Las impresoras 3D láser han desbancado a las impresoras 3D por inyección en menos de una década, un tercio del tiempo que les llevó a las impresoras láser en papel alcanzar a las clásicas impresoras de inyección. Parece que no solo los dispositivos quedan pronto obsoletos, sino que la propia tecnología tiene su ciclo de obsolescencia (y que este está acelerando).
«¿Cuánto durará una nueva tecnología?» es una pregunta que ni los gurús se atreven a contestar. Sin embargo, todas las pistas indican que la respuesta correcta es: la tecnología cada vez dura vigente menos tiempo.
La tecnología cada vez dura menos
Pongamos un ejemplo visual con uno de los primeros inventos de la humanidad: la escritura. Llevamos escribiendo y publicando desde el siglo VII a.C., cuando una protoescritura en tablillas, huesos y piedras nos permitía realizar anotaciones simples.
Tras ello dimos el salto al papiro (hacia el siglo VI a.C.) y abandonamos completamente la tecnología anterior. Algo que también ocurrió cuando el pergamino sustituyó al papiro (siglo IV), y cuando el papel de algodón o lino hizo lo propio con el pergamino (siglo XI).
Trazos de la evolución de la tecnología de escritura a lo largo del tiempo.
Desde 1444, año que se inventó la imprenta, hasta 1840, el algodón y el lino escaseaban por toda Europa debido a la alta demanda. Pero en esa segunda fecha se introdujo la tecnología de triturado de madera para la fabricación de pulpa, y el papel inundó el mundo a costa de la madera, que fue lo siguiente en escasear.
Hoy en día, el papel de pulpa de celulosa se ve amenazado por el papel de piedra y por los dispositivos electrónicos, que probablemente acaben por desbancarlo en pocos años. Con excepción de un uso más longevo en la Edad Media, toda la tecnología asociada a la escritura reduce su rango de actuación con el tiempo. Es decir: una tecnología específica cada vez dura menos tiempo en uso.
Nuevas y obsoletas impresoras 3D
Los mismos patrones sobre el tiempo que dura una tecnología se pueden observar en cualquier industria, y la de las impresoras 3D no iba a escapar de su propia evolución (de la inyección al láser). Quizá debido a lo reciente que es este tipo de impresión resulta más asombroso ver cómo desaparece, especialmente sabiendo el láser se ha retrasado por cuestión de patentes.
Año de aparición de tecnología comercial para particulares
Trasladado al sector de la impresión sobre papel (2D), el láser tardó 31 años en alcanzar y sobrepasar a la inyección, mientras que en la impresión 3D apenas ha hecho falta una década para que la versión comercial desbanque a la inyección. Al menos en cuanto al uso doméstico.
Impresora 3D de hormigón por inyección. Fuente: 3TU.Bouw
En procesos industriales todavía hay espacio para la inyección de material, como puede ser la impresión 3D de hormigón para viviendas o la impresión 3D en repostería, precisamente porque se trata de materiales que perderían sus propiedades mediante el uso de un láser.
Aunque todavía tenemos como referente la impresión 3D por inyección, esto cambiará pronto con proyectos como OLO, que pretenden llevar la impresión 3D láser a los hogares por un precio inferior a los 100 dólares americanos.
Tecnologías que se pisan unas a otras
El mismo patrón de tecnologías que se pisan las unas a las otras puede observarse en cualquier sector al que observemos.
Se ha mencionado al principio del artículo el papel de piedra. Lejos de ser una leyenda urbana se trata de una alternativa al papel de celulosa que evita el uso de agua, cloro o árboles en su fabricación, y que incluye además propiedades como resistir al agua.
La densidad energética en baterías de Li-Ion es otro segmento cuyos desarrollos nos han dejado recientemente boquiabiertos. La empresa LG presentó junto con Renault una nueva batería para el modelo ZOE idéntica a la anterior en volumen, pero en la que aumentaba en un 80% su capacidad (hasta los 41 kWh).
Nuestras muñecas han sufrido el paso en apenas una década de podómetros, medidores cardíacos y finalmente pequeños smartwatches con su propia tarjeta SIM. Pero la tecnología de tatuajes inteligentes temporales está a punto de sustituir todo esto, y ya está preparándose para dar el salto comercial.
Esta transformación y aceleración es especialmente visible en entornos web, en los que una nueva versión del mismo producto está disponible cada pocos meses con alguna que otra mejora. Sustancialmente es lo mismo, pero técnicamente ya es otro modelo con los nuevos avances de seguridad, encriptación, compresión de datos, velocidades…
Escenarios acelerados como estos, en los que una tecnología sobrepasa otra, prevén un punto muerto generado por la necesidad de rentabilizar los proyectos anteriores a una nueva tecnología. Desarrollar un producto que explotar solo a corto plazo puede no resultar rentable para las empresas de investigación y desarrollo.
Aunque para conocer cuál será el límite de la obsolescencia tecnológica tendremos que llegar allí. Quién sabe, quizá dentro de unas pocas décadas.
En Nobbot | ¿Acabará nuestro cuerpo impreso en 3D?
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