Los teléfonos inteligentes, de tan listos que son, tienden a tener vida propia y este afán de emancipación se manifiesta en repetidos intentos de escapar del bolsillo o de las manos de sus dueños. El resultado suele ser una pantalla rota y da igual contra qué superficie se haya producido el impacto. Misteriosamente, tanto si el smartphone cae sobre un ladrillo como si cae sobre un colchón, la consecuencia de este ansia de libertad del cacharro es la misma: acudir al comercio chino de la esquina para volver a cambiar el protector de pantalla o, en el peor de los casos, la pantalla entera. La suma del precio de todas las pantallas, protectores y carcasas que nos hemos visto obligados a reponer daría, más o menos, para un bonito apartamento a pie de playa. Por fortuna, un ingenioso joven alemán está trabajando en una especie de airbag para smartphones que puede ser la solución definitiva a este gran problema de la sociedad occidental.
Se llama Philip Frenzel y es un joven estudiante alemán de 25 años que, para algunos como el que esto escribe, se ha convertido en una especie de mesías. ¿Será posible que gracias a él se termine este vía crucis de pantallas agrietadas, esquinas desconchadas e inútiles coreografías tratando de evitar la inevitable tragedia que supone ver a un móvil estampándose contra el suelo?
El chico sufrió en sus carnes este mismo problema pero, a diferencia de todos nosotros, él tuvo la presencia de ánimo suficiente como para pensar en una solución que, además de proteger el smartphone, nos permite seguir presumiendo del logo frutal de nuestro iPhone, siempre tapado por una inútil y fea carcasa. “No es divertido proteger un iPhone, por su diseño estético, dentro de una gruesa carcasa exterior”, explica este estudiante de la universidad de Aalen, que dedicó cuatro años de su corta vida a desarrollar su ingenio.
Ocho patas de araña
El prototipo de este airbag para smartphones se halla aún pendiente de patente, según relatan medios alemanes. De momento se conoce como “AD Case” (“amortiguación activa”, en español) y se asocia a una aplicación, “Spider-App”, que activa las medidas de protección.
Se trata de un sistema automático instalado en una carcasa que despliega ocho patas capaces de amortiguar el golpe como si se tratase de una araña, de ahí el nombre de la aplicación. Para ello, el joven Frenzel empleó un sistema mecánico, y sensores que detectan el momento en el que se está produciendo la caída libre del smartphone contra el suelo. El sistema accede al acelerómetro del móvil para detectar el momento en el que el dispositivo se está precipitando hacia la nada. Los amortiguadores se pliegan de manera manual, siendo además reutilizables una vez que se han abierto para proteger al smartphone.
El proyecto será financiado a través de una plataforma de micromecenazgo, Kickstarter.
honda creó otro airbag tras una loca noche de karaoke
El invento de Philip Frenzel no es el primer intento de desarrollar un airbag para smartphones que nos evite disgustos innecesarios. En 2013, ingenieros de la firma japonesa Honda decidieron crear «una carcasa para dispositivos móviles con airbag incorporado», pero viendo las imágenes de su ocurrencia habrá que convenir que la cosa era, como poco, rara. Quizás el resultado de una noche loca de estos ingenieros en uno de esos karaokes tan populares en el país del sol naciente.
«Honda Smartphone Case N» contaba con seis bolsas que se llenaban al detectar sus sensores que el teléfono caía a una velocidad muy rápida hacia el suelo. El kit que alojaba esta invención, que más parece un botiquín de primeros auxilios, tenía espacio suficiente para una bombona de CO2, tuberías y circuitería adicional. Locurón.