¿Alguna vez has pasado la mano por una superficie sobre la que se condensa agua? Ese tipo de estructura, algo más fría en comparación con el aire, es capaz de recolectar la humedad de la atmósfera y condensarla en forma líquida. Así es como funciona ‘ordeñar’ nubes mediante ‘atrapanieblas’. Una superficie atrapa la humedad del aire y la devuelve al suelo. Y una ayuda ecológica y low-cost al riego.
¿En qué consiste ‘ordeñar’ nubes?
Ordeñar nubes es una técnica de captación de agua atmosférica que consiste en la condensación de vapor de agua en forma de agua líquida. Por lo general, mediante elementos que no hacen uso de energía tales como mallas o superficies. Esta técnica es muy útil tanto para regar una región como para rellenar los acuíferos y obtener agua potable.
Se estima que el 0,0009 % del agua del planeta está en la atmósfera. Puede parecer una cantidad pequeña, pero supone unos 12 900 millones de millones de litros de agua. De forma aproximada, claro. Sin embargo, no en todas las regiones del mundo se acumula el agua de la misma manera, ni es igual de fácil ordeñar nubes.
Condiciones atmosféricas básicas para ordeñar nubes
El primer requisito para condensar nubes es disponer de una superficie sobre la cual las moléculas de agua puedan formar gotas de un milímetro de diámetro. Un punto de apoyo sobre el que van creciendo. Las montañas hacen esto muy bien: como barrera natural, ‘recogen’ las nubes, que se convierten en rocío.
Para que el vapor de agua se condense suele ser necesario que la superficie se encuentre más fría que la atmósfera. Por eso, la condensación se da sobre rocas, alrededor de botellas de agua fría y en el interior de la unidad exterior del aire acondicionado.
Las necesidades del atrapanubes
Para poder captar humedad con atrapanubes es imperativo contar con nubes o con una atmósfera rica en humedad. En una atmósfera seca es casi imposible captar agua. En parte, debido a la baja humedad. También porque suelen ser lugares calurosos en las que la condensación se evapora. En un desierto, por ejemplo, es difícil.
Unidades de refrigeración forzada
Una tecnología relacionada son las enfriadoras impulsadas por un generador eólico. Gracias a la energía incorporada de un motor, son capaces de condensar agua incluso en entornos secos. El vídeo muestra un ejemplo de esto último.
Así funciona un atrapanieblas para ordeñar nubes
Por motivos económicos, ordeñar nubes suele ser algo más rudimentario que construir un complejo sistema tecnológico dependiente de la electrónica. A menudo, consiste ‘solo’ en una malla en vertical que se coloca en perpendicular al viento. De forma no muy diferente a como funciona una telaraña, que, de hecho, es una fantástica red para condensar agua.
Las moléculas de agua suspendidas en la atmósfera pasan por la red y algunas de ellas quedan pegadas a su superficie. Esto ocurre porque no es lisa del todo, sino que tiene pequeños huecos.
Después, esas primeras moléculas de agua hacen de pegamento para las que vendrán a continuación. Las moléculas de agua, de hecho, son muy susceptibles a las fuerzas de Van der Waals. Por eso, tienden a ser esféricas en lugar de fluir por una superficie, como se ve en la imagen. De esta manera, las gotas van creciendo poco a poco a medida que el aire va depositando moléculas.
Al final, llega un momento en que las gotas son tan grandes que caen al suelo por su propio peso. Algo parecido ocurre en vasos de cristal con bebidas heladas dentro. Primero, la superficie del vaso se humedece, y luego van cayendo gotas que forman un pequeño charco en su base.
Este es justo el principio de ordeñar nubes. Una vez caen las gotas al suelo, se pueden recoger mediante canalizaciones si se quiere usar el agua para consumo o riego. O se puede dejar fluir a través de la tierra, si el objetivo es ordeñar nubes para favorecer la restauración ecológica.
¿Para qué se puede utilizar el agua captada de la atmósfera?
La historia de cómo Tadeo Casañas salvó a la población de El Hierro (islas Canarias) en 1948 es bastante conocida. Descubrió por pura serendipia que la hoja del brezo captaba el agua de las nubes bajas que atravesaban las islas. Esto dio solución de agua potable a una comunidad que soportaba una terrible sequía. Uno de los primeros usos de la captación de agua atmosférica es dar de beber a la gente.
Frente a soluciones como las desaladoras, la importación de agua y la extracción de agua del subsuelo, ordeñar nubes es más asequible en cuanto a energía, no emite CO? y no esquilma los acuíferos. De modo que es una solución sostenible a largo plazo que, además, hidrata el suelo. De hecho, un segundo empleo de esta captación es ayudar a rellenar los acuíferos.
Junto a esta posibilidad se encuentra también la de acompañar a los sistemas de riego. Toda el agua que sea posible captar del aire es agua que no hace falta mover de un lugar a otro, con el consiguiente ahorro energético. A menudo, el agua de riego ha de recorrer decenas, si no, cientos de kilómetros, lo que agrava la sequía en otro punto de la región.
Una de las ventajas más relevantes de la captación de agua atmosférica es que en casi toda la superficie del planeta es posible generar rocío durante la noche. Aunque durante el día hay muchas áreas demasiado calientes, las temperaturas bajan con la caída del Sol, de forma que es posible condensar agua.
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Imágenes | Pontificia Universidad Católica de Chile, Davide Foti, Rúben Marques, Nur Agustiningsih