Desde que se estrenó la serie ‘Chernobyl’, las reservas para visitar la zona del desastre nuclear han aumentado un 30%. Bienvenidos al éxito del turismo oscuro.
Qué es el turismo oscuro y por qué nos atrae
El turismo oscuro consiste en viajar a lugares en los que han sucedido tragedias. Ya pueden ser guerras, desastres naturales, sucesos trágicos, muertes… Se trata de un concepto que acuñaron en 1996 los profesores John Lennon y Malcolm Foley, de la Universidad Escocesa de Glasgow. Y aunque parezca un fenómeno muy moderno, no lo es.
Los seres humanos siempre hemos tenido una morbosa atracción hacia la muerte. Como suponían, por ejemplo, las luchas de gladiadores en la antigua Roma, las visitas a los lugares de martirio en la Edad Media o las ejecuciones públicas en pueblos y ciudades a lo largo de toda la historia. Visitar estos lugares luctuosos tiene una connotación atractiva para los amantes de la crónica negra.
Según explicaron Lennon y Foley, el éxito del turismo oscuro se debe al deseo humano de experimentar la realidad más dura. Acercándonos a esos lugares, nos sentimos más cerca de quienes sufrieron y nos planteamos dudas morales sobre nuestro propio comportamiento. Es más sencillo hacer una reflexión histórica y entender las consecuencias de los actos humanos.
Enfrentarse cara a cara con la muerte es otra de las razones. La muerte se ha convertido en un tabú social que vemos como algo traumático, cuando es un hecho natural al que nadie puede escapar.
El amor por lo gótico
En España (y en muchos países de tradición católica), el Día de Todos los Santos era una celebración más bien íntima y de recogimiento religioso. Pero Halloween se ha extendido ya por todo el mundo convirtiéndose en una fiesta llena de diversión.
México y, más concretamente, la ciudad de Oaxaca, es el destino turístico por excelencia el 2 de noviembre. El motivo es la fiesta de el Día de los Muertos, declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en 2003.
Otro elemento que contribuye al auge del turismo oscuro son los cementerios. Muchos de ellos son visitados desde hace décadas y se les considera un compendio de arte, historia y antropología. El Consejo de Europa los reconoce como itinerarios culturales. Desde 2010, la Ruta Europea de los Cementerios destaca las costumbres, valores y vida de las ciudades. Y muestra la diversidad y la historia de una región.
Entre los cementerios más famosos del mundo tenemos Père-Lachaise, con lápidas de personalidades como Delacroix, Chopin o Oscar Wilde; el cementerio de Staglieno, en Genova, famoso por su colección escultórica, y el cementerio del Bosque en Estocolmo, una obra de vanguardia declarada Patrimonio de la Humanidad.
Ciudades por el turismo oscuro
Pero el verdadero turismo oscuro que triunfa en este siglo XXI se refleja en los horrores que se vivieron en lugares como los que os presentamos a continuación:
War Hostel en Sarajevo
Una de las grandes atracciones turísticas de Sarajevo es el War Hostel. La capital de Bosnia y Herzegovina sufrió un asedio de 47 meses. Este hotel quiere reproducir lo vivido por sus habitantes. No hay camas, las luces provienen de baterías de coche y no cesa el ruido de explosiones y disparos.
Campo de concentración de Auschwitz
Se estima que los nazis podrían haber asesinado a más de un millón de personas en este campo de concentración de la Polonia ocupada. En 2018, el campo superó su récord de visitas con más de dos millones de turistas. Unas visitas no exentas de polémica. En marzo de este año, los responsables del museo-memorial pidieron a los turistas que no se hicieran fotografías “frívolas”.
Pripyat y la zona de exclusión
Una serie de televisión ha disparado el turismo en Ucrania. O, más bien, en Pripyat, la ciudad fantasma y su zona de exclusión tras el accidente nuclear de 1986. Y a los turistas parece no importarles el peligro de radiación que aún existe en la zona. Aunque las empresas turísticas dicen que hay mayor exposición cuando cogemos un avión. Entre las actividades, a los visitantes se les da dosímetros para que midan los niveles de radiación.
Zona Cero de Nueva York
Uno de los momentos más impactantes de la historia reciente fue el atentado del 11 de septiembre de 2001. Casi 3.000 personas murieron al derrumbarse las icónicas Torres Gemelas. Ese vacío se convirtió en la Zona Cero, reconvertido en un parque llamado 9/11 Memorial. Junto a él, se encuentra el Museo del 11-S con más de 10.000 objetos, como el primer camión de bomberos que llegó a la zona del desastre.
Museo del Apartheid en Johannesburgo
En 1948, el Partido Nacional instauró en Sudáfrica un sistema de segregación racial llamado apartheid. Mediante él, se construían zonas de exclusión para la población negra, que conformaba el 79% de los habitantes. El museo de Johannesburgo contiene fotografías y textos que sumergen al visitante en una atmósfera opresiva que le involucra emocionalmente.
La prisión de Alcatraz
El cine ha contribuido a convertirla en una de las prisiones más famosas del mundo. Alcatraz es una isla a la que se accede desde la Bahía de San Francisco. En 1934, se construyó una prisión de alto riesgo que aislara a los delincuentes más peligrosos. Frank Morris y los hermanos Anglin son algunos de sus presos más conocidos pues consiguieron escapar huyendo a nado. Aunque nunca se supo si consiguieron llegar a la costa. Las visitas a Alcatraz incluyen una ruta nocturna que genera más temor, si cabe, entre los que pasean por los calabozos, el patio y el famoso Bloque D, la zona de castigo.
Campos de la Muerte en Camboya
El régimen de los Jemeres Rojos gobernó en Camboya entre 1975 y 1979. Tiempo suficiente para asesinar a casi dos millones y medio de personas en sus campos de exterminio. Choeung Ek es uno de esos centros ahora convertido en un lugar de visita. En él, se pueden ver los pozos que aún conservan cadáveres o ‘El árbol mágico’ en el que se asesinaba a los niños delante de sus padres.
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