Todos sabemos que el ‘mal de coche’ solo afecta a los pasajeros. El conductor, aunque tenga una inclinación natural al mareo en el coche, es inmune. La razón es que el cerebro del piloto puede anticipar los movimientos del vehículo unos milisegundos antes y adaptarse. En cambio, el pasajero solo puede reaccionar. Pero, ¿qué pasará cuando ya nadie tenga que conducir? Un futuro exitoso para la conducción autónoma pasa también por encontrar una solución al mareo.
El mal de coche, cinetosis o mareo afecta aproximadamente al 70% de la población. Sobre todo a niños de entre 3 y 12 años. La mayoría de los efectos están causados por las acciones horizontales del automóvil. Los movimientos de izquierda a derecha y las curvas son mucho más molestas que las vibraciones verticales.
Pero también influyen los desajustes visuales con el sistema vestibular, el aparato sensorial relacionado con el equilibrio y el control espacial que se encuentra en el oído. La molestia se produce cuando la información proporcionada por la vista difiere de la elaborada por el oído interno. O por las tensiones que actúan sobre el cuerpo y la epidermis.
Con la conducción autónoma nadie mirará al horizonte
En un futuro poblado por vehículos de conducción autónoma, los pasajeros podrán trabajar o relajarse durante largos viajes. Sin embargo, precisamente la lectura de un libro o un correo electrónico, así como mirar una película en una tableta, son las típicas causas desencadenantes de la cinetosis. Bajar la cabeza para leer mientras el coche se mueve provoca la desconexión entre la percepción visual y la del sistema vestibular.
Además, en los coches de conducción autónoma, las sillas podrían estar orientadas hacia atrás. Podría haber muchas pantallas y poca o ninguna vista del mundo exterior. Un lujo para algunos y una fuente de náuseas y mareos para muchos otros.
Para evitar esta situación, un grupo de investigadores de la Universidad de Michigan ha trabajado en una especie de gafas con pantallas laterales que reproducen los estímulos visuales que el pasajero recibiría si mirara fuera del vehículo. De este modo, se podría eliminar el conflicto entre la información que registra el aparato vestibular y la que percibimos de forma visual.
tecnología contra el mareo en el coche
Uber también ha estado trabajando en una solución contra el mareo en el coche. Su idea consiste en señalar con antelación a los pasajeros los movimientos del vehículo. Como si fueran pilotos de rally. Un sistema de estimulación sensorial proporcionaría indicaciones visuales y táctiles de la maniobra que el automóvil va a realizar. Así, el pasajero tendría el tiempo de inclinar su cuerpo para adaptarse a las aceleraciones y curvas.
A pesar de que los dispositivos para realidad virtual (RV) en muchos casos causan mareos parecidos a los del coche, hay quienes apuestan por esta tecnología como solución al problema. Es el caso de Apple. La compañía californiana ha presentado una patente donde se describe un sistema de RV que proporcionaría señales visuales coincidentes con los movimientos físicos del pasajero. De esta manera combinarían las sensaciones físicas, como la aceleración, con el entorno virtual.
Por otra parte, la start-up ClearMotion ha desarrollado una tecnología que ‘cancela’ los movimientos del automóvil que pueden causar mareos. Utiliza un activalve, un dispositivo electrohidráulico que se puede colocar en los amortiguadores de las ruedas. El mecanismo anticipa los movimientos del coche para detener las vibraciones de alta y baja frecuencia antes de que se produzcan.
El coche que elimina el mal de coche
Jaguar asegura que a partir de sus nuevos modelos adoptará tecnologías capaces de reducir los efectos de la cinetosis en al menos un 60%. El automóvil reconocerá los primeros síntomas del mareo y se preparará para reducir sus efectos de manera personalizada.
Los ingenieros de la prestigiosa firma británica recopilaron datos a lo largo de un recorrido de 25 mil kilómetros. Durante este trayecto verificaron los efectos del mareo al llevar a cabo movimientos muy diversos. Todo esto hizo posible determinar las bases de un estilo de conducción para los vehículos autónomos que minimizara las correcciones de dirección y, en consecuencia, el riesgo de mareo en el coche para los pasajeros.
Jaguar ha equipado sus vehículos con un algoritmo que genera una puntuación de bienestar para cada pasajero. El valor de este parámetro determina la predisposición a la cinetosis de cada uno. Esta puntuación se combina luego con las señales fisiológicas registradas por los sensores biométricos del automóvil y los datos relativos a la dinámica de conducción. Finalmente, el sistema es capaz de detectar cuando un pasajero está a punto de sentirse mal.
Los MARINEROS, conejillos de indias
Muchos de estos métodos parecen nuevos, pero han sido experimentados durante años con marineros. De hecho, las personas que se encuentran bajo cubierta en los barcos tienden a marearse mucho porque no tienen una visión del horizonte. En este caso, uno de los remedios que se han ensayado ha sido la proyección con láser de una línea que mostrara constantemente donde está el horizonte.
Lo cierto es que es muy probable que la adopción generalizada de la conducción autónoma siga siendo un sueño durante bastante tiempo. Mientras, podemos seguir intentando remediar el mal de coche con jengibre, aceite esencial de menta o, simplemente, pidiendo al conductor que disminuya la velocidad.
En Nobbot | Coches de cartón y automóviles que vuelan, ¿cuál es el límite al innovar en motor?
Imágenes | iStock – Flickr – ClearMotion – Unsplash