La ciudad inteligente o smart city es un concepto con el que muchos usuarios sueñan. Implica una evolución de las actuales urbes o la creación de nuevas donde el desarrollo urbano se basa en la sostenibilidad, en la capacidad de responder a las necesidades de usuarios, instituciones o incluso empresas de la forma más adecuada posible. ¿Viviremos algún día en ellas?
¿Qué se necesita para ser smart?
Sostenibilidad y capacidad de responder a las necesidades de la mejor forma posible es lo que define a una smart city. Pero, ¿qué quiere decir exactamente todo esto? ¿Cómo se logra? ¿Llegaremos a vivir en una de ellas o son sólo ideas de futuro? ¿Existen ya las smart cities?
Para lograr esa idea de ciudad inteligente, todos los desarrollos deben priorizar cuatro puntos, a priori claves e imprescindibles:
- Cuidado por el medio ambiente y uso de energías
- Interacción eficiente entre la propia ciudad, sus elementos y usuarios
- Fomento del uso compartido de bienes y servicios
- Integración de nuevas tecnologías en todos los ámbitos
Con estos puntos bien claros y analizando cómo se está evolucionando en cada uno de ellos, no sólo podemos decir que sí llegaremos a vivir en una de ellas, sino que incluso hay quien ya vive en una smart city. Claro que las más interesantes son y serán las propuestas o experiencias piloto que se están llevando a cabo desde cero a lo largo del mundo para potenciar el concepto.
Uno de los ejemplos más llamativos es la ciudad de Fujisawa SST o Smart Sustainable Town, una smart city que lidera Panasonic Corporation y que se inauguró a finales de 2014 en Japón. Con 19 hectáreas, está situada en los antiguos terrenos de una fábrica de Panasonic y allí se muestra un espacio donde la prioridad es que sea verde e inteligente.
Para lograr Fujisawa SST, se ha contado lo último en tecnología, lo que ha permitido que sus hogares puedan llegar a ser autosuficientes a la hora de generar energía o aportar todo tipo de comodidades a sus habitantes.
Gracias a todo eso y al cambio de algunos modelos, Fujisawa SST logra un ahorro de hasta un 70% en la energía consumida por los hogares y un 20% en las zonas comunes. Algo que se realiza gracias a acumuladores de energía renovables.
A lo largo del planeta hay otros proyectos de ciudades inteligentes, como Masdar City, en Abu Dabi. Sin embargo, lo más interesante es que se está trabajando para dotar de inteligencia a las ciudades en las que ya vivimos, logrando que incluso muchos vivamos ya en smart cities sin saberlo.
Transformando ciudades en ciudades inteligentes
Al ver proyectos de nuevas construcciones, todos pensamos que será imposible hacer inteligentes a las actuales ciudades. ¿La razón? No vivimos en entornos tan sostenibles, con tantas zonas verdes, con edificios perfectamente adaptados y respetuosos con el medio, etc. Pero lo cierto es que no es así, habrá algunas limitaciones, pero el desarrollo y transformación en smart cities es toda una realidad.
El cómo se hará la transformación, la gran pregunta que muchos se hacen, tiene una clara respuesta: haciendo uso del Internet de las cosas o IoT. Es cierto que por ahora son pocos los servicios, productos o herramientas que están aprovechando todo el potencial que permite. Y eso que cada vez somos más dependientes de internet y que ya tenemos tecnología para garantizar la comunicación entre dispositivos.
Afortunadamente, las inversiones están ahí y pronto crecerán. Así, gracias a esa comunicación, principalmente a través de un smartphone, aunque no se descartará el uso de futuros wearables, distintos elementos de las ciudades serán capaces de comunicarse con los usuarios para ofrecer respuesta a sus necesidades. Todo a un nivel mucho más intenso del que ahora ya se puede disfrutar.
Ya vives en una Smart city
Sí, la mayoría de nosotros ya vivimos (en mayor o menor medida) en ciudades inteligentes. Núcleos urbanos en los que a través de ciertas aplicaciones y servicios como Citymapper, Yelp, Car2Go, etcétera, encontramos respuestas a nuestra necesidades, haciéndonos la vida mucho más sencilla al cumplir esa idea de interacción eficiente y uso compartido de bienes o servicios.
Y eso sin olvidar las opciones que ya existen para integrar nuestro hogar en el día a día a través del uso de termostatos inteligentes u otros sensores que, junto a herramientas como IFTTT y sus aplicaciones, nos ofrecen comodidad y automatización de acciones de lo más variadas.
Tampoco podemos olvidar la implantación de tecnologías como NFC que facilitan la comunicación con objetos, ahorran tiempo y aportan beneficios muy variados. Un avance que ya se puede disfrutar en los accesos de algunos servicios de metro, autobús o incluso a la hora de pagar.
Claro que hay mucho más, y para lograr esa sostenibilidad, no sólo hace falta integrar nuevas tecnologías de las que ya sacamos un beneficio directo, sino que necesitamos que se realicen modificaciones que optimicen el consumo de energía, conserven el medioambiente y en general conecten todo. Algo que está llegando.
En ciudades como Madrid, Barcelona, Málaga o Santander, si hablamos de España aunque en el mundo hay muchos más ejemplos, ya se está trabajando para lograr ser más inteligentes. Por supuesto, los diferentes niveles de inversión condicionan el avance pero ya llega. Así que ya sabéis, la próxima vez que deis un paseo por vuestras ciudades, observad cómo las paradas de bus indican qué tiempo falta hasta la llegada del próximo, cómo hay puntos de carga para coches eléctricos, acceso a cámaras de vídeo pública para ver estado de las playas, uso de apps para ir a puntos de interés, reporte de problemas y mucho más. Nuestras ciudades se transforman para abrazar el calificativo de smart.
De igual modo, se hará crecer más rápidamente apartados como el medio ambiente con políticas que fomentan y mejoran la gestión de basuras, limpieza, alumbrado, mobiliario urbano, etcétera, haciendo más confortable la vida en la ciudad.
Hablando de energía, la idea es aprovechar la creación de energía renovable. En ese sentido, se están instalando cubiertas solares o incluso sistemas de calefacción conjunto con el fin de mejorar el consumo. En unas primeras pruebas se abarca sólo edificios o manzanas concretas, pero en el futuro se espera que sea la mayor parte de la ciudad posible.
Por último, el uso de diversos tipos de sensores y la participación ciudadana serán también elementos clave para la consecución y mejora de las ciudades inteligentes. Porque con los primeros se detectarán antes posibles problemas o se podrá enviar información al usuario como, por ejemplo, zonas de aparcamientos libres, mayor seguridad, etc. Con la participación ciudadana, normalmente a través de app móvil, se logrará una mayor implicación en las futuras mejoras pero, sobre todo, resolución de problemas actuales.
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