El ratón del futuro serán tus pupilas

seguimiento ocularLa mayoría de nosotros controlamos la tecnología con los dedos y las manos, ya sea a través de una pantalla táctil o el ratón. Sin embargo, desde hace muchos años, las personas con discapacidad utilizan sus ojos para controlar las interfaces digitales. Varios dispositivos, de hecho, ofrecen a las personas con parálisis cerebral y otras limitaciones físicas la posibilidad de acceder a internet mediante el seguimiento ocular. Pronto esta tecnología podría extenderse a todos los usuarios.

En la conferencia anual ACM Computer-Human Interaction (CHI) del año pasado, varios académicos presentaron nuevas maneras para que todas las personas pudieran aprovechar una interfaz de usuario empleada hasta ahora como tecnología de asistencia. Los experimentos muestran cómo el seguimiento ocular permite controlar un ordenador y aumentar la productividad. Es un ejemplo del poder del diseño inclusivo. Cuando las tecnologías se crean para incluir a los usuarios con discapacidades, todos los demás también se benefician.

Seguimiento ocular para trabajar más rápido y sin lesionar las manos


Una de las cosas más molestas de la escritura son las erratas tipográficas: son frecuentes y bastante inevitables. Tener que volver atrás para corregir es una gran pérdida de tiempo. Académicos de la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda) y la Universidad de Bath (Reino Unido) presentaron en la CHI una investigación que aprovecha el seguimiento ocular para corregir rápidamente estos pequeños errores.

Estos fallos se suelen repetir y son mecánicos, por lo que el software planea identificarlos de antemano a través de la mirada. El programa, llamado ReType, identifica la palabra que se está tratando de cambiar en función de la mirada y la reemplaza con lo que se escriba. Todo esto permite mantener las manos en el teclado mientras se editan los errores, sin tener que buscarlos con el ratón. Es suficiente con mirarlos.

El estudio involucró a varios tipos de usuarios, algunos de los cuales ya habían utilizado la tecnología de seguimiento ocular. Los investigadores demostraron que el método podía igualar e incluso superar la velocidad del ratón. Gerald Weber, profesor de informática en la Universidad de Auckland, dijo a la revista ‘Fast Company’ que los estudiantes también apreciaron los beneficios físicos del invento. De hecho, esta tecnología previene el daño músculo-esquelético causado por pequeñas actividades repetitivas como hacer clic, escribir y usar el ratón. Retype actualmente es solo un prototipo, pero el equipo de investigación lo ha patentado y quiere convertirlo en un producto.

Navegar por el código sin usar el ratón


Varios estudios han encontrado que los programadores pasan alrededor del 35% de su tiempo navegando por su código mientras trabajan. En particular, cuando llevan a cabo las operaciones de debug (quitar los errores) transcurren aproximadamente el 50% de su tiempo buscando información, lo que les ralentiza considerablemente.

Para resolver este problema, Weber y sus colegas de la Media Design School de Nueva Zelanda y la Universidad de Bath utilizaron el seguimiento ocular para intentar ahorrar tiempo. Con el resultado, CodeGazer, los investigadores encontraron que usar la mirada para ‘cazar’ a los errores tomaba el mismo tiempo que hacerlo con un teclado, aunque era más lento que con un ratón. También descubrieron que, cuando se les daba la opción, la mayoría de los programadores optaba por utilizar la mirada como medio de navegación. En concreto, 21 de 28 participantes al estudio, un 80% más que las preferencias cosechadas por el ratón.

El equipo utilizó una tecnología, llamada Actigaze, que Weber ha desarrollado en coordinación con la colaboración de accesibilidad tecnológica. El sistema podría utilizarse para ayudar a los programadores con discapacidad en su trabajo, y para proporcionar a todos los profesionales otra opción para la navegación por el código.

Usar el seguimiento ocular para comunicarse a distancia


A medida que avanza el trabajo en remoto, la colaboración a distancia puede resultar complicada. El tercer trabajo sobre seguimiento ocular presentado en la CHI, elaborado por el Pomona College de California (Estados Unidos), muestra como esta tecnología podría actuar también como una herramienta colaborativa. En este caso, los investigadores se centraron en la actividad de escribir un documento de manera conjunta desde diferentes lugares. Una eventualidad que se ha vuelto muy común tras la popularización de herramientas como Google Docs, y que la pandemia ha acentuado aún más.

El estudio involucró a veinte pares de académicos y académicas. Cada participante tenía un dispositivo de seguimiento ocular en la parte inferior de la pantalla que le mostraba donde estaba mirando el compañero dentro de un editor de texto digital. Después de completar las tareas de escritura a distancia, los efectos registrados fueron muy positivos. En particular, los participantes notaron una mayor comprensión mutua, una mayor atención conjunta, un mayor flujo de comunicación y una mayor conciencia de lo que estaba haciendo su coautor. Eso sí, conviene aclarar que esta tecnología de seguimiento ocular solo funciona en el editor de texto. Es decir, los compañeros no pueden ‘espiar’ los movimientos oculares ajenos a la aplicación.

Estos tres estudios presentados proponen formas en las que el seguimiento ocular podría utilizarse para aumentar la productividad. Ya sea editando texto en solitario, escribiendo con otra persona o navegando dentro de código. La mirada pronto podría convertirse en un complemento del ratón o incluso reemplazarlo por completo.

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Imágenes | Amanda Dalbjörn/Unsplash (portada)

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