1.800 empleados, más de 600 millones de ingresos en 2018 y una gran presencia en los principales mercados locales, son credenciales que hacen de Orange un nuevo gigante europeo de la ciberseguridad, tras las adquisiciones de SecureLink y SecureData. De esta forma, Orange está más preparada para anticipar y defenderse de los ataques, así como equipos de defensa en los principales mercados europeos, posicionando a la organización combinada como un especialista en defensa.
Según explicó Hugues Foulon, director ejecutivo de ciberseguridad de Orange, “la ciberseguridad es una prioridad cada vez mayor para las empresas de todos los tamaños, y creemos que los dos factores de éxito más importantes son la escala y la proximidad. Escala porque las amenazas actuales son globales, complejas y requieren capacidades de protección armónicas. Proximidad porque en el mundo global de TI, todos queremos un socio local de confianza para asegurar nuestros activos más estratégicos».
«El mercado europeo de la ciberseguridad está creciendo con rapidez y Orange ya es el líder en el mercado francés gracias a Orange Cyberdefense (303 millones de euros en ingresos en 2018, un 12% más que en 2017″, subraya la compañía.
SecureLink, adquirida por 515 millones de euros, es una empresa independiente fundada en 2003 en Holanda y en la actualidad cuenta con presencia en Suecia, Bélgica, Holanda, Reino Unido, Alemania, Dinamarca y Noruega. La compañía, que cuenta con 660 empleados y 14 oficinas, registró unos ingresos de 248 millones de euros en 2018 y contaba con más de 2.100 clientes en diferentes sectores.
Por su parte, SecureData, adquirida por Orange en enero, alcanzó unos ingresos de alrededor de 50 millones de euros en 2018 y ha registrado desde 2016 unas tasas consistentes de crecimiento de alrededor del 20%. La compañía tiene más de 200 empleados en Reino Unido y Sudáfrica y está «bien posicionada» en el mercado «estratégico» de ciberseguridad británico y anglófono.
la ciberseguridad, decisiva en un mundo conectado
La seguridad informática en este mundo conectado es algo de importancia decisiva: vivimos en metrópolis virtual habitada por 4.021 millones usuarios que ejecutan cuatro millones de búsquedas en Google cada minuto, que produce 2.5 quintillones de bytes diarios y que se encamina a un ecosistema conectado de forma permanente a la red. Está claro que hace falta una “policía” que garantice que todo este trasiego de datos se realiza sin peligro.
Hay mucho que hacer en este campo, que emerge como uno de los grandes yacimientos de empleo para los próximos años. Hacia 2022, las empresas enfrentarán una escasez de 1,8 millones de puestos de trabajo en seguridad cibernética, según datos del Center for Cyber Safety and Education. Estamos hablando de los sectores en mayor expansión, uno que mueve más de 60.000 millones de euros al año. Sólo en España, el 37% de los empleados en TIC se dedican a tiempo completo a ciberseguridad.
En nuestro país se estima que más del 30% de los ordenadores de empresa están infectados con algún tipo de virus o malware. Además, cada año hay más de 300 millones de ciberataques en todo el mundo y se calcula que los virus de tipo ransomware, como el conocido Wannacry, han podido llegar a infectar hasta 230.000 PCs en un solo día. Esto implica un riesgo tan crítico que el 93% de las empresas que pierden su información o la de terceros a causa de este tipo de ataques terminan desapareciendo en ese mismo año por no cuidad su seguridad.