Un equipo del Laboratorio de Informática e Inteligencia Artificial del MIT (Cambridge, EE UU) ha desarrollado un pez robótico blando, denominado SoFi, que puede nadar junto a peces reales en el océano sin espantarlos. El autómata nada ondulando la cola a imitación de otros peces y puede controlar su propia flotabilidad. El invento, otra muestra del empuje que está teniendo la creación de robots blandos, ha sido anunciado en la revista Science Robotics.
Tal como se detalla en SINC, SoFi es capaz de realizar un estudio en tiempo real de los ecosistemas marinos de forma no instrusiva, mediante su cámara integrada. Su diseño flexible también le permite acceder con facilidad a zonas subacuáticas complejas, como los arrecifes de coral, con ágiles maniobras. Tradicionalmente, los sistemas utilizados para la observación marina han sido costosos, de gran de gran envergadura y disruptivos, al basar su propulsión en chorros de agua. Los investigadores tienen previsto realizar pruebas con bancos de estos robots para estudios más complejos.
Debido al empuje del agua, gran parte de la fauna acuática se ha desarrollado sin necesidad de esqueleto. La biomímesis tiene mucho que aportar a la robótica porque la naturaleza ya ha creado formas optimizadas para multitud de aplicaciones
Es la que podemos copiar para dar vida a estos robots, que tienen por delante la difícil tarea de adquirir su combustible del entorno. Si se consigue algo así podríamos tener este tipo de máquinas recorriendo los mares hasta ser devorados o sufrir el desgaste de sus mecanismos.
Los robots blandos son resistentes y tienen la capacidad de adaptarse a algunos entornos naturales mejor que los convencionales hechos de materiales rígidos. El nuevo enfoque de diseño y fabricación sienta las bases para una nueva generación de robots autónomos capaces de realizar funciones más complejas, dicen los autores.
Tal como contamos en nobbot, hace meses, científicos de científico del Wyss Institute for Biologically Inspired Engineering de Harvard anunciaron la creación de Octobot, el primer robot hecho íntegramente con materiales blandos capaz de moverse sin necesidad de baterías ni cables. El nuevo dispositivo, con forma de pulpo, ha sido fabricado con litografía blanda e impresión 3D, y es totalmente autónomo. Sus creadores, han doicho que con él se inaugura una nueva generación de robots capaces de adaptarse a entornos naturales mejor que las máquinas rígidas.
Este tipo de robots blandos son más seguros y adecuados en aplicaciones que incluyan una interfaz entre máquinas y humanos y podrán ser usados en biomedicina y en tecnología wearable.
los robots blandos son tendencia
Aproximadamente desde 2010, soft hace referencia a una generación de robots capaces de una deformación casi muscular. Cuentan con estructuras rígidas de distintos polímeros similares a los huesos, pero sus músculos o actuadores son más parecidos a sistemas de vejigas de gas.
Estos robots pueden hacer avanzar con pasos agigantados la robótica, y constituir por sí mismos una nueva generación de robots. Son realmente baratos, resilientes, y usan tecnología existente desde hace décadas, que hoy día se ha abaratado bastante.