 llamadas de otros problemas relacionados con el mal uso de las nuevas tecnologías.
DEFENDER LOS DERECHOS DE LA INFANCIA
Frente a estas situaciones, la ‘Carta de Derechos Digitales de los Niños, Niñas y Adolescentes’ pretende ser un instrumento de prevención y sensibilización. Este documento consta de un preámbulo y diez apartados en los que se abordan asuntos como el derecho a la privacidad, a la seguridad de los dispositivos o a la protección frente a la violencia y que traslada los Derechos de los Niños y Niñas reconocidos en Tratados Internacionales y en la legislación española al ámbito digital.
Orange, siguiendo su compromiso con el buen uso de las nuevas tecnologías, ha firmado la ‘Carta de Derechos Digitales de los Niños, Niñas y Adolescentes’. Además, la compañía ha desarrollado el proyecto Por un Uso Love de la Tecnología, un portal sobre los peligros que implica la tecnología y nuestra relación diaria con ella. Esta iniciativa trata de informar sobre distintas maneras de disfrutar de la conectividad sin peligros ni adicciones a través de vídeos dedicados a problemáticas como el grooming o el phubbing.