La tecnología adopta formas singulares. A principios del siglo XX, pocos imaginaban los coches que se popularizaron décadas después. A comienzos del XXI, ninguno éramos capaces de visualizar los móviles de los que ahora depende la civilización occidental. Bajo esta perspectiva, responder a la pregunta “¿Cómo serán los vehículos del futuro?” puede parecer atrevido.
Tener más datos no nos hace acertar más en nuestras predicciones, pero sí que las multipliquemos. El mejor método para acertar en una diana es lanzar muchas flechas. A ser posible, con un arco. Para la industria automovilística, ese arco son los concepts a los que ya nos tienen acostumbrados. Los últimos dejan entrever vehículos modulares. ¿Una tendencia hacia la movilidad futura?
Coches con cabinas de quita y pon
El 19 de septiembre de 2018 fue interesante. Ese mismo día dos marcas rivales de automóviles presentaron un modelo de movilidad similar. Cada uno en su estilo, claro. Los concepts de VISION Urbanetic y EZ-PRO salieron a la luz, marcando el camino de la movilidad modular.
Los concepts son propuestas no funcionales pero realizables con la tecnología actual. Su objetivo, además del meramente publicitario, es allanar el camino a propuestas futuras. Estas, más razonables, suelen quedarse a caballo entre las propuestas iniciales y la actual oferta.
El vehículo de estilo Venom con forma de huevo que vemos en la fotografía de arriba es el Vision URBANETIC, de Mercedes Benz. Las furgonetas de arriba, también. La idea tras los vehículos modulares es sencilla: que una misma plataforma sirva como base física para un turismo y una furgoneta de carga. Esta idea, que sin duda es simple, es muy poderosa. En la parte de arriba va la carga (personas, objetos, e incluso servicios como un baño o un restaurante) y abajo las baterías.
La movilidad presente está cambiando rápido a la electrificación, por lo que la totalidad de los concepts son eléctricos. Pero este, y el que vemos más abajo, tienen la particularidad de ser autónomos. Es decir, son taxis autopilotados a los que el usuario puede llamar con su móvil. Esa es parte de su magia.
La otra parte, como podemos ver en las imágenes de arriba y abajo, es la importancia de que la carga pueda separarse de la base. Abajo vemos un dibujo del EZ-PRO de Renault, también modular. Los beneficios van más allá de la flexibilidad urbana. Poder cambiar de plataforma sin abandonar la cabina es importante, claro, pero el coste caerá en picado si estas plataformas se popularizan.
LOS VEHÍCULOS MODULAREs fomentaN la economía de escala
Para comprender el potencial de lo que contamos pensemos en el USB. Durante muchos años cada fabricante de móviles tenía su propio puerto de carga. Cada uno había diseñado un puerto y se encargaba de fabricarlo. Ahora, un mismo puerto es compartido por decenas de miles de productos diferentes. Como resultado, el coste de este componente se ha hundido muy por debajo del céntimo.
Ahora imaginemos que un fabricante hace uso de la misma plataforma para buena parte de sus vehículos. O que incluso varios fabricantes utilizan la misma base para diseñar sobre ella sus diferentes líneas de negocio. El coste de la movilidad podría seguir el mismo camino que los puertos USB.
Esto, que parece complejo, ya ha sido usado por la industria del automóvil. El Grupo PSA lleva tiempo usando la plataforma EMP2 (Efficient Modular Platform 2). Ahora le ha llegado el turno a la CMP (abajo), plataforma que admite tanto baterías eléctricas como tanques de combustible.
Pensemos en un futuro en el que parte de la flota de Ford, de Tesla o de Toyota hacen uso de una misma bancada común sobre la que construir sus diseños. Independientemente de la carrocería final del vehículo e incluso del tipo de energía que lo propulsa.
Más asequible, pero también más seguro
Marcas como Citroën llevan usando este tipo de adaptaciones desde hace décadas. El chasis monobloque del Traction Avant es un ejemplo pretérito. El DS Tiburón, otro un poco más reciente. Incluso hay registros de carrocería de automóviles reciclada como base para vehículos blindados de guerra.
Operar así tiene una ventaja: el ahorro en diseño puede ser destinado a seguridad. Pero además la seguridad per se, sale mucho más asequible. No es lo mismo realizar cinco pruebas de choque que una. O diez en lugar de 50, si nos vamos a toda una gama.
Que varias marcas hagan uso de la misma plataforma, además, supone que los accidentes se agrupan en la misma categoría. Esto hace más fácil diseñar mejoras o corregir modelos. Los errores de fabricación de los USB modernos son mucho menores que las tomas empleadas previamente. Dicho de otra forma: producir más hace más fácil alcanzar la calidad en el producto. También mejorarlo.
Los concepts de Mercedes Benz y Renault llevan al extremo esta modularidad. ¿Te imaginas cambiar de base en mitad de un trayecto de cientos de kilómetros? Sería una manera interesante de “recargar” las baterías. Pero aún se le puede dar una vuelta de tuerca más, como hizo Airbus en 2017 (arriba).
¿Imaginas circular con un coche y que la cabina se acople a unas alas? Pues vamos en camino. Con un futuro así, en el que los coches-helicóptero pilotan solos, ¿quién se sacará el carné?
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Imágenes | Vision URBANETIC, Renault EZ-PRO, Airbus Press Note