La mayor parte de nosotros tenemos cuenta en una enorme cantidad de plataformas digitales. Esto nos obliga a recordar un engorroso conjunto de contraseñas cargadas de mayúsculas, minúsculas, números y caracteres especiales que forman una especie de batiburrillo en nuestro cerebro. ¿Era con un punto o con un guión? ¿La P era mayúscula o minúscula?
No será la primera vez que hemos tenido que descifrar un enigma milenario para acceder a nuestra cuenta de Facebook o a nuestro correo electrónico y la verdad es que puede convertirse en un proceso más que tedioso. Por eso, la tecnología ha desarrollado nuevos sistemas que nos permiten identificarnos sin tener que hacer el pino puente con el teclado. La autenticación biométrica es uno de ellos y utiliza características anatómicas únicas como huellas dactilares o rasgos faciales para verificar nuestra identidad.
CONTRASEÑAS dactilares
Un equipo de investigación ha enfocado esta técnica hacia la utilización de imágenes tridimensionales de las venas de los dedos. El estudio, publicado en la revista Applied Optics de la Optical Society (OSA), muestra la primera vez que la tomografía fotoacústica (una técnica que combina luz y sonido) se ha utilizado para la autenticación biométrica de las venas del dedo en 3-D. Primero, se usa la luz de un láser para iluminar el dedo. Si la luz golpea una vena, crea un sonido que el sistema percibe con un detector de ultrasonido y lo usa para reconstruir una imagen tridimensional de las venas.
Para alcanzar una mejor integración de la iluminación y la detección acústica, los investigadores fabricaron un nuevo combinador y una ventana de imágenes que permite que la mano se coloque naturalmente en la plataforma, similar a un escáner de huellas dactilares de tamaño completo.
La profundidad adicional de una imagen en 3-D aumenta la seguridad al hacer que sea más difícil falsificar una identidad y menos probable que la técnica acepte a la persona equivocada o rechace a la correcta. Las pruebas del método en personas mostraron que puede aceptar o rechazar correctamente una identidad el 99% de las veces.
A priori se espera que la autenticación biométrica se utilice en instalaciones que requieran un alto nivel de seguridad, bancos y bases militares entre ellas. «Con una mayor miniaturización, la autenticación de vena 3-D también podría usarse en dispositivos electrónicos personales o combinarse con huellas digitales 2-D para la autenticación de dos factores» asegura Giovanni Milione, miembro del equipo de investigación.
La autenticación biométrica supone una gran revolución en la identificación digital y nos permite liberar nuestra mente de ese insoportable cúmulo de contraseñas que, antes o después, termina volviéndonos locos.