Vuelve el fútbol y se acerca un poco más la nueva normalidad. Pero el regreso de las competiciones deportivas no está libre de riesgos para la salud.
Suspendida desde el 12 de marzo, LaLiga vuelve sin público y con estrictas medidas para prevenir contagios de COVID-19. La reanudación de primera y segunda división ha supuesto también una serie de desafíos para el rendimiento físico de futbolistas y árbitros. Prevenir lesiones para acabar la competición lo mejor posible, si la pandemia lo permite, se ha convertido en una prioridad.
A pocas horas de que se reanude la primera división con el derbi sevillano (toda la competición está disponible en Orange TV), Javier Sánchez, responsable del área de rendimiento físico del Comité Técnico de Árbitros (CTA) de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), repasa los retos de la vuelta a la normalidad futbolística y cómo la tecnología les está ayudando a superarlos. Para este doctor en Ciencias del Deporte, los datos esconden la clave.
– Vuelve la competición de fútbol. ¿Cuánto tiempo llevan preparándose los árbitros?
En realidad, nunca hemos parado. Al principio, trabajamos con una rutina adaptada al confinamiento. Después, hemos tenido un periodo preparatorio de más de cinco semanas para garantizar que los árbitros llegaran en las mejores condiciones físicas al inicio de la competición.
«Durante los entrenamientos, los árbitros llevan un chaleco con un dispositivo GPS, un acelerómetro y un goniómetro. Así podemos conocer las distancias recorridas, la aceleración, la velocidad máxima, los impactos recibidos, los posibles desequilibrios…»
– ¿Cómo ha sido el plan específico de vuelta al trabajo?
El trabajo en casa fue orientado e individualizado, en la medida de lo posible. Nos centramos en mantener la condición física que habían alcanzado antes de que se suspendiese la competición.
Tras el confinamiento, las primeras semanas se centraron en el trabajo continuo. El objetivo era que recuperasen los patrones de carrera sobre el terreno. La biomecánica de la carrera en el campo es diferente a la de una cinta de correr. Después, en las últimas semanas, trabajamos de forma específica con la vista puesta en la vuelta a la competición.
– ¿Qué tipo de entrenamiento mínimo es necesario para garantizar un rendimiento físico óptimo tras un parón así?
Nunca se había vivido una situación así. Pero la experiencia científica nos dice que es necesario un periodo de preparación que sea, como mínimo, de la mitad del tiempo que se ha estado parado. Es decir, en este caso, un mínimo de un mes. Hemos podido disponer de casi seis semanas de trabajo, así que todos los árbitros están en condiciones óptimas.
Aun así, la carga de trabajo durante las últimas semanas ha sido elevada. Esto nos ha obligado a monitorizar con más atención los parámetros físicos con el objetivo de prevenir lesiones.
– Los equipos le han dado mucha importancia a mantener controlada la forma de sus futbolistas durante las primeras semanas de confinamiento. ¿Cómo lo habéis monitorizado en el caso de los árbitros?
Primero les enviamos una planificación de entrenamiento personalizada. Al término de cada sesión en casa, cada árbitro sincronizaba su dispositivo electrónico de monitorización con nuestra plataforma de gestión de datos. En esa plataforma incluimos desde la frecuencia cardiaca hasta la calidad del sueño o la percepción de cansancio. Los árbitros pueden introducir estos datos también manualmente.
En la plataforma, mediante una serie de algoritmos, los datos se traducen en información útil que nos permitía tomar decisiones y controlar cómo responde cada uno al entrenamiento. Así pudimos ir adaptando las rutinas de trabajo durante el confinamiento.
– ¿Y qué papel ha jugado la tecnología en el entrenamiento de los árbitros tras el confinamiento?
Como comentaba, hemos trabajado en dos fases, una de trabajo continuo y otra más específica. Aunque no es una situación nueva para nosotros, el principal problema fue el distanciamiento de los árbitros y los asistentes. Cada uno vive en su ciudad. No están todos en el mismo sitio como los futbolistas. Así que recurrimos a la tecnología que ya veníamos utilizando antes.
Durante los entrenamientos, los árbitros llevan un chaleco equipado con un GPS, que también incluye un acelerómetro y un goniómetro. Estos dispositivos aportan información sobre los factores externos, más allá de la frecuencia cardiaca o los datos que comentábamos artes. Gracias a ellos podemos conocer las distancias recorridas, la aceleración, la velocidad máxima, los impactos recibidos, los posibles desequilibrios…
Todos esos datos pasan también a la plataforma de gestión integral para ayudarnos a identificar patrones que indiquen riesgo de lesión y para optimizar el rendimiento.
En líneas generales, podemos decir que el trabajo del Comité Técnico de Árbitros no ha cambiado tanto. Lo único es que antes nos concentrábamos una vez al mes y ahora no hemos podido hacerlo.
«La competición se condensa y no habrá tanto tiempo de recuperación. Por eso hemos orientado buena parte de la preparación a la prevención de lesiones».
– Las próximas jornadas van a ser intensas. La competición se comprime y habrá menos tiempo de descanso. ¿Va a aumentar el número de lesiones?
Los únicos datos de los que disponemos de esta situación son los de la vuelta a la competición en la Bundesliga alemana. A nivel árbitros todavía no ha habido ninguna lesión, pero entre los jugadores sí ha aumentado el número de problemas físicos.
