La directora chilena, Maite Alberdi, nos desvela todos los secretos del documental El Agente Topo, nominado como Mejor Película en los premios Oscar 2021.
Todo comenzó con una oferta de empleo en el diario chileno El Mercurio: «Se necesita adulto mayor hombre. Jubilado entre los 80 a 90 años. Autovalente, de buena salud, discreto y con manejo de la tecnología. Para realizar investigación, con disponibilidad para vivir fuera de su casa por tres meses». Este mensaje llevó a la cineasta chilena, Maite Alberdi, a conocer a Sergio Chamy, un detective octogenario cuya misión es infiltrarse en un hogar de ancianos como si fuese un residente más.
Gracias a este encuentro fortuito y un exhaustivo proceso de investigación, Maite Alberdi, conocida por otras películas como Los Niños, sobre chicos con síndrome de Down, o La Once, sobre un grupo de mujeres mayores que llevaban décadas siendo amigas, decidió construir de nuevo una historia basada en el realismo: El Agente Topo, un documental que permite al espectador conocer, a través de una mezcla de ternura, crudeza y humor, cómo se vive en las residencias de ancianos.
En 2020, El Agente Topo consiguió el premio a la mejor película europea en el Festival de San Sebastián y fue seleccionada para la sección de documentales internacionales del Festival de Sundance. Además, ha sido nominada a la mejor película latinoamericana en los Premios Forqué y también ha contado con una nominación en los Goya 2021. Pero eso no es todo, ahora es la candidata a conseguir un Oscar en 2021 como Mejor Película Documental.
– ¿Cómo te surgió la idea de crear este documental?
Surge de un desafío estilístico porque quiero creer que este género no es una categoría aislada. La idea de partida era hacer una película y no un documental porque las historias de detectives siempre han estado muy arraigadas a la ficción. Finalmente, quise llevarlo al género documental para ver cómo trabajan los detectives.
En esa línea, comencé a investigar a agencias de detectives en Chile y a observar a distintos agentes que trabajaban con casos cotidianos, hasta que llegamos a esta historia. A partir de este momento, empieza a ser todo un regalo de la realidad.
Conocí al protagonista, Sergio Chamy, porque un detective necesitaba a un ayudante y puso el aviso en los periódicos. Entonces, comenzaron a llegar a la oficina señores increíbles que estaban buscando trabajo a los 80 años. Creo que todos los candidatos eran buenas personas, pero Sergio tenía una gracia especial. Esto hizo que mi idea inicial diera un vuelco transformándose en un documental antropológico.
-Este no es tu primer trabajo dentro del género documental, antes has rodado Los Niños y La ONCE. ¿Crees que este es el género ideal para la denuncia social?
Sí, porque la realidad moviliza y facilita la identificación. Cuando uno sabe que lo que está viendo es real, se conecta y se compromete desde otra perspectiva. Considero que la realidad acelera ese compromiso social. Por eso, me gusta trabajar con el género documental.
«Cuando uno sabe que lo que está viviendo es real, se conecta y se compromete desde otra perspectiva. La realidad acelera ese compromiso social»
-¿Cómo ha sido la experiencia de rodar con actores que no son profesionales?
Es que verdaderamente yo no utilizaría la palabra actores, porque en mi documental nadie ha estado actuando, era algo real. Sergio existe, llegó y obtuvo ese trabajo. Conseguir grabar esto fue muy complicado, tuvimos que perder un mes de rodaje para que los protagonistas se acostumbrasen a la cámara y actuasen de manera natural. A lo largo de este proceso, nosotros fuimos aprendiendo de qué forma podríamos filmar este documental para que la realidad no se alterase en el momento de la grabación.
-A causa de la pandemia se ha dado más importancia a temas como la soledad, la vejez y el abandono. ¿Crees que deberíamos de haber puesto el foco mucho antes en estas problemáticas?
Considero que si esta película la hubiese filmado en el 2020, el resultado hubiese sido el mismo. Estas personas ya estaban aisladas y se encontraban es una especie de confinamiento simbólico antes de la pandemia. Antes de toda esta situación, la soledad ya estaba allí, es decir, ellos ya estaban viviendo toda esta pesadilla. Por ese motivo, la película invita a reconectarse y ser consciente de lo que está ocurriendo afuera.
-Es el único largometraje latinoamericano que está nominado a los Oscar y además es un proyecto liderado en su mayoría por mujeres. Esto parece que es todo un hito para el cine chileno, ¿esto es así?
Sí, esto es un hito para el cine chileno porque estamos entrando a otra categoría que ha sido históricamente muy grande, es decir, es importante para nosotros porque esto abre barreras y les permite a otros soñar. Yo puedo soñar con una nominación al Oscar porque vi a otros cineastas chilenos siendo nominados. Por lo tanto, espero que esto sea una oportunidad para que otras mujeres cineastas latinas se propongan abrir industrias y no piensen solo en audiencias locales.
«Yo puedo soñar con una nominación al Oscar porque vi a otros cineastas chilenos siendo nominados»
Maite Alberdi: sensibilidad en estado puro
– He leído una frase tuya en la que afirmas que El Agente Topo ha ayudado a varias familias a reconectar con sus mayores. Creo que más allá de los premios que este documental está cosechando, es también un triunfo el hecho de que haya conseguido que las familias reconecten o que se vuelvan a comunicar con sus ancianos. ¿Qué ha significado esto para ti?
Ha sido muy bonito ver como las familias han vuelto a llamar y la cantidad de mensajes de gente, que después de ver la película, te cuentan que fueron a ver a sus padres o que los llamaron. Cuando el documental se estrenó en Chile, fue muy emocionante el hecho de que un espectador anónimo les enviase flores a todas las señoras de la residencia de ancianos. Al final, estos pequeños gestos son los que cambian el mundo. En este sentido, creo que el mensaje de esta película nos ha llevado a reflexionar sobre nuestras relaciones sociales.
-¿Nos puedes adelantar algo sobre tu próximo trabajo o es todavía secreto? ¿Este documental te ha abierto la puerta a otro tipo de producciones?
Sí, todavía estamos en un camino de desarrollo. Me encuentro en una situación difícil porque a consecuencia de la pandemia los documentalistas tenemos muchas complicaciones para filmar en espacios con personas vulnerables y frágiles. Sin embargo, creo que la nominación al Oscar me va a permitir seguir rodando y elegir proyectos que me conecten con mi agenda temática y con mi estilo.
-¿Has visto el resto de documentales que están nominados? Si es así, ¿qué te han parecido?
Increíbles, me encantan. Son todas muy distintas y abordan temáticas importantes, que me parecieron muy emocionantes también. Admiro mucho los otros documentales nominados.
-Por último, ¿cómo percibes que multinacionales como Orange participen en la producción y en la difusión de este tipo de proyectos?
Me parece muy importante que empresas como Orange participen en la difusión de este tipo de producciones porque estos contenidos, aunque sean internacionales, tienen muchas dificultades para llegar al público. Mi desafío como directora es crear un contenido que se identifique con una audiencia internacional, pero es muy difícil llegar a ella. Entonces, ha sido muy importante que Orange me haya dado esta oportunidad porque si no este tipo de contenidos probablemente se quedarían en una sala de cine artístico más aislada y perdida.