Hubo un tiempo en que la Luna estuvo habitada por unicornios y hombres alados. Al menos, eso se creía en 1835, cuando el ‘New York Sun’ publicó una de las fake news más famosas de la historia. En la próxima década, no habrá hordas de bestias fantásticas caminando sobre nuestro satélite.
Pero sí un nutrido grupo de ingenieros y científicos; y puede que incluso se acerque algún que otro turista.
Los planes para volver a enviar seres humanos a la Luna forman parte de una nueva carrera espacial en la que Estados Unidos y Rusia vuelven a ser protagonistas, aunque hay muchos otros actores sobre el tablero. La investigación científica seguirá siendo central, pero la geopolítica, la búsqueda de recursos y la colonización planetaria serán también importantes. Vamos a volver a la Luna, pero ¿por qué?
Las preguntas sin respuesta de la NASA
Kathleen Rubins es una microbióloga californiana. Es una de esas personas que acumula una vida de hitos. Fue la primera persona en secuenciar ADN en el espacio exterior. Y podría ser la primera mujer en poner un pie sobre la Luna. Es una de las nueve mujeres que han sido seleccionadas como tripulación de la misión Artemis. Entre ellos (18 en total) están los primeros que volverán a nuestro satélite, si se cumplen los planes de la NASA de completar un nuevo viaje tripulado en 2024.
El primer vuelo de la misión Artemis está previsto para noviembre de 2021. Será de prueba y sin tripulación. En 2023 llegará la segunda parte, en la que una nave tripulada se acercará a la Luna. Será la primera vez que los seres humanos se alejen más allá de la órbita terrestre desde el Apolo 17 en 1972. Artemis 3 llegará en 2024, si los plazos se cumplen. A bordo de la nueva nave espacial Orion, dos astronautas pisarán la superficie lunar y permanecerán allí durante una semana antes de regresar a la Tierra.
En un informe publicado el pasado mes de diciembre, la NASA detalló los objetivos científicos de Artemis. Estas son las principales preguntas para las que buscará respuesta la tripulación:
¿De dónde venimos?
O quizá deberíamos decir: ¿de dónde vienen la Luna y la Tierra? Nuestro satélite lleva miles de millones de años viajando con nosotros por el espacio. Comprender su formación y su composición puede ayudarnos a entender mejor cómo se formaron los planetas y sus lunas en los principios del sistema solar. Se cree que los cuerpos celestes menos activos, como la Luna, pueden conservar más pistas sobre su pasado, pistas que en la Tierra han sido borradas por los cambios constantes.
¿Cuánta agua hay en la Luna?
Uno de los objetivos de Artemis es colocar los cimientos para una base lunar permanente. Para ello, el agua es esencial, ya que puede ser utilizada no solo para beber, sino para generar oxígeno y combustible de hidrógeno para los cohetes. Sabemos que hay agua en la Luna, pero la misión Artemis buscará conocer con más detalle los acuíferos lunares.
¿Hay espacio para la explotación minera?
Por ahora, todo son comentarios con la boca pequeña. Pero la recogida de material extraterrestre para su análisis en laboratorio será uno de los objetivos más habituales de la exploración espacial durante la próxima década. Los fines científicos mandan, pero la explotación minera de nuestro satélite está sobre la mesa. Artemis planea traer a la Tierra la mayor cantidad de muestras lunares de la historia.
Datos para el futuro
“La misión Artemis 3 será una oportunidad perdida si no conseguimos desplegar una red de sensores ambientales y geofísicos sobre la Luna”, recalcan en el informe de la NASA. ¿A qué se deben los terremotos que de vez en cuando detectan los aparatos dejados por las misiones Apolo? ¿Cuál es la actividad geotérmica de nuestro planeta? Instalar una red de dispositivos para recopilar datos será una prioridad de Artemis, datos que servirán para conocer mejor nuestro satélite y planear mejor la colonización de la Luna.
Los planes de Rusia (y el primer turista lunar)
En esta nueva carrera espacial, la NASA parece tener los planes más claros, al menos, de cara a la galería. Pero Rusia ha retomado con fuerza las misiones Luna (que suspendió cuando todavía era la Unión Soviética). En colaboración con la Agencia Espacial Europea, Roscosmos (la Agencia Espacial Federal Rusa) tiene previsto colocar el primer módulo lunar en la superficie del satélite este mismo año.
Tras él, llegarán una serie de misiones dirigidas a explorar robóticamente la Luna y, sobre todo, sus recursos minerales y sus reservas de agua. El objetivo final, todavía sin fecha concreta, es enviar una nave tripulada hacia finales de la década.
Además de los dos protagonistas clásicos de la exploración espacial, muchos otros países tienen previsto colocar su tecnología en la Luna durante los próximos 10 años. Pero solo una tercera misión buscará enviar seres humanos a nuestro satélite. El proyecto dearMoon, impulsado por el millonario japonés Yusaku Maezawa y por la tecnología espacial de SpaceX, persigue completar el primer vuelo turístico alrededor de nuestro satélite. Las fechas son difusas todavía, pero los planes iniciales hablaban de 2023.
Hubo un tiempo en que alcanzar la Luna era el objetivo final. No para comprobar si allí había unicornios, sino para vencer en una carrera tecnológica y dominar el espacio cercano a la Tierra. Ahora, la nueva carrera espacial vuelve a mirar a la Luna, pero como campo de pruebas. Nuestro satélite será la primera parada en dirección a Marte. Pero eso es material para la próxima década.
En Nobbot | Juan Ángel Vaquerizo: “El primer ser humano que pisará Marte ya ha nacido”