¿Te imaginas poder idear los vehículos marcianos o cómo se organizarán las ciudades del planeta rojo? Mars Home Planet es un proyecto lanzado por HP para diseñar entre toda la humanidad una sociedad utópica en Marte de hasta un millón de personas.
El concurso, que busca obtener experiencia para los primeros prototipos marcianos y un diseño en 3D de la ciudad, se plantea como un auténtico reto de ingeniería y cultura urbana. Nada de diseños bonitos no funcionales: se busca una ciudad realista y factible con la tecnología actual.
Si eres arquitecto, puedes ayudar a hacer cálculos de diseños previos o plantear los tuyos. Si lo tuyo es el sistema energético, la ciudad está sedienta de energía. También se buscan expertos en transporte o en cultivos transgénicos para 450 proyectos.
Aunque el objetivo último será un render VR de alta calidad, los diseños no serán desechados. Formarán parte de una biblioteca accesible a todos para impulsar la tecnología espacial y marciana. Nos sumaremos a todas esas personas que ya trabajan con la hora de Marte, a pesar del jet lag.
Construir vehículos marcianos no es fácil
Uno de los primeros retos que se plantearon en Mars Home Planet fueron los vehículos. Estos son cruciales en las primeras fases de establecimiento de una colonia. Ya tenemos algunos robots en Marte, pero son extremadamente caros.
Fabricar un vehículo que funcione en el planeta rojo no es sencillo. En primer lugar, el regolito marciano (capas de materiales no consolidados en forma de diminutos granos), presente en toda la superficie, es molesto. Como en la Luna, las ruedas se atascan según se avanza y hay que limpiarlas a menudo.
La NASA lleva tiempo trabajando en ruedas especiales de titanio que ni se pinchan ni se impregnan del regolito. Esto soluciona un problema, pero hay más. El diseño del coche no puede ser como los terrestres. Para empezar, necesitamos radares y láseres que muestren el recorrido sobre la luna a modo de HUD. Esto es imprescindible para ver cuando hay una tormenta de arena (habituales cada cinco años y medio en este planeta).
Tampoco podemos usar vehículos de combustión. Primero porque no hay nada que quemar (gas, petróleo o carbón). En segundo lugar porque no tenemos oxígeno con el que hacerlo. Además, los vehículos deben ser lo suficientemente grandes como para contar con una escotilla de descompresión y limpieza.
La atmósfera marciana está compuesta por dióxido de carbono (95%), nitrógeno (3%), argón (1,6%) y otros gases, además de una presión de 30 pascales [Pa]. La Tierra tiene 101.300 Pa, y nosotros los necesitamos, por lo que hace falta un espacio para presurizar/despresurizar y pasar de una atmósfera a otra, lo que implica muchísima maquinaria.
problemas del cultivo marciano
Bien, hemos llegado a Marte y ya tenemos los primeros módulos e incluso unos pocos vehículos. ¿Cómo alimentamos a la población? ¿De dónde sacamos la energía? Cultivar en Marte para un millón de personas no debe ser fácil, como dicen en Mars Home Planet.
Se optará casi seguro por el cultivo de invernadero bajo tierra debido a sus ventajas. Excavar túneles es viable siempre que tengamos energía para alimentar los huertos verticales como el de Robert Colangelo, una granja vertical en Indiana dentro de un hangar.
EL RETO DE LA ELECTRICIDAD EN MARTE
También necesitamos energía para el transporte, la educación, la gestión de residuos… ¿Qué fuentes de energía podemos usar en Marte? Obviamente, todo debe ser eléctrico. Aquí van algunas opciones:
Eólica. Los molinos convencionales (terrestres) no funcionarían en Marte sin modificaciones. Para empezar, la atmósfera de 30 Pa (0,029% de la terrestre) no los movería. Y lo haría lentamente si colocamos los molinos cerca de los polos. Allí hay ráfagas de viento de 400 km/h. Pero los polos no parecen apropiados para vivir.
Hidráulica. En Marte hay muchísima agua (es más, hay agua hasta en el Sol), pero el problema es que no fluye. No se pueden construir presas, no tendría sentido con una temperatura media superficial de -55ºC y mínimas de -87ºC en caso de una gran densidad de H2O, pero ni siquiera hay tal concentración.
Nuclear. La energía nuclear es una de las tecnologías terrestres viables en el planeta rojo. Por supuesto, tiene problemas como la dificultad de encontrar elementos fisionables o qué hacer con los residuos. Estos tardan miles de años en dejar de ser radiactivos.
Solar. El Sol también llega a Marte, pero como puede deducirse por su temperatura superficial, la intensidad solar aprovechable es casi residual (Marte está a casi el doble del Sol que la Tierra y la intensidad se reduce con el cubo de la distancia). La energía solar tiene todas las de ganar, pero no será una batalla fácil.
La atmósfera marciana contiene una elevada carga de partículas en suspensión y polvo (el regolito antes mencionado). Esto obliga a limpiar los paneles con frecuencia. Necesitamos nueva tecnología y nuevos diseños, y de ahí la importancia de proyectos como Mars One o Mars Home Planet de HP, e incluso de juegos divulgativos como Let’s go to Mars. Toda colaboración es poca.
lA DIficultad de vivir en marte
La energía o los coches son asequibles en comparación con las viviendas. Vivir en Marte es muy difícil por el frío y la falta de una atmósfera respirable. Si en la Tierra hay un temblor leve, no pasa nada. Sin embargo, si en Marte una vivienda se agrieta lo más mínimo, sus inquilinos morirían.
Además, las viviendas deberían proteger a las personas de la radiación marciana. Las ciudades se plantean como domos cubiertos de sedimentos que impidan el paso de la luz dañina. Aquí no acaban los problemas. Una vivienda incomunicada eléctricamente no podría fabricar aire ni procesar residuos, por lo que necesitaríamos sistemas redundantes muy caros y duraderos.
A esto hay que sumar que el rojo de Marte se debe a la oxidación del hierro superficial (en realidad, el planeta es gris, como puede verse en esta nota de prensa). Esta misma oxidación es la que se comería viva cualquier tubería metálica.
Vivir en Marte requiere tecnología aún no diseñada, aunque según estudios punteros es probable que las herramientas más necesarias sean objetos tan simples como martillos con los que aplastar el regolito y hacer ladrillos.
Los diseños futuristas de una civilización marciana que pretende Mars Home Planet, como el que vemos arriba, pueden ser más realistas de lo que pensamos si hacemos uso de las muchas chimeneas volcánicas del planeta o las grietas del Noctis Labyrinthus (si somos capaces de cubrirlas con algo, claro).
También es muy probable que, una vez enviados unos cuantos miles de robots manejados desde la Tierra para que levanten las infraestructuras, hagamos uso de tecnología todavía en desarrollo como el teletransporte biológico y mecanismos como la bomba de población.
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