Mil millones de elefantes, 80 millones de ballenas azules, 25.000 Empire State Building o 822.000 torres Eiffel es el peso equivalente a 8.300 millones de toneladas de plástico que los humanos hemos fabricado desde el inicio de su producción masiva tras la Segunda Guerra Mundial. Esta es la conclusión de un estudio que ha calculado por primera vez la cantidad total de estos polímeros en el mundo hasta 2015.
Esta cifra corresponde a “un área del tamaño de Argentina hasta la altura del tobillo”, asegura a Sinc Roland Geyer, autor principal del trabajo publicado en Science Advances e investigador en la Universidad de California en Santa Bárbara (EE UU).
plástico en los océanos
De los 8.300 millones de toneladas de plásticos generados, los científicos indican que 6.300 millones de toneladas son desechos. De ellos, solo el 9% ha sido reciclado, 12% incinerado (por combustión o pirólisis, descomposición a altas temperaturas) y un 79% se acumula en vertederos o en el medio natural. En un estudio previo Science, este grupo de científicos ya había señalado que cada año entre cinco y trece millones de toneladas de basuras de plástico terminan en todos los océanos.
El UNEP (Programa Ambiental de las Naciones Unidas) en 2006 estimó que por cada milla cuadrada del océano Pacífico había 46.000 piezas de plástico y el 5 Gyres Institute de Los Ángeles ha calculado que en las aguas del planeta flotan actualmente un mínimo de 5,25 billones de partículas de materiales plásticos. Según un informe de Davos, las aguas del planeta contendrían más plásticos que peces en términos de peso en 2050.
La plasmación más espectacular de este problema es la llamada “isla de la basura” que, situada en el océano Pacífico, ocupa una superficie de entre unos 700.000 kilómetros cuadrados, albergando millones de toneladas de basura, procedente tanto de tierra firme como de la cubierta de los barcos que navegan por la zona.
Según el trabajo actual, si las tendencias continúan, unos 12.000 millones de toneladas de residuos plásticos se depositarán en vertederos y en otras zonas del mundo en 2050. Para esa fecha, los investigadores prevén que los humanos hayamos fabricado unos 34.000 millones de toneladas de estos polímeros.
“El mayor uso de plásticos procede del embalaje”, apunta Geyer. Esta producción se aceleró cuando se cambiaron los envases reutilizables a plásticos de un solo uso. Como resultado, la proporción de plásticos en los residuos sólidos urbanos aumentó del 1% en 1960 a más del 10% en 2005 en los países de ingresos medios y altos.
“La mayoría de su producción ocurre en Europa, EE UU, China y el resto de Asia”, informa Geyer, quien señala que la mitad de lo que ya se ha creado se ha producido en los últimos 13 años. “Esto se debe al gran crecimiento anual en su fabricación”, recalca. La producción mundial de plásticos ha aumentado de dos millones de toneladas en 1950 a los casi 400 millones de toneladas en 2015, superando la producción de cualquier otro material creado por el humano, a excepción del acero y el cemento.
Para realizar este cálculo, los investigadores recopilaron estadísticas de producción de resinas, fibras y aditivos de una variedad de fuentes industriales y los sintetizaron según el tipo y el sector de consumo.
¿Es posible un mundo sin plástico?
Teniendo en cuenta que el polímero del plástico tarda entre 100 y 1.000 años en degradarse, la eliminación de estos materiales sintéticos de la Tierra no es tarea fácil. “La única manera de evitar los 34.000 millones de toneladas para 2050 es ralentizar el crecimiento de la producción de plásticos”, advierte a Sinc el investigador de la Universidad de California.
Sin embargo, las mismas propiedades que hacen que los plásticos sean tan útiles en la vida cotidiana, como la durabilidad, también los hacen difíciles de suprimir. Los autores señalan que el reciclaje simplemente retrasa, en lugar de evitar la eliminación de plástico. Además, la incineración provoca efectos negativos para el medio ambiente y la salud. Según los expertos, ninguno de estos usos son en realidad biodegradables, por lo que una vez que se tiran los plásticos no se descomponen; se acumulan.
“Nuestras estimaciones subrayan la necesidad de pensar de manera crítica en los materiales que usamos y en nuestras prácticas de gestión de residuos”, subraya Jenna Jambeck, coautora del estudio y profesora asociada de ingeniería de Universidad de Georgia (EE UU). Con estas cifras, los investigadores pretenden ayudar a que se creen las bases de una gestión sostenible de los materiales.
Fuente: Agencia SINC
Roland Geyer et al. «Production, use, and fate of all plastics ever made» Science Advances 2017;3: e1700782
En Nobbot | Quiero ser runner y correr con zapatillas ecológicas hechas de algas tóxicas o basura oceánica