Por no mantener mucho más tiempo el “clickbait”, os respondemos ya a la pregunta del titular: no. A pesar de las especulaciones al ver la imagen enviada por la misión china en nuestro satélite el pasado mes de diciembre, ningún alienígena ha optado por mudarse a la cara oculta de la Luna.
Chang’e 4 captó varias imágenes de un cráter donde se apreciaba una extraña formación de materia aglutinada, que ya sorprendió a los expertos en geología lunar.
Antes de la supuesta cabaña, ya habían llamado la atención otras imágenes de la Luna tomadas por el róver Yutu-2. En julio, el vehículo explorador de la misión chinaSin embargo, el interés suscitado por esa extraña sustancia no fue nada comparado con el que generó la posible existencia de un asentamiento alienígena. Debido a que el objeto parecía irregularmente simétrico, con una extraña parte superior plana, los investigadores del programa de divulgación de la Administración Nacional del Espacio de China bromearon diciendo que podría ser la cabaña una avanzadilla extraterrestre.
un conejito comiendo una zanahoria en la luna
Después de recorrer el kilómetro que separaba el lugar donde se tomó la imagen de la «cabaña lunar» y la extraña formación rocosa, el róver ha enviado nuevas imágenes a la Tierra desde más cerca. Resulta que la roca es mucho más pequeña de lo que parecía ser desde lejos y la supuesta cabaña ha mutado en conejito. Su apariencia -echándole un poco de imaginación– es la de un conejo agachado comiendo un par de zanahorias (que en realidad son rocas más pequeñas).
La roca ha sido apodada «conejo de jade» por el equipo de Yutu-2, que anunció la inspección más cercana del objeto el pasado 7 de enero. El apodo viene al pelo, ya que el nombre del vehículo lunar, Yutu, también se traduce como «conejo de jade».
El róver Yutu-2 es el primero en explorar la cara oculta de la Luna y todavía está en funcionamiento tres años después del aterrizaje. Una vez despejada la incógnita de la cabaña alienígena, explorará el área alrededor de la roca del conejo de jade y seguirá mandando imágenes de nuestro satélite.
En fin, como en tantas ocasiones, la realidad resulta un poco decepcionante frente a la ficción. Pero mucho más tranquilizadora.