A partir de ahora, la competición se condensa y no habrá tanto tiempo de recuperación, algo a lo que la mayoría de árbitros no están muy habituados. Si a esto le sumamos los viajes entre las localizaciones de los partidos, es muy difícil mantener la rutina normal de recuperación y entrenamiento.
Por eso hemos orientado buena parte de la preparación a la prevención de lesiones. Además, hemos establecido una serie de protocolos para optimizar el tiempo de recuperación pospartido.
– ¿Manejáis algún pronóstico concreto de aumento de lesiones?
Tenemos como referencia los datos de lesiones tras el lockout de 2011 en la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) de Estados Unidos. En este caso, el parón fue bastante más largo y estuvo caracterizado porque los jugadores no contaron con ningún tipo de apoyo para los entrenamientos durante tres meses. Tras la vuelta a la competición, se registró un incremento importante de lesiones en el tendón de Aquiles.
No hablamos de un porcentaje concreto de incremento de lesiones. Pero sabemos que el riesgo va a ser mayor.
– ¿Cuáles son las lesiones más habituales en estas situaciones?
Lo más frecuente durante la competición de fútbol suelen ser las lesiones en la parte posterior de la pierna, la zona isquiosural y, en particular, el bíceps femoral. Esto es debido, sobre todo, a las acciones explosivas que se dan en este deporte.
En la vuelta a los entrenamientos tras el confinamiento registramos muchas molestias en el tendón de Aquiles y en el sóleo. Ambos soportan tensiones importantes durante la carrera y es habitual que sufran cuando se recuperan los patrones de entrenamiento tras un parón.
– En lo que queda de competición, habrá algunas novedades. Los equipos tendrán cinco cambios por partido y se permitirán convocatorias más amplias. ¿Cambiará algo con los árbitros?
La sustitución del árbitro solo está contemplada en caso de lesión. Así que, en ese sentido, no hay ninguna modificación. Siguiendo el reglamento de la competición, en el caso de altas temperaturas, sí se recomienda hacer pausas extra en la primera y en la segunda parte para la hidratación. Nosotros, donde más podemos incidir es en las medidas de recuperación pospartido.
«Sin la ayuda de la tecnología, la verdad que nuestro trabajo sería muy complicado. Sería imposible poder individualizar el análisis y establecer entrenamientos personalizados».
– ¿Y qué medidas se han introducido para minimizar el riesgo de contagio?
El Comité Técnico de Árbitros ha emitido un documento en el que se regulan todos los aspectos de los partidos, los viajes, las estancias previas y posteriores al partido, los contactos con otras personas… Se han establecido protocolos, partiendo de las recomendaciones sanitarias y de la experiencia en otras competiciones, para minimizar el riesgo.
– De vuelta a la prevención de lesiones, ¿qué tipo de tecnología utilizáis para ello?
Cuando tenemos la oportunidad de trabajar presencialmente con los árbitros, utilizamos varias tecnologías para mejorar la prevención de lesiones. La cámara termográfica, por ejemplo, nos permite detectar desequilibrios térmicos entre los lados corporales. Así, tenemos una escala de desequilibrio que nos anticipa un nivel de riesgo de lesión. Con una foto y un breve análisis podemos incluso conocer pequeñas lesiones que el propio árbitro no haya detectado.
También disponemos de la tensiomiografía para medir las propiedades contráctiles del músculo. Con esta tecnología podemos conocer los niveles de fatiga muscular en periodos de mucho trabajo físico. Ambas tecnologías, unidas a los datos de las aplicaciones y dispositivos que comentábamos antes, nos permiten establecer un modelo integral para prevenir el riesgo de lesión.
«Trabajamos con un sistema complejo que es imposible de controlar por completo. Pero la tecnología ha reducido la incertidumbre en la toma de decisiones al máximo».
– ¿Cómo gestionáis toda la información?
Todos los datos los centralizamos y gestionamos en una plataforma de análisis llamada Spodha. Aquí hemos establecido una serie de alertas automatizadas que nos advierten de alteraciones en el estado físico de los árbitros.
Sin la ayuda de la tecnología, la verdad que nuestro trabajo sería muy complicado. Sería imposible poder individualizar el análisis y establecer entrenamientos personalizados. Solo podríamos emitir unas pautas de trabajo y fiarnos del buen trabajo de los árbitros.
Trabajamos con un sistema complejo que es imposible de controlar por completo. Pero la tecnología ha reducido la incertidumbre en la toma de decisiones al máximo.
– Además de la tecnología, desde el punto de vista de la salud, ¿qué otro tipo de pautas y rutinas son necesarias para una buena recuperación y minimizar lesiones?
Nuestro protocolo de recuperación trata de controlar el máximo número de parámetros. Establecemos las pautas de nutrición e hidratación, las terapias de baños de agua fría, la regulación de las horas y la calidad de sueño tras la activación física de los partidos, los masajes de recuperación con fisioterapeutas o con tecnologías como el rodillo o la pistola masajeadora o el uso de medias compresivas para mejorar la circulación.
Tras el confinamiento, las pautas de recuperación son las mismas. El protocolo está basado en toda la evidencia científica disponible, por lo que no se puede modificar fácilmente. Eso sí, hemos incidido en un mayor cumplimiento de las pautas y de forma inmediata tras finalizar el partido. Antes podías esperar al día después del encuentro para empezar con la recuperación. Ahora no dispondremos de ese tiempo.
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Imágenes | RFEF, Unsplash/Vienna Reyes, Piqsels